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Cuba Curiosa

DE MAC PARTLAND A MELLA

DE MAC PARTLAND A MELLA

Julio Antonio Mella defendió el nombre que asumió en su campo de batalla, el cual no se pudo legitimar hasta que en 1930 lo logró su esposa Olivia Zaldívar.

LAURA PATRICIA RUIZ LEDÓN,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

El nombre de batalla de Julio Antonio Mella, líder estudiantil universitario de los años 20, no pudo ser legalizado hasta 1930, un año después de su asesinato, cuando su esposa Olivia Zaldívar logró que se reconociera como la misma persona que oficialmente se llamaba Nicanor Mac Partland.

Olivia Zaldívar en julio de ese año gestionó ante el Juzgado Municipal de Camagüey, de donde era oriunda, la acreditación de defunción de su esposo y su estado de viudez, proponiendo, además, que se legalizara que la persona fallecida en México bajo el nombre de Nicanor Mac Partland era la misma que se conocía públicamente como Julio Antonio Mella. Así quedaron registradas sus dos identidades de manera oficial, comentó Adys Cupull Reyes, desde 1975 estudiosa e investigadora de la vida del líder.

Nelio Contrera, en su libro Julio Antonio Mella. El joven precursor, recoge el testimonio del Doctor Ángel Cabrera Murt, compañero de estudio de Mella, quien dio constancia de que cuando el líder ingresó en la enseñanza superior, le dijo: “Desde hoy me llamaré Julio Antonio; Julio por Julio César y Antonio por Marco Antonio”, puesto que era un admirador de la historia de Roma y sus grandes hombres.

Mella nació el 25 de marzo de 1903 de una relación extramatrimonial entre la irlandesa Cecilia Mc Partland y el dominicano Nicanor Mella. Como la ley vigente en aquel momento no permitía que el padre reconociera a los hijos nacidos fuera del matrimonio, lo inscribieron bajo el apellido materno, por eso se llamó Nicanor Mc Partland, recoge el libro Así mi corazón, de Adys Cupull Reyes y Froilán González García.

Cupull, partiendo de lo publicado en el libro Mella. Documentos y Artículos, agregó que el joven todos sus escritos los firmó bajo el nombre Julio Antonio Mella, obviando así su inscripción legal, excepto en dos que fueron dirigidos a centros estudiantiles porque, quizás ante estos, tenía que presentarse con su verdadera identidad, pero sin dejar de poner debajo el seudónimo Mella.

“Uno de los momentos más importantes para Lamy, como cariñosamente le decían, fue cuando un profesor al pasar la lista en el aula lo llamó por Nicanor, al percatarse que se trataba de Mella, al día siguiente lo nombró por Julio Antonio Mella, al final de la clase este se le acercó y le dio las gracias, porque, aunque no había podido legalizar su nombre, ya lo empezaban a reconocer como él quería”, añadió la investigadora.

Guillermo Rodríguez Rivera, Doctor en Ciencias Filológicas y Profesor Titular de la Facultad de Artes y Letras, de la Universidad de La Habana, abundó: “El tema de portar ese nombre era, además de una razón familiar, una razón política. ¿Por qué tenía que llevar un apellido irlandés pudiendo llevar el de su padre, aunque fuera dominicano?, porque él era un latinoamericanista, de ese modo lo cubanizaba”.

Este joven fue el primer estudiante cubano que tradujo pasajes de Lenin del inglés al español; fue estudioso profundo de José Martí, lo que contribuyó a la fundación de revistas como Alma Mater, Juventud y a la escritura de los artículos publicados en el diario mexicano El Machete, aportó vía correo electrónico el Doctor Froilán González García, investigador de Mella y autor de libros sobre su vida estudiantil.

Pie de foto: Julio Antonio Mella fue uno de los mejores estudiantes de su tiempo.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.

Tipo de lead: Especial de Relieve.

Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida + Dato adicional.

Tipo de fuentes: Documental, no documental, permanentes, primaria, secundaria, directa, complementaria.

Primer valor noticia: Singularidad.

Otros dos valores noticia: Prominencia de los protagonistas. Interés colectivo.

¿CEMENTERIO DE AMERICANOS, PROTESTANTES O INGLESES?

¿CEMENTERIO DE AMERICANOS, PROTESTANTES O INGLESES?

El céntrico Vedado habanero guarda en su historia la existencia de una necrópolis ligada a hechos de horror.

ANA MARGARITA MARTÍN GUERRERO,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Aunque el Vedado hoy es un símbolo del desarrollo urbanístico en la capital, una comisión de investigadores de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC) descubrió que, hace casi dos siglos, sobre parte de esta barriada radicó el primer recinto oficial conocido para depositar los restos de los no católicos en la antigua villa de San Cristóbal de La Habana.

Ubicado entre las actuales calles 11 y 15, y B y E, el llamado Cementerio de los Americanos, de los Ingleses o de los Protestantes, adquirió fama de sitio maldito, debido a la aparición esporádica de cadáveres despedazados por animales carroñeros, afirmó Manuel Barcia Paz, investigador principal a cargo del estudio en el Gabinete de Arqueología de la OHC en la década de los 90.

Los terrenos pertenecían a la hacienda de Antonio de Frías quien, hastiado de dicha situación, decidió vender parte de sus tierras para oficializar el estatus del lugar como necrópolis. Desde su fundación en 1809, esta contó con un reglamento propio, del que fue responsable el capitán general de la Isla, Don Salvador del Muro y Salazar, marqués de Someruelos.

Liset Roura Álvarez, especialista en Arqueología Histórica de la OHC, aseveró que el terreno, ubicado en el antiguo Monte Vedado, poseía dos características favorables para la construcción del cementerio: tenía edificaciones aisladas y estaba fuera de los límites del centro urbano.

Barcia agregó que “la creación de la necrópolis es, probablemente, resultado del aumento de extranjeros a causa de la revolución haitiana y por las disposiciones del intendente Alejandro Ramírez, en 1817, de fomentar la inmigración de colonos blancos a la Isla, aunque en teoría debían ser católicos”.

En la decisión influyeron también los numerosos asentamientos de comerciantes norteamericanos en La Habana y Matanzas, y la gran cantidad de negros muertos tras su llegada de África, este último aspecto fue el motivo de la creación, en 1817, de un nuevo reglamento para regir el cementerio, pues había gran desorden con los cadáveres.

El descuido del lugar constituyó quejas continuadas de los pobladores cercanos, al punto de que hoy no hay conocimiento de las características de los nichos ni de cómo eran los enterramientos. Varias de las críticas de la época están en el  boletín del gabinete de Arqueología de la OHC.

En ese texto aparece la vivencia del reconocido y miembro de la Junta Superior de Sanidad, doctor Angel J. Cowley, quien expresó: “vimos parte de un cadáver que yacía a la izquierda de la entrada (…) estando totalmente descubiertos y en estado de avanzada corrupción el muslo y la pierna del lado izquierdo, faltando el pie, pasto de las auras o buitres (…)”. Esto ocurrió cuando paseaba cerca del recinto con dos de sus hijos.

En el Archivo Nacional existen evidencias de un modelo de herrería y el diseño de un frontón neoclásico en la entrada frontal, no obstante, tales trabajos nunca se realizaron, puesto que cerraron el cementerio en la segunda mitad del siglo XIX, pero la fecha específica no ha sido esclarecida.

Pie de fotos: El Archivo Nacional guarda el boceto del trabajo de herrería y el diseño de la entrada al cementerio, los cuales nunca lograron concretarse (Fotos: Tomadas del Volumen 1 del boletín del Gabinete de Arqueología de La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana).

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.

Tipo de lead: Especial de Contraste.

Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida + Dato adicional.

Tipo de fuentes: Documental (Boletín del Gabinete de Arqueología) y Directas (arqueóloga Liset Roura Álvarez y el investigador Manuel Barcia Paz).

Primer valor-noticia: Rareza.

Otros dos valores-noticia: Proximidad, Interés colectivo.

PRIMER HOSPITAL EN LA HABANA

PRIMER HOSPITAL EN LA HABANA

El instituto Clínico-Quirúrgico Comandante Manuel Fajardo por trámites patrimoniales se considera el heredero de la institución pionera de su tipo en la Villa San Cristóbal, fundada en 1545.

LAURA MARÍA ORTEGA PÉREZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

A ciencia cierta, el primer hospital construido en la Villa San Cristóbal de La Habana, en 1545, no está en el lugar ni conserva el nombre original, pues esa categoría de tiempo se le otorga, por transición, al Hospital Comandante Manuel Fajardo, la institución médica que se convirtió en heredera de este patrimonio pionero.

En los inicios, la propiedad mantenida por la Iglesia y cuyo nombre no aparece registrado, era una pequeña construcción de madera y guano, ubicada cerca del actual Palacio de los Capitanes Generales, refiere el texto Breve Reseña Histórica del Centro, de la autoría de la doctora Mayra Hernández Peterssen y el licenciado Francisco Peterssen.

Con la reconstrucción de la ciudad en 1555, el local fue reedificado como una obra de mampostería. Posteriormente, por disposición del Rey de España, el inmueble se trasladó hacia el terreno aledaño al colegio San Felipe y Santiago, del cual tomó nombre.

Pero aquí no termina la historia del edificio: en 1603 la administración del hospital pasó a la Orden Religiosa Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, que lo renombró en honor a su patrono, destaca el texto señalado, localizado en la Biblioteca del hospital Fajardo.

En 1861, como consecuencia del derrumbe de una nave de San Felipe y Santiago, así reconocida la institución desde 1769, las autoridades militares de la Isla realizaron gestiones con la Corona española y pudieron instalarlo provisionalmente en la Cárcel de La Habana.

No obstante, allí permaneció durante veinte años y adquirió la condición de Centro de Enseñanza Universitaria. En sus aulas recibió clases Fermín Valdés Domínguez, entrañable amigo de José Martí, y de ellas salieron a hacer prácticas los ocho estudiantes de Medicina, fusilados el 27 de noviembre de 1871, constata el texto Breve Reseña.

El historiador del Ministerio de Salud Pública de Cuba, doctor Gregorio Delgado García, afirmó que en 1886 quedó construido el edificio Reina Mercedes, gracias a la recaudación centavo a centavo, de quien fue el primer director, Emiliano Núñez de Villavicencio, doctor de esa institución, la cual abarcó la manzana No 88 (hoy, Coppelia).

“Nuestra Señora de las Mercedes, nombre recibido en 1898, podemos decir que fue el mejor instituto de la Isla y contó con la creación de la primera Escuela de Enfermeras, fundada en 1899 por la Superintendente Miss Mary O’Donnell”, añadió Delgado García.

Junto al Hospital Felipe VII, actualmente llamado General Calixto García, constituían los únicos sitios universitarios de Cuba. Además, el centro tuvo la primicia con el Departamento de rayos X, rayos Finsen y radio, inaugurado a inicios del siglo XX.

Como consta en el texto Breve Reseña Histórica, a finales de1957 se construyó un nuevo inmueble que quedó terminado en una hermosa y funcional estructura de corte modernista, obra del arquitecto Víctor Morales, ubicada en el terreno que hoy abarca el Hospital Fajardo.

“Al triunfar la Revolución, el hospital fue escenario de actividades relacionadas con la Reforma Universitaria. En 1960, tras la muerte del Comandante doctor Manuel Fajardo Rivero en la lucha contra bandidos en el Escambray, como póstumo homenaje se decidió sustituir el nombre de la institución”, manifestó Midiala Monagas Docasal, decana de la Facultad de Ciencias Médicas.

Pie de fotos: 1-El hospital San Felipe y Santiago quedó inaugurado en 1598, en los terrenos aledaños al colegio del mismo nombre, ubicado en la Pequeña Ciénaga (Cortesía de la Biblioteca del hospital Fajardo); 2-El centro hospitalario fue trasladado en 1861 provisionalmente hacia la Cárcel de La Habana, aunque permaneció en ese lugar durante 20 años (Cortesía de la Biblioteca del hospital); 3-La localización en que se encuentra el hospital Clínico-Quirúrgico coincide con la misma edificación creada en la década del 50, con el nombre Nuestra Señora de las Mercedes (Foto: Laura María Ortega Pérez).

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.

Tipo de lead: Sumario de Qué.

Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide normal.

Tipo de fuentes: Documental y directas.

Primer valor noticia: Singularidad.

Otros valores noticia: Prominencia de los protagonistas. Proximidad o cercanía.

LA SANTA Y LOS SACRIFICIOS FORZOSOS

LA SANTA Y LOS SACRIFICIOS FORZOSOS

Esta cueva-cementerio, ubicada en Alamar, fue el asentamiento de los primeros grupos preagroalfareros establecidos en la costa este de La Habana, y presenta sepulcros violentos únicos en todo su litoral.

INDIRA HERNÁNDEZ ALONSO,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Fotos: PASTOR TORRES VALDEZ y MANUEL RIVERO DE LA CALLE.

La Santa, cueva de 2000 años de antigüedad localizada en Colinas de Villa Real, Alamar, es la  primera del municipio Habana del Este en la que emergen restos de oleadas aborígenes tempranas, y la única en el litoral este de la capital donde aparecen entierros forzosos masivos.

“Dentro de la región, la gruta posee rasgos distintivos: el modo brusco de la sepultura y la ausencia de concentraciones tardías de indígenas, cerámicas, pictografías y objetos que evidencian actividad ritual. No fue empleada antes con fines fúnebres, ni era habitacional,” aseveró Roberto Castillo Alcia, investigador de arqueología terrestre y submarina del Museo Municipal de Habana del Este.

“El análisis paleontólogo de los cráneos demostró que los fallecidos no mostraban deformación cefálica, como los taínos, por lo cual desarrollaron una de las llamadas culturas más primitivas de Cuba. Estos sujetos nómadas provenían de la Florida y estaban asentados en El Conchal, actual costa de la Academia Militar Máximo Gómez”, añadió Castillo Alcia. 

La exhumación de los 34 cadáveres (26 de niños y ocho adultos) evidenció la presencia de lesiones craneales –no causantes de la muerte en algunos de ellos– producidas por un objeto contundente esgrimido por otra persona. Varios esqueletos tenían fracturas en costillas y piernas, curadas antes de la inhumación.

Se presume que grupos superiores establecidos en áreas cercanas, como el de la cuenca de Bacuranao, asesinaron en forma de sacrificio a los individuos, refiere el trabajo Una propuesta para la conservación de nuestro pasado precolombino, escrito por Castillo Alcia y disponible en el museo.

En la Academia de Ciencias permanecen los restos, pues la gruta está en peligro de derrumbe, y por el riesgo de contraer infecciones en su interior. Hoy se tramita para trasladar un cuerpo expuesto en el Museo Municipal de Marianao a la entidad homóloga en Guanabo.

Los investigadores Antonio Núñez Jiménez, Pastor Torres Valdez y Manuel Rivero de la Calle, exploraron por primera vez la caverna en  diciembre de 1942, pero fue en agosto de 1965 –como miembros del equipo espeleológico Pedro A. Borras– cuando efectuaron su estudio geomorfológico, considerado la pesquisa científica más importante del país en ese entonces. 

“La Santa constituye un sitio de gran significación local, símbolo de un legado natural y cultural por miles de años, pero las leyes no la protegen. Los vecinos, sobre todo los jóvenes, rallan sus paredes, y las zonas aledañas son objetos de construcciones y prácticas militares”, afirmó Isabel Llargués Pérez, especialista en Patrimonio Inmaterial e historiadora del Museo Municipal de Habana del Este.

Abundó que el nombre de la gruta fue consecuencia  de un “milagro”: la aparición de una niña perdida, hallada en un precipicio del interior de la cueva adyacente La Virgen. Allí, la madre de la pequeña hizo una promesa a la Virgen de la Caridad e instaló una capilla. “Como los esclavos tenían prohibido visitarla, bautizaron la cavidad subterránea colindante como La Santa, para rendir culto al suceso divino”, concluyó Llargués Pérez.

Pie de foto: El equipo espeleológico Pedro A. Borras en 1965 realizó el estudio de la gruta La Santa, en conjunto con la Academia de Ciencias y la Universidad de La Habana.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.

Tipo de lead: Sumario Qué.

Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida + Dato adicional.

Tipo de fuentes: Documental y Directa.

Primer valor-noticia: Singularidad.

Otros dos valores-noticia: Interés colectivo. Proximidad.

DE TAL PALO…UNA BICICLETA

DE TAL PALO…UNA BICICLETA

Con una mirada artística surgieron alternativas de ahorro durante el Período Especial, tal es el caso del ciclo completamente de madera, de la autoría de Humberto Herrera Cordero

Texto y foto:

AYLIN  BÁRBARA  HERRERA REYES,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Una bicicleta totalmente de madera se conserva en el Museo del municipio San Miguel del Padrón, tras 25 años de su confección. El público capitalino, y en especial los pobladores sanmiguelinos, disfrutan del ciclo.

Construida entre los finales de 1990 e inicios de 1991 por Humberto Herrera Cordero (ya fallecido), chofer, en esa época de la empacadora Planta Habana, la bicicleta surgió como iniciativa de su centro de trabajo para el ahorro de combustible durante el Período Especial.

“Copiar una bicicleta normal no tenía gracia”, aseguró Herrera en una entrevista conferida al diario Granma, en su edición del sábado 2 de marzo de 1991. Para ello la compuso con variedades de maderas, no solo por su resistencia, sino también por la asociación de los colores de la madera con los de algún componente de una bicicleta normal.

Granma revela que la biela fue confeccionada de júcaro negro, el guardafangos y el asiento, de algarrobo, el frente de guayaba y la parrilla y el resto de los adornos, de majagua. Las ruedas, con unas 25 pulgadas de diámetro, fueron torneadas en un torno múltiple, creado también por su autor.

“Con resina epóxica (tipo de pegamento) pegó las partes fijas de la bicicleta y para ensamblar el resto de las partes no empleó ni tornillos ni tuercas, solo utilizó pasadores de madera. La cadena la hizo de una soga de henequén trenzada, con pasos hacia atrás, por lo que puede montarse con facilidad”, afirmó Humberto Herrera Pérez, hijo menor del creador.

Herrera Cordero obsequió la bicicleta personalmente  a Fidel Castro, en la clausura de la Asamblea Provincial del Partido Comunista de Cuba, en el Palacio de las Convenciones, el domingo 24 de febrero de 1991 y el Comandante en Jefe decidió enviarla al Museo de la Ciudad.

“No estaba nervioso el día de la entrega, por el contrario, iba con esa paz interior que le caracterizaba, a pesar de que era la primera vez que tendría la oportunidad de conversar con el Comandante. Además, recibió como regalo la bandera cubana de manos de Glenda Azoy Quintana, miembro profesional del Buró Provincial del Partido”, aseguró Bárbara Pérez Núñez, esposa del  innovador.

Tras el fallecimiento del autor en 2010, la Oficina del Historiador de la Ciudad donó la pieza al Museo de San Miguel del Padrón, donde es exhibida desde el 7 de enero de 2011. Con su llegada a la instalación, ha aumentado la atracción de los visitantes y de los habitantes de la localidad, agregó Hilda Concepción Báez, técnica e investigadora del centro.

Como antecedentes de esta obra, estudios apuntan que el Museo Farmacéutico de Matanzas también posee una bicicleta de características similares, construida en el siglo XIX, pero difiere porque la única parte que tiene de madera son las llantas.

Pie de foto: A 25 años de su construcción, la bicicleta de madera es uno de los símbolos del pueblo sanmiguelino.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.

Tipo de lead: Sumario de Qué.

Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida + Dato adicional.

Tipo de fuentes: Documentales (Periódico Granma del 2 de marzo de 1991); No documentales (Humberto Herrera Pérez y Bárbara Pérez Núñez, hijo y esposa de Humberto Herrera Cordero, respectivamente, Hilda Concepción Báez, técnica e investigadora del Museo Municipal de San Miguel del Padrón).

Primer valor-noticia: Singularidad.

Otros dos valores-noticia: Proximidad o cercanía. Interés colectivo.

CIGARRO DE MAR

CIGARRO DE MAR

Especie de tiburón nunca antes vista en Cuba, fue encontrada en el estómago de un pez emperador por trabajadores de la Base de Pesca de Cojímar.

MARÍA KARLA GONZÁLEZ MIR,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Fotos: Cortesía de ALEXEI RUIZ ABIERNO.   

El único tiburón cigarro o enano capturado en aguas cubanas, extraído del estómago de un pez emperador por pescadores de Cojímar, forma parte de la colección del Centro de Investigaciones Marinas (CIM) de la niversidad de La Habana, con el fin de profundizar en su estudio y aportar datos acerca de su biología.

“De acuerdo con los análisis morfológicos llevados a cabo, el ejemplar colectado tiene una longitud de 28,9 centímetros y masa de 62,7 gramos; es un varón joven, con órganos reproductores externos de 2,3 milímetros e internos de seis, los cuales no estaban lo suficientemente calcificados”, informó Alexei Ruiz Abierno, Máster en Ciencias Biológicas y especialista principal a cargo de las investigaciones en el CIM.

El experto agregó que dicho estudio, aún en curso, comenzó en diciembre del 2015, cuando el bote “Obrero”, perteneciente a la Base de Pesca de Cojímar, capturó al noreste de su puerto a una profundidad de 100 metros, un pez emperador que contenía en el estómago el espécimen.

Al respecto, Orestes Gil Hidalgo, patrón de la embarcación de trabajos en mar, expresó vía telefónica que el ejemplar fue entregado a investigadores del CIM presentes en el lugar, quienes dedujeron por el estado de conservación su reciente ingesta.

“Para identificar y reconocer el género como primer reporte en Cuba fue consultada la literatura marina de varios autores; por consiguiente, el hallazgo constituye una nueva suma a la ictiofauna cubana y aumenta la diversidad de tiburones en nuestras aguas”, concluyó Ruiz Abierno.

El artículo “Nuevo reporte de tiburón cigarro para aguas cubanas”, de la Revista de Investigaciones Marinas del CIM, confirma que la especie Isistius brasiliensis (nombre científico), a la cual pertenece el tiburón cigarro, posee un cuerpo redondeado y pardo, más oscuro por el lado dorsal y claro hacia el vientre, un cuello negro alrededor de la garganta y las aletas del medio con márgenes pálidos, casi traslúcidos.

Generalmente se le encuentra cerca de la línea ecuatorial, a profundidades entre 300 y 600 metros. Posee luminiscencia para atraer, en la noche a unos 100 metros de la superficie, presas de mayor tamaño. Su apodo –cigarro- es por la marca que deja una vez extraído el trozo de carne, similar a la herida por quemadura de un tabaco, aclara el sitio web sea.sheddaquarium.org.

Este escualo, descubierto y descrito en 1824 por los zoólogos franceses Jean René Constant Quoy y Joseph Paul Gaimard, es catalogado como parásito, pues lastima a sus presas, pero no las mata. Puede medir en su etapa adulta de 41 a 56 centímetros y es uno de los tiburones más extraños que habitan las aguas del planeta, expone el sitio web de referencia.

Pie de fotos: 1-El ejemplar de tiburón cigarro, con menos de 30 centímetros de longitud, forma parte de la colección del Centro de Investigaciones Marinas, ubicado en Miramar, municipio Playa; 2-Los pescadores de la embarcación “Obrero” hallaron la especie en el estómago de un pez emperador.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.

Tipo de lead: Sumario de Qué.

Tipo de cuerpo: Lead +Pirámide invertida + Dato adicional.

Tipo de fuentes: Directas: Alexei Ruiz Abierno, Máster en Ciencias Biológicas, investigador del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana y especialista en elasmobranchios (tiburones y rayas); Orestes Gil Hidalgo, patrón del bote pesquero “Obrero” (Base de Pesca de Cojímar); Documentales: Artículo de estudio: Ruiz Abierno, Alexei; Rojas Corzo, Ariadna; Angulo Valdés, Jorge A. Nuevo reporte de tiburón cigarro para aguas cubanas, 2016.

Sitio web: sea.sheddaquarium.org; inaturalist.org.

Primer valor-noticia: Curiosidad.

Otros dos valores-noticia: Repercusión  o consecuencia. Interés colectivo.

MASIVA CELEBRACIÓN RELIGIOSA EN TIERRAS MELENERAS

MASIVA CELEBRACIÓN RELIGIOSA EN TIERRAS MELENERAS

A cinco años de su reaparición, la piedra para Obbatalá demuestra la importancia de rescatar el legado de nuestros ancestros para la conservación de la identidad cultural cubana.

DARIAN BÁRCENA DÍAZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Foto: Cortesía de YOEL ENRÍQUEZ RODRÍGUEZ.

A ritmo de toques y cantos yorubas, los lugareños desfilaron este 11 de octubre (2015) hasta el sitio en que está enclavada la Piedra para Obbatalá, para celebrar el quinto aniversario de su reaparición, lo que ratifica su condición de supremacía dentro de las imágenes religiosas africanas que más se veneran en el municipio de Melena del Sur, perteneciente a la provincia de Mayabeque.

Así lo demostró la masiva peregrinación desde el barrio de la Manchurria hasta la intersección de las carreteras que unen al poblado con el municipio de Güines y la playa Mayabeque, o Curva Cabeza de Toro, como también se le conoce a la unión de las vías

En 1970, el ícono desapareció en misteriosas circunstancias, mas, en 2010 se encontraron fragmentos de la loza original, los cuales fueron conservados por vecinos de la zona y luego de rendir las ceremonias pertinentes se colocaron en la Curva Cabeza de Toro en la tarde del 11 de octubre.

“El culto a la figura comenzó en 1835, cuando llegaron a la zona grandes dotaciones de esclavos, quienes comenzaron a adorar al Obbatalá. Cuando los siervos iban a trabajar pasaban cerca de la roca a la cual  atribuían propiedades milagrosas y curativas, y le rezaban, pidiendo que el dios pusiera fin a su tortura”, declaró Jordana Pérez Hernández, historiadora y subdirectora del Museo Municipal.

“Inicialmente, el símbolo estaba ubicado en la Finca Barrancos y era visitado diariamente por centenares de personas para formular peticiones de salud y prosperidad. En 1940 los dueños de los terrenos Antonio y Francisco Ruiz, decidieron moverla varios metros para no dañarla con las labores de siembra, pues creían que el objeto bendecía sus propiedades haciéndolas más fértiles”, expone el libro Piedra para Obbatalá, del investigador Yoel Enríquez Rodríguez.

Petronila Trutié Lumunba, residente del lugar, comentó: “Mi hija Juana contrajo una enfermedad muy rara en el año 1960, de la cual ni los médicos podían determinar la causa exacta, entonces recordé que mi padre me había hablado de la piedra y hasta allá fui a rogarle, y en solo tres días los síntomas se esfumaron. Desde su reaparición, acudo a ella nuevamente, acompañada por Juana como muestra de agradecimiento y devoción”.

“En Melena radicaron 2 023 esclavos en los años 1830, de los cuales 36 vivían en población, 841 en ingenios, 363 en cafetales, 155 en haciendas de crianza, 449 en potreros y 179 en sitios de labranza”, expone el documento Capitanía Pedánea de Melena del Sur, el cual incluye el Censo de Población en 1838 y se conserva en el Museo Municipal.

Pie de fotos: Los pobladores se reunieron para festejar el retorno de este símbolo a su ubicación inicial.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.

Tipo de Lead: Sumario de Cómo.

Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida + Dato adicional.

Tipo de fuentes: Directas: Jordana Pérez Hernández, historiadora y subdirectora del Museo Municipal; Petronila Trutié Lumunba, descendiente de africanos y participante en las celebraciones. Documentales: Libro Piedra para Obbatalá, del investigador Yoel Enríquez Rodríguez; Documento Capitanía Pedánea de Melena del Sur.

Primer valor-noticia: Singularidad.

Otros dos valores-noticias: Interés colectivo. Actualidad.

LA CALLE DEL APÓSTOL

LA CALLE DEL APÓSTOL

El boulevard de la Isla de la Juventud, cuya construcción terminó este 2016, es la única arteria cubana donde estuvo José Martí, que lleva su nombre.

SEALYS GARDÓN PANTOJA

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Foto: Cortesía de GERARDO MAYET CRUZ.

El 2016 trajo a los pineros la alegría de estrenar boulevard, luego de alrededor de cuatro años de trabajos constructivos. Espejo de la historia de la pequeña ínsula, el paseo pinero cuenta con símbolos culturales entrañables como cañones, identificativos de la época en la que corsarios y piratas preservaron aquí sus más preciados tesoros.

Pero esa calle, la José Martí, acoge para los habitantes del lugar una fortuna mayor que la posiblemente enterrada ahí por el afamado pirata Pepe el Mallorquín: es la única en Cuba con ese nombre por donde transitó el Apóstol.

El organizador de la Guerra Necesaria llegó a Isla de Pinos el 13 de octubre de 1870, reportan datos del  Archivo Nacional de Cuba, citado por Antonio Núñez Jiménez en su volumen Isla de Pinos. Piratas, colonizadores y rebeldes (Ediciones Arte y Literatura, 1976).

“Es la única calle en nuestro país con ese nombre visitada por el escritor de Ismaelillo. En los momentos de su llegada la llamaban  Calle Real, convertida luego en Pinillos y que, en la república neocolonial, pasa a denominarse José Martí. Se suma, así, a la lista de arterias de Cuba que, por decisión estratégica de los  gobiernos de turno y como parte de la guerra simbólica de inicios del siglo XX, tomaron el nombre de diferentes patriotas cubanos”, explica Julio César Sánchez Guerra, miembro de la Asociación de Historiadores del municipio y autor de numerosos escritos relacionados con la vida del Héroe Nacional.

Enaquel entonces, la ciudad se componía de solo cuatro calles horizontales y seis verticales; debido a esa estructura, al desembarcar, resultó inevitable para el autor de los Versos Sencillos pasar por la vía principal en el trayecto hacia su residencia temporal: la finca El Abra, asevera Sánchez.

Roberto Unger Pérez, historiador de la ciudad, afirma: “Cada domingo, para confirmar su presencia en la isla, como el resto de los deportados políticos, debía firmar un acta en la Casa de Gobierno, radicada justo al final del hoy boulevard, donde ahora se ubica el Museo Municipal”.

El también profesor de la universidad pinera Jesús Montané Oropesa, añade que alrededor de la mencionada construcción, además Comandancia Militar, se ubicaban las principales instituciones representativas del poder colonial como el Protectorado, presidio común, la casa del Ministro de la Real Hacienda y la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores y San Nicolás de Bari, única de ellas que se conserva aún. Por tales motivos, aquel joven debe haber visitado la zona.

Unger manifiesta: “La confianza depositada en Martí por los Sardá, familia que lo acogió en la Isla de Pinos, lleva a pensar que, si venían a la ciudad cada domingo, la salida no se limitara a la firma de presencia, sino que se convirtiera en paseo por esa arteria, nombrada hoy como aquel joven y donde se concentraban los principales negocios y servicios de la ciudad”.

Pie de foto: Debido a la estructura de la ciudad en los años 70 del siglo XIX, durante su estancia en Nueva Gerona resultó inevitable para José Martí pasar por la calle principal, nombrada hoy como él.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.

Tipo de lead: Especial Interpretativo.

Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida.

Tipo de fuentes: Documentales: Libro Isla de Pinos. Piratas, colonizadores y rebeldes, de Antonio Núñez Jiménez  (Ediciones Arte y Literatura, 1976). Directas: Julio César Sánchez Guerra, miembro de la Asociación de Historiadores del municipio y autor de numerosos escritos relacionados con la vida de José Martí; Roberto Unger, historiador de la ciudad.

Primer valor-noticia: Singularidad.

Otros dos valores-noticia: Interés colectivo. Proximidad.