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Isla al Sur

Crítica-Trabajos docentes

DANDO LA NOTA

DANDO LA NOTA

CLAUDIA PÉREZ VILA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Con creatividad e inteligencia  el director estadounidense Jason Moore concibió la película Pitch Perfect o Dando la nota, por su traducción al español, que con su estreno en Estados Unidos el 24 de septiembre de 2012 rompió el estereotipo hollywoodense de belleza femenina, demostrando que el talento va más allá de las apariencias físicas y consiguiendo, de esta manera, el éxito.

En esta oportunidad, los característicos personajes de chicos buenos y malos no llevan el hilo conductor de la historia, sino lo hace una competición entre distintas escuelas norteamericanas que buscan ganar el Campeonato Internacional Universitario de Canto A Cappella.

Afinadas armonías acompañan al espectador por la vida de la protagonista Beca, quien da pasos sólidos hacia su futuro, al insertarse en la banda The Barden Bellas, fraternidad estudiantil del colegio Barden participante en el concurso.

Sin embargo, en este rol, la actriz Anna Kendrick, con prestigio en los musicales de Broadway por actuar junto a Meryl Streep, no sorprende con su actuación ni sobrepasó las expectativas, porque las escenas no fueron lo suficientemente realistas, debido a la incoherencia entre la expresión de su rostro y la letra de las canciones. Pero, a pesar de estas insuficiencias, este filme le dio la posibilidad de trascender entre los jóvenes actores de su país.

En cambio, la actuación de Rebel Wilson en su papel de Gorda Amy, complementa la historia y le da el toque carismático a esta comedia musical. Con un excelente trabajo, difícil en el género del humor, sobresalió mucho más que la propia Kendrick, pues la paradoja y los momentos de gestos y frases ocurrentes proporcionan algo más que canto y competición

Uno de los aspectos técnicos que condiciona el éxito de la película es su banda sonora, bajo la dirección de Christophe Beck y Mark Killian  supera en reiteradas ocasiones las propias actuaciones debido a que el elenco no logra transmitir los diferentes estados anímicos que forman parte de cada personaje.

La concepción musical del largometraje es meritoria, porque utilizando canciones como Don´t stop the music, de Michael Jackson, Just the way you are, de Bruno Mars, y composiciones de los años 80, década de oro del canto a cappella, logra armonizar las voces que reproducen no solo la letra sino también  los instrumentos musicales. Por ello ha obtenido premios a la mejor música de una película musical conferido por Motion Picture Sound Editors y la mejor banda sonora femenina o soundtrack en los prestigiosos American Music Awards. 

El guión está basado en la novela homónima de Mickey Rapkin, y captura la atención con temas heterogéneos como amor, diversidad de preferencias sexuales, drogas consumistas y problemas académicos que reflejan en la trama una realidad social vivida en muchas escuelas norteamericanas. El paralelismo entre el guión, obra y personajes hacen que alcance un dinamismo y mantenga activo al cinéfilo.

Sin pretender minimizar el éxito taquillero obtenido, los efectos luminosos, divorciados del mensaje de las escenas, están cargados de incoherentes tonos y matices. Además, la producción fotográfica no cumple con la relación fondo figura o la ley de la mirada.

El vestuario, muy juvenil y apropiado a una universidad norteña, caracteriza a cada personaje, así como maquillajes con tonos nítidos y frescos que brindad juventud y van de la mano con cada vestuario y situación.

Es predecible el final del largometraje desde el inicio, resta calidad al filme, pues desde los primeros encuentros entre las bandas participantes en el certamen, avizora que The Barden Bellas resultará triunfadora.

El típico desenlace feliz, reitera, una vez más, que estas producciones de Hollywood están hechas para el entretenimiento y no conducen a un análisis profundo debido a  la superficialidad del tema principal.

EL CREPÚSCULO DE AMANECER

EL CREPÚSCULO DE AMANECER

La última adaptación a la gran pantalla de la saga Crepúsculo, es un ejemplo de que el éxito de taquilla no garantiza la excelencia de la entrega cinematográfica.

WENDY GARCÍA MARQUETTI,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Amanecer Parte 2, es la última película de la popular serie de vampiros Crepúsculo. Está inspirada en el libro homónimo de Stephenie Meyer, el cual fue publicado en agosto de 2008. La espera de los seguidores por verla duró hasta el 16 de noviembre de 2012, sin embargo, esta producción de las compañías Summit Entertainment y Lionsgate es un ejemplo de que altas recaudaciones -más de 300 millones de dólares- no es sinónimo de calidad.

La cinta fue dirigida por Bill Condon, ganador de un premio Óscar en el filme Gods and Monsters por Mejor Guión Adaptado. A pesar de ello, durante la entrega dudamos de la capacidad de dirección de Condon, pues no se cuidaron los elementos básicos que estaban bajo su mando, dígase actuación y guión.

Melissa Rosenberg, la guionista, que ya había adaptado el resto de los libros, demostró esta vez una incapacidad para extrapolar a la gran pantalla las verdaderas intenciones de la escritora. Con el objetivo de atraer más público masculino, cambió romance por acción, sacrificó pasajes de la historia e inventó un final que se opone a la mitología de los vampiros de Meyer, causando descontento entre los fanáticos.

De los actores principales: Kristen Stewart, Robert Pattinson y Taylor Lautner, como Bella Swan, Edward Cullen y Jacob Black, en ese orden, solo Stewart logró demostrar algo de capacidad histriónica. Mientras, las penosas interpretaciones de sus compañeros masculinos, reconocidos por la crítica en filmes no pertenecientes a la saga, dejaron mucho que desear.

Peor fue el caso de Dakota Fanning y Michael Sheen como Jane y Aro Volturi. Sus líneas originales desaparecieron casi por completo. No obstante, su trabajo constituye uno de los escasos momentos donde apreciamos verdadera actuación.

Los efectos especiales estuvieron dirigidos por Terry Windell. La labor de este departamento fue deplorable y por momentos parece que en lugar de tecnología de punta se emplearon técnicas caseras. Un ejemplo es la representación computarizada de Renesmee, la hija de Bella y Edward. Los fanáticos catalogaron la apariencia de la bebé como “la reencarnación de Chuky, el muñeco diabólico”.

La sección de maquillaje, a cargo de Jean Black, tuvo un desempeño terrible. Parece que estos vampiros en vez de tener la piel pálida se sumergían cada mañana en potes de talco. El error fue justificado con el hecho de que como en cada película este equipo variaba, no les fue posible aprender de los errores pasados.

En cambio, el resto de los departamentos de producción tuvo un trabajo aceptable. Cabe destacar la labor de Michael Wilkinson como diseñador de vestuario, conocido por la cinta 300, quien supo transmitir la psicología de los personajes mediante su labor. Por su parte, Guillermo Navarro, ganador de un Óscar por la fotografía del filme El laberinto del Fauno, mostró gran profesionalidad con los exteriores y la luz.

Solo fue catalogada de magistral la banda sonora supervisada por Carter Burwell y Alexandra Patsavas, también encargados de la música en la primera entrega de la saga. Varios sitios web calificaron el fondo musical con cuatro de las cinco estrellas posibles. A thousand years (Parte 2), de Christina Perri, y The forgotten, del grupo de rock Green Day, fueron los temas más aplaudidos por los productores musicales a nivel mundial.

Debido a lo antes expuesto, Amanecer se enfrentó al crepúsculo cinematográfico, o sea, fue desacreditado por el público y la crítica. Dentro de poco solo será recordada por los fans como una pésima adaptación de una de las historias más queridas de la década. Lo que pudo haber sido el pináculo de la saga, al contar con especialistas en cada departamento de producción, se convirtió en la peor entrega. Es por eso, que a diferencia de otros casos, la espera no valió la pena.

UN OLOR DE AMOR Y PSIQUE

UN OLOR DE AMOR Y PSIQUE

NGA TRAN THU (NINA),
estudiante  de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Jean-Baptiste Grenouille nació entre una multitud pobre, llena de olor a pescado y  putrefacción marcándolo para siempre. Esto provocó que desde la niñez perdiera el sentido del olfato, siendo rechazado por todos los que lo rodeaban. Lo único que lo hacía feliz era poder sentir el aroma de muchachas hermosas.

Es esta la trama de la película El perfume: historia de un asesino (título original: Das Parfum – Die Geschichte eines Mörders ), del director alemán Tom Tykwer, del año 2006, basada en el best seller del mismo nombre, del escritor germano Patrick Süskind y producida por los estudios Constantin Film de ese país.  El film se muestra como un prisma de la vida.

Grenouille pensaba que el perfume indicado haría que todos lo quisieran, y debía hacerlo con el cabello de jóvenes vírgenes, a las que asesinaba para lograr su propósito. Este sería como una medicina para curar muchas tragedias de una vida sin amor de nadie.

Para conseguir el excelente elenco que protagonizó el filme se realizaron cientos de castings donde se reclutaron actores como Alan Rickman (Antoine Richis), Simon Chandler (mayor de Grasse) y Rachel Hurd-Wood (Laura Richis), quien  fue seleccionada entre catorce estrellas del cine ese año.

Qué decir del papel protagónico, interpretado por Ben Whishaw, quien logra las mejores escenas de la película, resaltando la parte cuando pone un rostro morboso y atractivo al oler a su primera víctima. Su actuación hace sentir un buen aroma, incluso, en una época en que la higiene era una cosa rara y de herejes. La historia se desarrolla en París, Francia, y es una lástima que otros actores tan reconocidos se limiten a papeles pequeños, como Dustin Hoffman y Alan Rickman, quienes solo aparecen para dar la sensación de estar incómodos con su peluca y no fueron explotados como debía su talento.

El diseño de película es muy interesante porque revive las características de esa ciudad, muy sucia, en aquella época para conseguir la sensación real de los olores de la misma. Pierre-Yves Gayraud, la diseñadora de vestuario de la película, estuvo 15 semanas investigando la situación social francesa del siglo XVIII.

La filmación fue sumamente compleja y requirió semanas de planeación y pruebas previas, antes de iniciar la primera tomas. Aunque parezca algo insólito para el espectador, en realidad la cinta tuvo muy pocas escenas rodadas en Francia.

El cartel Perfume recrea el tema central de la película: mujeres adolescentes y vírgenes asesinadas. Con la selección se está centrando la atención en el objetivo de sus víctimas. El color blanco representa la pureza de la juventud y al mismo tiempo la presencia de la muerte, y el rojo la violencia con la que mueren.

La partitura musical de El perfume: historia de un asesino fue compuesta por Tom Tykwer y dos de sus amigos Johnny Klimek y Reinhold Heil. La música empleada en la película es grabada en el plató y también fue utilizada en lugar de música de ambiente durante la edición.

Aunque no tiene la misma la calidad del libro, ni abarca detalladamente toda la historia como sucede en este, es una versión muy aceptada y fiel a su origen El filme obtuvo muchos premios importantes. En los Premios del Cine de Alemania de 2007 ganó el de Plata a la Mejor Película de Cine y los premios a la Mejor Fotografía, Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Montaje, Mejor Diseño de Producción y Mejor Sonido. También recibió nominaciones a la Mejor Dirección y Mejor Música de Cine, Mejor Actor.

Aún así, en una escala del uno al diez, en mi opinión, la película tendría un nueve, porque a pesar de lo magnífico que pueda resultar todo lo que se hizo durante su producción y de los 60 millones dólares invertidos, momentos tan importantes como el que tiene lugar en la plaza mayor de Grasse, donde intentan condenarlo a muerte, no se recrean con el rigor que exige la obra, aunque se hace hasta donde permite en una gran producción como ésta.

Pie de foto: El cartel de la película El perfume: historia de un asesino. 

UNA PELÍCULA PARA TODOS LOS TIEMPOS

UNA PELÍCULA PARA TODOS LOS TIEMPOS

LINH NGUYEN HOAI,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
 

Conocemos a Walt Disney Animation Studios como uno de los primeros y más grandes productores de películas en Estados Unidos (EEUU). Desde su fundación, han nacido muchas obras que ganaron premios mundiales como Blancanieves y los siete enanitos, La Cenicienta, La bella durmiente, Peter Pan, La bella y la bestia, entre otros, como El rey león.

Esta última producción, basada en la tragedia de Hamlet, obra del dramaturgo inglés William Shakespeare, cuenta la lucha del león Simba (Matthew Broderick) contra su tío Scar (Jeremy Irons) por el trono de la selva africana. Después de los problemas pasados, por fin, Simba gana con la ayuda de los amigos y llega a ser el rey.

Bajo la dirección de Rob Minkoff y Roger Allers, la película nos trae una mirada nueva e interesante de los animales entre la naturaleza, para comprender los ciclos de la vida de los humanos. Además, ha proporcionado a los niños conocimientos biológicos básicos como es el efecto de las razas diferentes.

También los dos directores tuvieron éxito al dibujar los personajes, especialmente el antagonista, tío Scar, donde, como es tradicional en Disney, nos introducen a uno de los villanos más brutales en las historias. Por otra parte, el diseño fue realista, la expresión de los leones se muestra en la manera igual que la humana en vida real.

Matthew Brodebrick y Jeremy Irons, asumieron los papeles correctamente, cada uno supo poner algo de su propia personalidad en el papel representado, haciéndolo único y memorable. Irons creó un malvado que se centra en lo humorístico para los crueles actos. A su vez, Brodebrick muestra el lado amable y justo en la interpretación, sin dejar de tener matices.

Por otro lado, es una personificación perfecta, por la fábula de los leones,  refleja una parte de la historia humana en el período feudal, no es fácil para los pequeños entender la vida, y más cuando le es arrancada sin aviso. Los productores lo han convertido en un mensaje contenido en la película animada, hasta los adultos la disfrutan una y otra vez.

La escenografía es construida de manera espectacular, y dependiendo del contexto, el tono se cambia. Hasta el uso del color trae consigo una intencionalidad: el empleado cuando Mufasa gobernaba el reino es brillante, al contrario del empleado en Scar que es nublado, lleno de grises. Esta coloración transformó el filme a una pintura vívida, en la que los matices pueden representar como se siente cada uno de ánimo.

Algo especial de la película es la música. La canción “Can you feel the love tonight”, presentada por Elton John, ganó dos premios de la canción original: el Óscar y el Globo de Oro. Por la melodía gentil, nos mezcla con el sentimiento de Simba y Nala (una vieja amiga de juegos de Simba) cuando ellos se encuentran. Además, estas melodías le valieron a John un reconocimiento aún mayor que los que ya tenía.

Aunque las dos canciones “Hakuna Matata” y “Circle of life” (Ciclo de la vida), del mismo autor, fueron nominados al Premio Óscar, también imprimieron sus efectos a las audiencias y su propósito dentro de la película. Hoy día son recordadas por la pasada generación y la presente.

El Rey León marcó un nuevo paso en las películas animadas, muchos adultos la recuerdan como el filme con que lloraron de niños y los más pequeños la disfrutan a pesar de esas otras grandes producciones de  Disney o de Pixar que hoy dominan el mercado. Esta es, sin más, una película de todos los tiempos.

HISTORIA AL ROJO VIVO

HISTORIA AL ROJO VIVO

IRELYS SERRANO ACOSTA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,  
Universidad de La Habana.

Esta vez el dinero no cae del cielo, se siembra. Según el principio de que “Si el hombre sirve, la tierra sirve”, un poblado cubano demuestra que el suelo da según eres capaz de ofrecerle.

La discordia entre dos familias y a la vez los fuertes lazos de amor que surgen entre sus miembros conforman el dilema principal de la novela, dirigida por Noemí Cartaya y Miguel Brito, ambos destacados productores de la televisión nacional.

Tierras de fuego se desarrolla en el pueblo de Palmarito, donde todos los lugareños trabajan directamente la tierra, pues viven de esto, pero lo extraño del caso es ver como guataqueando, y escardando bajo el sol, con camisas y pantalones de colores claros, jamás llegan a ensuciarse.

En medio del campo, entre caminos de piedras, poco transitables, las mujeres visten elegantes atuendos y altos tacones, algo un poco chocante debido a las condiciones rupestres del lugar.

Otra notable aspereza es que las dos familias del litigio tienen, supuestamente, igual cantidad de terrenos, siembran y recogen prácticamente lo mismo y, sin embargo, una casa es enorme, de mampostería y placa, bien amueblada, con todas las comodidades, mientras que la otra es de madera y nada confortable. Es decir, se muestran diferencias notables en la situación económica sin un argumento sólido.

La Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) del pueblo está a cargo de una mujer, Isabel, quien pasa el tiempo yendo de aquí para allá, lo menos que se le ve es trabajando y cuando lo hace es solo para discutir con sus subordinados, ¿será esto lo que sucede en verdad con los jefes de las cooperativas?

Por supuesto, no puede faltar el “chulampín” de la telenovela protagonizado por el actor cubano Harold Iglesias en el personaje de Ernesto, la típica imagen del habanero que solo se mete en problemas de los que nunca logra salir ileso.

No puede pasar inadvertido el papel de Javier, por cierto, muy poco creíble para el público ya que a estas alturas de la vida, donde todos quieren ser universitarios, tener un buen futuro y si es en la capital mejor, este muchacho renunció a su carrera para trabajar y vivir en el campo.

Tierras de Fuego está hecha para todos los públicos, trae inmerso en la trama cualquier tipo de conflictos, por ejemplo, sus directores no dejaron de representar la violencia hacia la mujer en el matrimonio, los conflictos internos en las familias y el desvío de materiales en los centros laborales.

También es necesario reconocer la calidad de las imágenes realizadas por los fotógrafos Rafael García y Alexander Escobar, pues muestran bellos paisajes cubanos que evidencian la riqueza natural del país.

La música a cargo de los compositores Juan A. Leyva y Magda R. Galbán, estuvo siempre acorde con las situaciones, supo denotar en su respectivo momento el misterio, la tristeza y la felicidad, situando al espectador dentro de cada escena.

En cuanto al guión desarrollado por los escritores Ángel Luis Martínez y Yoel Monzón, pudo haber sido más enigmático, pues desde el principio ya había quien se imaginaba el final justo y como fue, esto le restó riqueza a la trama.

A pesar de todas las fallas que pudo haber tenido la producción cubana de 2013, no se puede negar que después del rechazo del público hacia la proyección de Santa María del Porvenir, esta fue más aceptada por la audiencia, considerándose una buena producción de la televisión cubana actual.
 

MÁS QUE ONCE MINUTOS

MÁS QUE ONCE MINUTOS

ALIANET BELTRÁN ÁLVAREZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Once minutos, libro del escritor brasileño Paulo Coelho, narra la relación entre el alma, el espíritu y la sexualidad. Presentado desde el año 2003 se convirtió en uno de los best sellers de este autor.

Paulo Coelho se basa en una historia real para hacer este libro, recreó las peripecias de una muchacha de 21 años con escasa preparación intelectual que transita por momentos difíciles en su vida.

El lenguaje manejado en la obra es coloquial, se emplean palabras sencillas, comunes, fáciles de comprender, aunque en ocasiones podría considerarse que roza el límite con la falta de riqueza en el lenguaje. Como función lingüística fundamental esta la emotiva, aunque hay abundante presencia de la poética y la referencial.

En la obra se manejan dos tipos de narradores, el omnisciente es el predominante, a lo largo de la obra es quien cuenta las acciones de los personajes que a través de él conocemos sus vidas. El narrador protagonista se evidencia en los retazos del diario de María, el personaje principal, que Coelho pone en evidencia. 

La novela narra la vida de una joven que se convierte en prostituta y encuentra a su príncipe azul. Puede ser considerada como una novela rosa, ya que en ocasiones la trama romántica se vuelve tan empalagosa que resulta agobiante para los públicos más exigentes.

Hay carencia de credibilidad, puesto que presentan situaciones que en la vida real no suceden tan fácilmente, por ejemplo, no es común que una muchacha de pueblo, que nunca ha salido de allí, la primera vez que lo haga consiga trabajo en el exterior y emprenda la “aventura de su vida”. Si bien es cierto que toda novela debe tener elementos de ficción, también necesita un fuerte basamento real para que el lector se identifique con ella.

Está redactada cronológicamente, los hechos han sido presentados de acuerdo a como fueron ocurriendo. Este aspecto hace que la obra cuente entonces con una narración lineal, sin ir atrás en el tiempo, que tanta riqueza y atracción le aporta a las obras. Aunque no llega a molestar este estilo, sí carece de emoción.

Como la mayoría de las obras de Coelho, el recurso literario que predomina es la narración, todo se basa en relato consecuente y detallado de la vida de María, resulta atrayente, en este caso, por la manera de escribir del autor, quien tiene un marcado estilo en sus obras. Aspecto esencial que al trabajarlo en libros como El alquimista, Veronika decide morir, El peregrino y otros, hicieron de él uno de los autores más vendidos en el mundo.

Uno de los temas más comunes en los libros de Coelho es el religioso, lo vincula con cada uno de sus personajes, en casi todos los contextos y situaciones. A veces llega a un grado de saturación tal que muchos se abstienen de leer sus obras solo por esto, no es cuestión de no mostrar las creencias del autor, sino de hacerlo con mesura.

Once Minutos tiene un punto a su favor en cuanto a este aspecto, basa más su trama en el amor, el descubrimiento del ser interior y de la sexualidad de la manera más íntima conocida. Se refiere a Dios simplemente en plegarias hechas por la protagonista en pos de mejorar su situación sentimental.

Utiliza recursos retóricos como la gradación, el símil, la metáfora, comparación, personificación, paradoja, contradicción y sentencia, lo cual ayuda a que la obra se enriquezca, tome un carácter más literario y que el público acoja con mayor entusiasmo lo leído.     

Según el propio Coelho, “Once minutos es una reflexión, pero uno no aprende de la sexualidad leyendo. Hay que practicarla, hay que vivirla. Para mí sólo existen tres cosas totalmente prohibidas: la pedofilia, el incesto y el estupro. Aparte de eso, creo que toda pareja tiene libertad para ejercer las mil y una maneras de hacer el amor.”

CONTIGO PAN Y CEBOLLA… NO MUERE

CONTIGO PAN Y CEBOLLA… NO MUERE

LEANNY VISTEL PÉREZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Tras el telón: rostros maquillados, ropas coloridas y voces fuertes personificaron el dolor, y el egoísmo reflejado en el texto, que escrito en 1962 por el dramaturgo cubano Héctor Quintero, regresó al escenario nacional con un nuevo montaje concebido por Julio César Ramírez, director del Teatro D´Dos: Contigo, pan y cebolla, un clásico cubano.

El espectáculo estuvo en cartelera hasta el mes de marzo (2014) en la sala Raquel Revuelta de la capital cubana, con motivo de celebrar los cincuenta  años de  su   primera puesta en escena, en febrero de 1964, bajo la dirección de Sergio Corrieri.     

La experimentada actriz Daysi Sánchez encarnó el rol de Lala Fundora, y Raimundo Miranda construyó un Anselmito orgánico en sus acciones, mientras que Jorge Fernández en el papel de Anselmo, no alcanzó a representar al marido requerido por el guión debido a la inseguridad vocal y física.

El resto del elenco, integrado por actores más jóvenes, cumplió con las demandas de sus personajes y  el propio desenlace del montaje el que les permitió crecer en sus respectivos papeles para encontrar caminos propios.

Esta puesta en escena trata sobre las vicisitudes de una familia  para salir adelante en la década de los 50 del pasado siglo. La adquisición de un refrigerador fue el pretexto para exponer las alegrías y tristezas de un típico hogar cubano y, a pesar de que la compra del electrodoméstico constituyó el punto de giro durante la representación, no se garantizó un aparato de la época, por lo que el elemento empleado no estuvo acorde con la ya desaliñada escenografía.

A pesar de reflejar una vivienda  modesta, ambientada con comadritas y un gran cuadro del Sagrado Corazón en el comedor, el attrezzo quedó pobre en colores y formas, predominando los tonos ocres y las figuras cuadradas.

Asimismo, existieron limitaciones en cuanto a la producción, se percibieron escenas mal montadas, como fue el caso del balcón, y  que aseguraba la escena final de Lala y Anselmo, estaba  superpuesto en el espacio, pues no resultó efectiva ni atractiva en su realización, a cargo de Yasser González Artiles.

El vestuario fue un reflejo del tiempo y una ventana para entrever la situación económica de esa familia. Estuvieron bien empleados los colores de tela, según las características psicológicas de cada personaje.

Las luces jugaron con la expresión corporal de los actores y con la emotividad de las escenas; así, el color rojo fue utilizado para ambientar momentos conmovedores y las sombras oscuras para dar sensación de  angustia y tensión.

En cuanto a la música, tuvo efecto profundo sobre la memoria y  ocupó un lugar primordial en cuanto a la sensibilidad que se le imprime   a los actos. Es más un símbolo de añoranza que un elemento acompañante.

La acústica del teatro atentó severamente contra los diálogos, provocando que en varios momentos no se escucharan los parlamentos, y los espectadores perdieran un poco el hilo y sentido de la trama.

A lo largo del montaje, se pierde el interés por lo que ocurre y se retoma gracias a pasajes realmente hilarantes, como las paulatinas transformaciones de los personajes, los imperdonables ataques contra la escenografía.

A pesar de los inconvenientes, se pudo disfrutar de la obra, donde los parlamentos coloquiales, humorísticos, garantizaron con un tono cálido y familiar las risas y aplausos del público.

LLEGA A CUBA LA ÓPERA ALEMANA

LLEGA A CUBA LA ÓPERA ALEMANA

CLAUDIA PÉREZ VILA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El holandés errante es una de las óperas más reconocidas del músico y compositor alemán Richard Warner. Interpretada por el Teatro Lírico Nacional de Cuba en la sala Covarrubias del teatro Nacional, la esperada presentación se estrenó del 15 al 17 de noviembre (2014) y contó con el apoyo de la embajada de Austria y Alemania.

También conocida como El buque fantasma, está basada en una experiencia personal del autor cuando iba para Londres por desavenencias políticas. La travesía que se esperaba que durara tres días se extendió 95 y fue una verdadera odisea para el músico y su esposa, la actriz Minne.

Este es el referente en el que la obra se basa, la historia de un holandés que carga con la maldición de andar navegando por la eternidad y desembarcar cada cierto tiempo. En uno de sus viajes por la tierra encuentra el amor, pero será imposible tenerlo, pues debe naufragar durante toda su vida.

La difícil tarea de preparar por primera vez en el país una ópera en alemán, cantada por cubanos, estuvo a cargo de los directores artísticos Andreas Baesler y el maestro Eduardo Díaz, que desde 2006 ha trabajado regularmente en este país caribeño. La compenetración artística entre ambos creadores tuvo como resultado una destacada organización de los músicos, exquisita banda sonora que se mantuvo en vivo durante todo el espectáculo y la confianza con que se mostraban los intérpretes.

Un elenco conformado por jóvenes artistas donde destacan la soprano Johana Simón, los tenores Yuri Hernández (Teatro Lírico de Holguín) y Bryan López, el bajo Marcos Lima, y las mezzo Lily Hernández y Dayamí Pérez, secundados por el Coro y la Orquesta del Gran Teatro de La Habana, reflejan la calidad de la enseña artística en la Isla Caribeña.

Llevada al teatro en tres escenas y una duración aproximada de 160 minutos, la obra con algunas adecuaciones artísticas del artista de la  plástica cubano Alexis Leyva Machado (Kcho), quien con su estilo abstracto logró armonizar las escenas utilizando maderas y tela para reflejar las travesías sufridas por el holandés.

El diseño de vestuario a cargo de los alemanes Tanja Hoffman, Stefan Bolliger estuvo acorde con el momento en que se enmarcó el suceso. Cada personaje iba afín a su papel y a la escena. En el caso del holandés, interpretado por el ucraniano Andrei Maslakov, invitado especial, se mostró como un vagabundo sin un destino marcado ni un lugar en el que terminar su vida a causa de la maldición que llevaba.

El austriaco Harald Thoren, quien también colaboró con el diseño de vestuario, fue el responsable de las luces y el montaje de la escenografía. El color gris y azul fueron los más empleados, pues son característicos de días tempestuosos y el primero expresa agonía y desesperación. Otros como el verde, amarillo y rojo también sobresalieron por reflejar las distintas escenas, desde románticas hasta terroríficas, en que  se desarrollaba la obra.

Si por primera vez la escena cubana cuenta en su repertorio con la creación de este compositor del romanticismo alemán es resultado de las acciones que se llevan en la capital para fundar el Círculo de Amigos Richard Warner, además de que el público cubano desea escuchar algo más que los acostumbrados italianos, que tanto bien hicieron a la solidificación del género, y los griegos, que con sus melodías transitaron la frontera del tiempo y continúan hoy como paradigmas culturales. 

El suceso en la Isla fue un acontecimiento cultural, pues coincide con los 170 años de su puesta en Dresde, Alemania, el bicentenario del nacimiento de su compositor y el cincuentenario de la creación del Teatro Lírico Nacional de Cuba.