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Isla al Sur

Medio Ambiente

SUCIEDAD VS LIMPIEZA

SUCIEDAD VS LIMPIEZA

El estado crítico de contaminación del río Almendares disminuye y ya existe vida en sus aguas, como resultado de las Medidas SOS tomadas por el Parque Metropolitano de La Habana.

BEATRIZ LOBAINA VALDÉS,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Foto: Cortesía del Gran Parque Metropolitano de La Habana.

“El Almendares a principios de los 90 estaba muy contaminado, sus aguas eran una verdadera fosa, la situación cambió, y en la actualidad el río está apto para la vida acuática, gracias a las Medidas SOS aplicadas por el Parque Metropolitano de La Habana, sitio donde se inserta la vía fluvial”, declaró Beatriz Bianche, directora técnica del establecimiento.

Los índices de infestación vienen dados por los numerosos arroyos que desembocan en su cauce, los cuales transportan un alto contenido de vertimientos domésticos y de centros de trabajo, que inciden negativamente en la calidad del líquido desde el punto de vista biológico y físico, denunció la directiva.

Las acciones inmediatas acometidas por el parque, de conjunto con el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) y el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), incluyen el dragado de los tres últimos kilómetros del río, reforestación de sus márgenes, pero sobre todo, la labor de traslado, cierre o cambio de uso de industrias aledañas, como la Empresa Cervecera Pedro Marrero.

Como resultado de las  medidas, el nivel de concentración del enclave natural asciende a 4,5 mg por litro de dioxígeno (O2) disuelto, a partir de cuatro hay vida y en el área del Puente de 23 se ha registrado 5,5 mg, señaló Bianche.

En la actualidad, apreciamos biajacas, carpas comunes, clarias y notamos calidad en el recurso hídrico, pero está prohibido el contacto directo e indirecto  de la población con sus aguas, porque los microorganismos que en ella habitan causan enfermedades  en algunos casos fatales, dijo Dulce Almonte, especialista del Metropolitano.

“Las indisciplinas no tienen para cuando acabar, estamos conscientes que en las áreas del parque las personas pescan, realizan santerías, y en algunos casos se bañan desnudas por asuntos religiosos. Todavía faltan muchos años para lograr un Almendares totalmente limpio, y a partir de esta máxima es que trabajamos en la educación ambiental de los habaneros, agregó. 

Siembra de árboles en las orillas, talleres “Terracota” y “Voces de la Naturaleza” y la formación de círculos de interés con los niños, son algunos intentos de la entidad por el cuidado de este enclave natural.

Para el período 2013–2015  y financiado por proyectos extranjeros, vamos a crear, en las áreas del parque, cuatro sistemas de tratamiento de residuales, con el objetivo de reducir los desechos crudos  que vertían los alcantarillados de los alrededores, aseguró Almonte.

La contaminación del Almendares es un tema reiterado en los medios masivos. René Tamayo León, periodista del periódico Juventud Rebelde, es uno de los que con mayor fuerza, ha dado continuidad a catástrofes ecológicas, como la muerte masiva de peces, por descargas de sustancias tóxicas -amoniaco, fósforo y nitrito- en la red hidrográfica.

Pie de foto: El Almendares, el río más largo e importante de La Habana

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.
Tipo de lead: Especial de  Cita directa.
Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide Invertida + Dato adicional.
Primer valor noticia: Prominencia del protagonista.
Otros valores noticia: Repercusión e Interés colectivo.
Fuentes consultadas: No documentales y documentales.

SIEMBRA CONSERVACIONISTA EN CUBA

SIEMBRA CONSERVACIONISTA EN CUBA

El Instituto de Suelos apoya la introducción de nueva tecnología del cultivo para disminuir la degradación de la tierra. 

LUAR LÓPEZ DE LA OSA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Con el propósito de disminuir la degradación de la tierra, el Instituto de Suelos (IS) apoya la extensión de la agricultura de conservación en los territorios de Pinar del Río, Las Tunas y Guantánamo.

El sistema de producción agrícola se basa en el cubrimiento permanente de la tierra, ya sea por residuos de cosecha u otras plantas cobertoras, en la siembra directa sin remover el suelo y en el cambio de las plantaciones cada cierto tiempo (rotación de cultivos).

¨En la provincia más oriental de Cuba, el IS ha realizado investigaciones sobre la eficacia del método de siembra directa o de agricultura conservacionista en el país desde el año 2009 y el cambio en las propiedades del suelo es visible después de cuatro años del empleo de la técnica¨, dijo Bernardo Calero, director del IS. 

Debido a que los estudios realizados en Guantánamo, territorio perjudicado por un alto índice de degradación, obtuvieron resultados positivos en la disminución de la erosión del suelo, el instituto, de conjunto con entidades del CITMA, promueven ampliar la técnica a otros territorios de la Isla. 

El método del cultivo conservacionista es definido por el Servicio de Conservación de Fuentes Naturales de los EEUU, país que desarrolla la técnica, como todo aquel conjunto de operaciones de laboreo que, luego de la siembra del cultivo, deja hasta un treinta por ciento del suelo cubierto por rastrojo de las siembras.

La capa protectora de los restos de plantaciones permite el control de la evaporación del agua en el suelo. De esta manera, se prolonga la presencia de una reserva hídrica en el suelo que es aprovechada por el cultivo, especialmente en los períodos críticos.

“La presencia del rastrojo ejerce una protección directa al suelo sobre el efecto de la lluvia disminuyendo la erosión y esto es bastante importante en nuestro país que recibe altas precipitaciones”, aclaró Calero. 

Mediante este procedimiento no se realizan operaciones de labranza en el suelo, es decir, se prescinde del uso de maquinarias pesadas para remover la tierra. Esto contribuye a que la materia orgánica no se mineralice y sirva de abono a las plantaciones.

Otro de los beneficios de esta práctica es la reducción del consumo de combustible para las labores agrícolas, ya que es innecesaria la utilización de equipos pesados de laboreo.

Olegario Muñiz Ugarte, Investigador Titular del IS, afirma que al disminuir el uso de carburantes también decrece la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera y atenúa el efecto invernadero, fenómeno ambiental causante del calentamiento global.   

Los implementos necesarios en la siembra directa, sin laboreo en la cobertura, serán adquiridos en Brasil, país con experiencia en el empleo de la técnica agrícola.

Pie de foto: Aplicación de la siembra conservacionista en una  parcela de tierra guantanamera.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Sumario de Por qué.
Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida + Dato adicional.
Primer valor noticia: Interés colectivo.
Otros valores noticia: Repercusión y Proximidad o cercanía.
Fuentes declaradas: Directas: Bernardo Calero, director de Investigación del Instituto del Suelo; Olegario Muñiz Ugarte, Investigador Titular del Instituto del Suelo. Documentales: Instituto del Suelo. Manual para el manejo del abonado verde en suelos dedicados a cultivos varios. La Habana: Instituto del Suelo, 2011.
Tipo de noticia: Ligera, blanda y simple.

APRENDER A PRESERVAR EL MAR

APRENDER A PRESERVAR EL MAR

Desarrolla el Acuario Nacional de Cuba actividades sobre el entorno marino para mayor comprensión de los niños acerca de esta problemática mundial.

ANH NGUYEN HAI,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

A principios de enero (2013), el Acuario Nacional de Cuba organizó una actividad para los niños con el objetivo de que puedan aprender mucho más sobre los animales marinos, el estado del mar y las maneras de conservarlo. 

Yolanda Alfonso Hernández, especialista de educación ambiental, informó que “desde el momento de su fundación hasta ahora, hemos comprendido que la educación ambiental es una tarea importante, especialmente para los niños, quienes no conocen mucho sobre el mar y los problemas de sus alrededores como pueden ser peces que en él habitan y playas que lo bordean. Entonces, esta actividad es uno de los planes que con mayor esfuerzo tratamos de realizar.”

Más de 50 niños entre los 8 y 15 años participaron en este evento. Al principio, visitaron el mundo de los peces, los diversos invertebrados, tortugas y  mamíferos marinos, según la guía que ofrecen los trabajadores. Mediante la visita, ellos pueden indagar acerca de los hábitats y costumbres acuáticas de dichas especies.

Después de dos horas de visita, se ofreció el espectáculo de delfines y focas. Los pequeños tuvieron la oportunidad de participar en juegos deportivos y de tocar a esas carismáticas especies que observaban en diversas ocasiones en la televisión.

Liliana Hernández Delgado, estudiante de 15 años, expresó que fue una experiencia relajante y a la vez adquirió numerosos conocimientos sobre estas especies marinas. Sin duda alguna participaría en actividades similares si tuviera nuevamente la oportunidad.

Al final del recorrido, en un taller observaron fotos y videos acerca del mundo submarino cubano y del resto del Caribe. Recursos naturales, la extinción de algunos especies marinas, el aumento de la contaminación y el crecimiento del nivel del mar a causa del cambio climático, fueron solo algunos de los temas tratados.

Los trabajadores del Acuario Nacional tienen que laborar fuerte para transformar los conocimientos científicos en formas de expresión más interesantes que capten la atención de los niños y ellos puedan adquirirlos de manera más fácil, dijo la guía del programa, Lucy Montero Alfonso.

Las actividades de educación ambiental de este centro no solo se organizan dentro del mismo sino también en las escuelas primarias y secundarias de La Habana. A través del programa de extensión los especialistas desarrollan dichas actividades en el resto de las provincias del país.   

Aparte de esta acción, también existen  otras  dirigidas a los jóvenes entre 18 a 23 años, como la Jornada científica;  y para los abuelitos, sin límites de edad, se encuentra el Taller de Educación Ambiental del Adulto Mayor.

El Acuario Nacional de Cuba se fundó en 1960. Los planes de educación ambiental están en el Sistema de Educación cubano en el presente y ha tenido diversos éxitos como brindar informaciones generales del mar a casi todos los sectores sociales, la serie “Conozcamos el Mar” es el más conocido.

Pie de foto: Visitando el maravilloso mundo de los peces.

Ficha técnica:

Tipo de Título: Genérico.
Tipo de Lead: Sumario de Cuándo.
Tipo de Cuerpo: Lead + Pirámide Invertida + Dato Adicional.
Tipo de Fuente: No documental, directa.
Valor noticia: Interés colectivo.
Tipo de noticia: Ligera, simple.   

FALTA CONCIENCIA DE LOS JÓVENES EN LA PROTECCIÓN DEL MALECÓN HABANERO

FALTA CONCIENCIA DE LOS JÓVENES EN LA PROTECCIÓN DEL MALECÓN HABANERO

Después de cinco años, el plan de ayuda de estudiantes y trabajadores  de la Residencia estudiantil Lázaro Cuevas a la costa del mar no alcanza su objetivo.

Texto y foto:
ANH NGUYEN HAI,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La Habana posee un Malecón de ocho kilómetros de longitud el cual llama la atención de sus habitantes. Durante toda su historia ha sufrido la contaminación por parte de sus visitantes, sin embargo, durante los últimos años esta conducta irresponsable se ha incrementado.

Por este motivo, la Residencia estudiantil universitaria Lázaro Cuevas estableció un programa medioambiental con el propósito de proteger la zona próxima al Malecón, no obstante, después de cinco años transcurridos todavía no hay éxito en dicha tarea.

Para que los jóvenes universitarios puedan comprender de forma más afectiva la importancia del cambio climático y sus afectos en la vida del ser humano, la Universidad de La Habana organiza algunos programas para los estudiantes. El de la beca F y 3ra. es una muestra de ello.

“Conservar el Malecón limpio no es sólo un acto importante de los estudiantes y los trabajadores de la Residencia, sino también de toda la población cubana”, refirió Urbano Espinosa, director de la beca.

“Cinco años atrás, con la dirección de la Universidad, los educativos de la Residencia y la FEU incorporada, constituimos un evento para los becados consistente en limpiar el Malecón y las áreas colindantes. De esta manera retiramos los desechos desde el edificio Atlantic de la calle B hasta el estadio de la avenida G porque es una zona de constante tránsito y esparcimiento, vamos a cada hogar para hablar sobre el estado del Malecón y la importancia de conservarlo siempre limpio”, informó Lily González, trabajadora educativa de la residencia y especialista del programa.

“Siempre tratamos de crear las mejores condiciones de trabajo para los participantes. La beca prepara muchos instrumentos de limpieza como escobas, recogedores, guantes y otros instrumentos que están destinados en el almacén de la residencia para ese tipo de actividad”, aseguró Espinosa.

“Después de diversas reuniones, nosotros y la dirección de la beca vamos a cada apartamento en busca de la atención  de los estudiantes y de esta manera generalizar la actividad. Otros métodos son pegar el aviso en el mural de la residencia, mostrar documentales en el área recreativa en torno al asunto. Sin embargo, no recibimos el total apoyo de ellos”, manifestó Lianet Cruz Pareta, presidenta de la FEU de la beca.

Se conoce que este evento es una de las actividades más importantes en la residencia por parte la FEU, sin embargo, la cantidad de participantes es muy escasa: “Me interesa mucho el medio ambiente y los problemas en torno a él, pero es difícil dedicarle tiempo cuando el estudio lo consume todo”, compartió Luis Alberto Domínguez, estudiante de 3er año de Química.

Aunque casi todos los becados comprenden que proteger el Malecón es un acto necesario, hay varias razones que no les permiten participar, así lo declara Celia Lima Rodríguez, estudiante de 2do año de Historia del Arte, cuando se refiere a otros jóvenes que les gustaría incluirse en el programa, pero el tiempo es utilizado para viajar a sus hogares.

“Cuando estuve en primer año, me interesó y participé, pero me sorprendió la poca cantidad de becados, por otra parte, no vi ninguna persona perteneciente a la dirección de la beca o especialista medioambiental que me informara respecto al estado actual de Malecón. A partir de entonces no he prestado atención a las demás movilizaciones que la beca a efectuado”, refirió Modesto Díaz Serpa, estudiante de 3er año de Historia del Arte.

La FEU y el director de la beca siempre afirman que esta es una actividad importante, no obstante, nadie posee el verdadero sentido de pertenencia con el asunto. La FEU supone que los becados no han hecho conciencia, los estudiantes admiten que los organizados no proceden correctamente. Entre tantos litigios los intentos han quedado relegados a simples palabras.

“Los jóvenes a menudo llegan a comer aquí. Aunque  hay cestos para los desechos de alimentos, en cuanto terminan de consumirlos, dejan las cajas y las latas en el Malecón”, agregó la administradora del restaurante Di Mar, Marina Pérez Alfonso.

Si el Malecón se encuentra sucio no es sólo responsabilidad de jóvenes o estudiantes sino también de los vecinos de sus alrededores. “Los estudiantes no somos los únicos que llegamos al Malecón para relajarse, por eso, no debe caer sobre nosotros toda la responsabilidad”, manifestó Claudia Hernández, estudiante de 2do año de Letras.    

Después de escuchar las quejas de los vecinos acerca de los estudiantes, el director de la beca expone que la actividad en el próximo año será más seria y brindará excelentes resultados. También se trabajará con las autoridades y vecinos para ampliar el tamaño de la tarea.

Compartió sus criterios la especialista del programa, Lily, al añadir que el Malecón es la cara de la ciudad, no hay necesidad de esperar por actividades que nunca se concretarán, debe existir una conciencia en los habitantes de la capital que permita mantener constantemente la higiene y protección de nuestro patrimonio en general. Mientras esta conciencia no se genera entre nosotros se deben tomar medidas como la que la Residencia estudiantil Lázaro Cuevas ha tomado, esta vez no con vagas promesas sino con resultados concretos.

Pie de foto: Un grupo de estudiantes de la beca F y 3ra recogiendo la basura en el Malecón.

Ficha técnica:

Tema: Educación ambiental en la Residencia estudiantil universitaria Lázaro Cuevas

Propósito central: Divulgar el programa de proteger al Malecón de los becados y los trabajadores.

Propósito colateral: Se muestra las maneras de conservar el Malecón, calidad del programa, opiniones de los vecinos acerca de los jóvenes.

Estrategias de fuente:

Urbano Espinosa, director de la beca; Lily González, especialista del programa en la beca; Lianet Cruz Pareta, presidenta de la FEU de la beca; Luis Alberto Domínguez, estudiante de 3er año de Química; Celia Lima Rodríguez, estudiante de 2do año de Historia del Arte; Modesto Díaz Serpa, estudiante de 3er año de Historia del Arte; Vecina y la administradora del restaurante Di Mar, Marina Pérez Alfonso; Claudia Hernández, estudiante de 2do año de Letras.    

Soportes:

Hecho: La Beca F y 3ra establece un evento de proteger el Malecón para los estudiantes. El programa no llama la atención de los becados.

Contexto: La necesidad de proteger al Malecón de la suciedad, lo cual repercute en el cuidado medioambiental.

Antecedente: La Universidad de La Habana lleva a cabo las actividades de proteger el medio ambiente con el objetivo de construir conocimiento para los estudiantes.

Tipo de juicios:

Juicio de valor: Opinión de director de la Beca y especialista.

Juicio de disyuntivo: Opinión de los estudiantes y los vecinos.

Juicio de analítico: Las razones que el programa no tiene el éxito tras cinco años realizados.

Tipo de título: Genérico.
Tipo de Lead: Sumario de Quién.    

 

“LA CIENCIA QUE NO SE COMUNICA NO EXISTE”

“LA CIENCIA QUE NO SE COMUNICA NO EXISTE”

Patricia Cáceres, reportera del diario Juventud Rebelde, es una de las voces más jóvenes dentro del periodismo medioambiental en nuestro país.

LUIS ALBERTO AUTIÉ CANTÓN,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Siempre se le puede ver sentada, tecleando algún trabajo o navegando en la web, a la caza de informaciones sobre ciencia y medio ambiente. Parece una estudiante más de Periodismo, de esas que son comunes ver aprendiendo y aprehendiendo en las redacciones.  Aún le falta para llegar a los 30 años, pero a Patricia Cáceres, periodista del diario Juventud Rebelde, le va el conocimiento y aptitud. De ello da fe lo habitual que se ha hecho para los lectores  ver su nombre en las páginas de ciencia y técnica del periódico, y el ser merecedora de una mención especial, durante la edición del 2013 del premio Gilberto Caballero, que otorga el Círculo de Periodismo Científico.

Su hábil dominio de la investigación dota a sus trabajos de una madurez difícil de encontrar en profesionales de su edad, lo que tiene aún más notoriedad si sopesamos lo delicado y difícil de abordar temas medioambientales.

Su agenda de trabajo se atravesó desde el principio en mi camino, y cargada a más no poder de compromisos laborales, frustró todos los intentos de concertar una entrevista cara a cara. La IX Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que tuvo lugar en el Palacio de Convenciones de La Habana le ocupaba casi la totalidad de sus horas y atención.

No obstante, Patricia me concedió parte de su escaso tiempo libre y así, hablando con los dedos por un chat, y ayudados por la línea telefónica y el correo electrónico, logramos comunicarnos lo suficiente para que diera respuesta a mis interrogantes, y a muchas otras que nacieron durante el diálogo.

Para Patricia, “el periodismo científico –y dentro de él el ambiental- es posiblemente el área de especialización más compleja dentro del oficio de la prensa. Comunicar sobre los últimos avances en materia de ciencia, desde la nanotecnología hasta el cosmos, desde la invención de una vacuna hasta el inminente peligro de una especie en extinción, es una empresa tan fascinante como difícil. Más que comunicar, hay que enamorar a las personas, como única vía eficaz para convocar a la acción”, comenta.

-Las jóvenes generaciones de reporteros,

en la mayoría de los casos, prefieren los

temas culturales, deportivos e internacionales.

¿Por qué escogiste el periodismo científico?

Todo comenzó cuando cursaba el primer año de la carrera y eligieron a tres alumnas del aula (entre ellas yo) para realizar las prácticas de la asignatura Periodismo Impreso en la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad de La Habana (U.H). Nuestro trabajo consistiría en entrevistar a los ganadores ese año del Premio Academia, que otorga la Universidad. Ahí creo que fue el «flechazo».

Aunque no colaboré durante el resto de la carrera con ningún medio de prensa en específico, ni tampoco con la Cátedra, siempre mantuve esa especie de amor secreto por el periodismo científico, tal vez porque me parecía el más insólito y a la vez el menos explorado y politizado.

Luego, en tercer año, junto a una compañera de clase, que también hizo sus prácticas en la Cátedra de Cultura Científica de la UH, decidimos hacer nuestra tesis sobre la temática. Finalmente, el tema que abordamos fue la relación fuente-periodista en el periodismo científico cubano.

Después de eso no hubo vuelta atrás. Y desde que comencé mis prácticas laborales siempre me incliné hacia este tema, hasta que se me asignó la sección Detrás de la ciencia, que sale publicada cada viernes en la página 4 de Juventud Rebelde.

Creo que al especializarme en temas científicos y medioambientales logré enlazar el amor que siento por la naturaleza y mi gran pasión, el periodismo. No sería más feliz en otro ámbito.

-La inexperiencia casi siempre es inherente

a la juventud. ¿Cuál ha sido el reto más difícil

que su breve trayectoria le ha deparado?

Cuando comencé, no hace mucho, las cosas se me hacían bastante difíciles. Leí en algún sitio que el camino para convertirse en investigador sobre medio ambiente puede calificarse como espinoso y encumbrado, y doy fe de ello. En mis primeros intercambios profesionales con especialistas de este tema solía cometer el error de ver al científico como un ser superdotado, con la verdad absoluta. Eso me volvía en ocasiones acrítica y demasiado pasiva a la hora de formular las preguntas.

Mi juventud también tiende, en ocasiones, a crear de antemano cierta desconfianza en los especialistas y científicos a los que entrevisto. Piensan que por ser joven no tengo capacidad suficiente para comprender la complejidad de la ciencia, lo cual vicia la información que me brindan. Esto lo he superado demostrándoles que soy capaz de abordar cualquier tema, por muy complicado que sea, gracias a mi preparación.

-Teniendo en cuenta que la sociedad civil cubana

actual está marcada por una degradación de

valores en cuanto al respeto del entorno se refiere,

¿considera al periodismo medioambiental como una

vía eficaz en la creación de una conciencia ecologista?

En el caso específico del periodismo medioambiental, educar a las personas constituye un punto determinante. Reciclar, dejar de verter desechos en ríos y mares, reducir la emisión de dióxido de carbono y otros gases a la atmósfera, solo será posible mediante la toma de conciencia y la movilización ciudadana.

Y el periodismo, en este sentido, es el que tiene el rol protagónico. Por eso es necesario comunicar el tema, pero hacerlo con inteligencia y de forma atractiva. Los panfletos y consignas en el periodismo solo llegan a oídos sordos y caen en sacos rotos. Aunque la ciencia pueda tornarse a veces densa y aburrida, el periodismo medioambiental debe procurar llevarla a un discurso colorido, lleno de vida. Porque únicamente "enamorando" a las personas es que se puede convocar a la acción.

-De joven a joven, ¿qué consejos le daría

a los estudiantes de Periodismo que, en un futuro,

puedan interesarse por esta especialidad?

Ante todo, deben saber que el periodismo es una profesión extremadamente sacrificada  y compleja. Si se quieren especializar  en este campo deberán aprender a distinguir cuándo se está ante la verdadera ciencia.

Necesitan procurar también no conformarse con un solo criterio, sobre todo si la fuente en cuestión se muestra demasiado entusiasta por aparecer en los medios. El periodista ambiental debe contraponer varias opiniones, no solo para entender mejor el problema, sino para revelárselo al público, desde su punto de vista, de la forma más completa posible. Debe ser un “enamorado” de la temática, tener la capacidad de sorprender, de conmover, de movilizar a las masas, encontrar grandes respuestas en las cosas más pequeñas y, sobre todo, aún cuando se trate del tema más escabroso, tiene que ser capaz de tocar la fibra de lo curioso y lo humano. La ciencia que no se comunica no existe.

Pie de foto: Patricia Cáceres es una de las voces más jóvenes dentro del periodismo científico y medioambiental cubano.

PELIGRO

PELIGRO

JAVIER DIEZ MINIET,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Los plaguicidas químicos se utilizan en el mundo hace cinco décadas. Uno de los problemas derivados de su empleo es la alta incidencia de intoxicaciones graves y muertes.

En 1999, Matanzas fue testigo del fallecimiento de 15 personas a causa de un envenenamiento masivo por endosulfán, una sustancia de origen sintético o artificial que, según el grado de toxicidad y el nivel de exposición a él, constituye un mecanismo activo que paraliza unas sustancias contenidas en la sangre y en el sistema nervioso llamadas colinesterasas, lo que impide el funcionamiento del organismo y llega de esta forma a la intoxicación, según datos del Departamento de Fitopatología del Instituto Nacional de Sanidad Vegetal (INISAV).

Aunque este pesticida fue eliminado del Registro Nacional de Plaguicidas, otros de la misma procedencia y que traen consigo efectos nocivos para el medio ambiente y la salud humana, siguen como controladores de plagas en las áreas de producción agrícola.

Por otra parte, un estudio realizado por el Centro Nacional de Toxicología (CNT) en el período 1995-1997 reveló que Isla de la Juventud es el único territorio cubano en no reportar fallecidos a causa de envenenamiento por esos productos de uso agropecuario.

A pesar del desastre biológico –como se le conoce a este tipo de sucesos- en la Ciudad de los puentes otro estudio no se ha realizado en Cuba, lo cual sería importante para establecer comparaciones en cuanto al aumento o descenso de los fallecimientos, puesto que en aquel entonces se originaron 576 muertes en el resto del país, según informes del Instituto Nacional de Sanidad Vegetal. La provincia con más incidencia fue Camagüey, donde se reportó una tasa superior a 7,2 fallecidos por cada 100 000 habitantes.

El plaguicida ideal sería aquel que resultara mortal para la plaga que se quiere combatir y que no afecte al resto de los componentes bióticos del medio ambiente, pero este, actualmente, no existe. La mayoría de ellos son perjudiciales para casi todos los seres vivos, incluido el hombre.

Se refiere la mayoría puesto que la ciencia ha decidido buscar solución a las catástrofes biológicas que desatan el uso incontrolado de pesticidas, en ese caso el desarrollo tecnológico y los descubrimientos de microorganismos inocuos para el medio ambiente y el ser humano, han posibilitado crear nuevas formas de proteger las plantaciones.

Los bioproductos, elaborados por la fermentación de microorganismos y el uso de hongos y bacterias, han tomado auge en el mercado internacional por sus efectos positivos, aunque, tal como afirman especialistas del INISAV, no controlan del todo las grandes invasiones de plagas.

Sustentar la agricultura en el uso de bioproductos es la tarea fundamental que trazan las empresas, instituciones científicas y áreas implicadas en la producción y protección de los alimentos, máxime cuando las principales zonas agrícolas cubanas colindan o son parte de los espacios urbanos.

La producción de bioplaguicidas asciende a 1 700 toneladas en lo que transcurre de 2013, específicamente del THURISAVE, derivado del agente bacterial Bacillus Thurigensis, según datos estadísticos registrados en la página oficial del Grupo Empresarial Labiofam, institución encargada de la manufactura de esos productos.

Tal obtención, como aparece en el sitio digital, resulta suficiente para enfrentar la campaña actual de primavera con rendimientos agrícolas superiores y sin riesgos para los cooperativistas. Además, para proteger alimentos como las verduras en las cuales el tóxico de los pesticidas incide en un mínimo de 0,3 por ciento; pero su frecuente consumo es lo que perjudica a la salud: se registran patologías como la enfermedad de Parkinson, anomalías congénitas y baja fertilidad.

La naturaleza también es testigo de los efectos del uso inadecuado de químicos. Aunque está legislado por el artículo 132 de la Ley 81 del Medio Ambiente, que se refiere al uso racional de los medios biológicos y químicos, de acuerdo con las características, condiciones y recursos, que reduzcan al mínimo la contaminación ambiental, las implicaciones de un mayor o menor manejo de esos productos son las mismas.

Mientras los biológicos brindan los nutrientes que necesita el suelo, los sintéticos alteran su composición. Además, el químico pasa a las plantas que después son consumidas. Por otra parte, una incorrecta aplicación de bioplaguicidas puede traer consecuencias negativas, pero en mínima escala.
Penada por la ley es la desverdización o maduración de ciertas cosechas, puesto que la aplicación de esos químicos provoca enfermedades a nivel intestinal y se considera estafa al cliente.

El uso de técnicas naturales como trampas, rejillas para los insectos perjudiciales, abonos orgánicos, compost y otras alternativas, también constituyen vías creadas por los productores que desconocen los efectos, tanto de químicos como biológicos, en el control de plagas; o simplemente, prefieren otros productos.

A diario estamos en contacto con detergentes, cosméticos, lejías y desinfectantes, cuyos efectos desconocemos, y a la vez, son imprescindibles en nuestra cotidianeidad. Sin embargo, la premisa fundamental de los investigadores es quitar de los productos de la agricultura el término PELIGRO de sus etiquetas, puesto que el futuro del medio ambiente y la vida de millones de personas corre en sus manos.

AGENTE NARANJA SIGUE TOMANDO VIDAS EN VIETNAM

Durante muchos años de la guerra en Vietnam, los norteamericanos tiraron miles de toneladas de bombas y armas químicas, cuyos nocivos efectos permanecen hasta nuestros días.

PHU DOAN MINH,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Durante la Guerra de Vietnam, Estados Unidos atacó a ese país utilizando armas químicas destructoras para acabar con el comunismo, que entonces protagonizaba la lucha por la independencia nacional del pueblo vietnamita.

El elemento principal usado por el ejército estadounidense fue el conocido Agente Naranja, una mezcla de dos herbicidas hormonales, y un componente cancerígeno: la dioxina tetraclorodibenzodioxina. Ese veneno es  responsable de terribles resultados en la población, como malformaciones, así como una severa contaminación del ecosistema, que daña los cultivos y la vegetación.

A pesar de que cada año Vietnam reclama ante la justicia por los efectos del Agente Naranja, su demanda sigue sin ser escuchada. Para conocer con mayor profundidad sobre las consecuencias que ha tenido para el medio ambiente y la población vietnamita este producto químico, el profesor Hoang Minh Chien, presidente del comité vietnamita encargado de investigar sobre las consecuencias del empleo de armas químicas durante la guerra, accedió a responder varias preguntas vía correo electrónico.

-Profesor, existe aún desinformación con respecto

a las secuelas que tuvo la utilización del Agente

Naranja para el pueblo vietnamita.

¿Puede usted dar su opinión sobre el tema?

Es algo sorprendente que ningún gran periodista haya escrito un libro sobre este crimen cuya magnitud es tan considerable que casi supera el entendimiento.

Es necesario dar a conocer esta inmensa desgracia tanto a nuestros conciudadanos como a la opinión pública internacional. Los estragos causados por el Agente Naranja son incontables, y afectan tanto a la tercera generación de las vietnamitas que sobrevivieron a la guerra, como a los veteranos americanos.

Aún en nuestros días, el Agente Naranja es el responsable de trastornos genéticos considerables, distintos tipos de cánceres, abortos espontáneos, malformaciones congénitas y minusvalías mentales.

Treinta años después de la guerra, seguimos sufriendo la falta de humanismo y respeto por la vida del Gobierno norteamericano.

-¿Con qué objetivo esparció este químico

el ejército estadounidense y

qué es lo que hace tan nocivo?

El Agente Naranja lo utilizaban para intentar quitar la vegetación donde se escondían los combatientes y para destruir las cosechas de los vietnamitas para que así pasáramos hambre y ellos “ganar la guerra”. Echaron cerca de 77 millones de litros y 400 kilogramos de dioxina pura, contaminando más del 10% del territorio sur de Vietnam y el 50% de la selva. Entre 2,1 y 4,8 millones de personas fueron directamente expuestas.

El químico posee una dioxina muy estable que se deteriora lentamente y que se integra en la cadena alimentaria. Sus efectos persisten aún en el medioambiente y estropean la calidad de los cultivos. La selva tropical desaparecida no se regenera y no se puede hacer que vuelva a surgir cuando los suelos erosionados han perdido sus nutrientes, generados por la propia selva y que le permiten crecer y existir.

En Vietnam hay zonas grandísimas en las que está prohibido cultivar o que son de acceso prohibido.

-¿Qué derecho tenían los norteamericanos

de dañar de esta forma la vida

de las personas de Vietnam?

Absolutamente ninguno. Ellos no se basaron en ningún derecho, sobre todo porque el uso de armas químicas está prohibido por las leyes internacionales. Aún no sabemos hasta qué punto pueden llegar los Estados Unidos con tal de establecer su forma de pensar. Lo que sí no es permisible es que se les deje jugar con las vidas de millones de personas y que nadie reaccione ante eso.

La similitud entre los efectos del agente naranja y los del uranio empobrecido es sorprendente, y es sencillamente incomprensible que las autoridades judiciales no acepten nuestras demandas basados en que la ciencia aún no ha demostrado que las malformaciones sean a causa del químico, cuando todo un pueblo inocente continúa sufriendo las consecuencias de ese acto inhumano y genocida.

-¿Han aprendido los Estados Unidos la

lección de humanidad luego

de los hechos de Vietnam?

Claro que no, la administración del estado norteamericano nunca va a dejar de perseguir sus intereses imperialistas, sin importar lo que le cueste al mundo. Hoy siguen las mismas políticas, tan absurdas como injustificables: desde Afganistán a Iraq pasando por Serbia, desde Líbano a Gaza, Estados Unidos, la OTAN e Israel tiran armas de fósforo, de fragmentación o de uranio empobrecido sobre poblaciones civiles que se niegan a sus deseos.

No tienen ningún tipo de respeto por la vida humana. Estados Unidos no es para nada ese vecino amistoso que se preocupa por la seguridad del resto de los países, como muchos tratan de pintarlo. Hay que unirse todos para lograr pararlo.

-¿Existe esperanza para el pueblo vietnamita?

La esperanza depende de tres cosas: que los medios de comunicación apoyen a las víctimas ante la opinión pública, que se haga justicia, y que finalmente se dedique un alto presupuesto económico para hacer avanzar a la ciencia en la descontaminación corporal y medioambiental. Esperamos que algún día podamos alcanzar todo esto para tener un mejor futuro.

RESOLUCIÓN 160: INSTRUMENTO LEGAL PARA PROTEGER LAS ESPECIES

RESOLUCIÓN 160: INSTRUMENTO LEGAL PARA PROTEGER LAS ESPECIES

A un año de implementada se han aplicado numerosas contravenciones en el sector cuentapropista.

ROBERTO MÁRQUEZ LÓPEZ DE VIVIGO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Más de 100 toneladas de especies marinas fueron decomisadas el último año en Cuba por las entidades de control ambiental, como parte de la aplicación de la Resolución 160 del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA). 

La Oficina Nacional de Inspección Pesquera, perteneciente al Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL), confiscó entre los meses de noviembre de 2011 y mayo de 2012, 108,3 toneladas de langosta y camarón, además de 69 376 metros de redes de pesca, con 247 medios flotantes ilícitos.

La reglamentación no establece contravenciones. Ella clasifica, por primera vez en la Isla, las especies en peligro de extinción, raras y de alto valor económico y ecológico. Los grupos son: cinco tipos de equinodermos(animales de piel espinosa), ocho de arácnidos (arañas), cuatro de escorpiones, 26 de insectos, 143 de moluscos, tres de esponjas, 34 de peces, dos de anfibios, 53 de reptiles, 237 de aves, 16 de mamíferos y 745 de plantas.

José Alberto Álvarez, especialista principal del  Centro de Inspección y Control Ambiental (CICA), dijo que se oficializó en 2011 y lleva corto tiempo de aplicada, por lo que se han realizado solo controles a las ferias artesanales de La Habana. Los Almacenes de San José, el Gato Tuerto, y las muestras de 23 y M comercializan fundamentalmente: la sigua (molusco), el carey (tortuga), y la estrella de mar (equinodermo).

Añadió que los infractores deben deshacerse de la mercancía en un plazo de 30 días, medida provisional porque las especies acaban de clasificarse, y antes muchas no estaban protegidas por la ley. Si no  cumplen son multados con cifras de 200 a 500 pesos, cantidad irrisoria, porque eso es lo que puede valer un animal. Sin dudas hay que aumentarlas y lucharemos por eso, pero la respuesta definitiva es del gobierno.

Santiago de Cuba con 47 casos y Artemisa con 21, son las provincias que más dañaron la biodiversidad en áreas ribereñas. Esto demuestra la extensión de las afectaciones a lo largo de todo el país.

«La implementación de esta resolución fue necesaria para eliminar los daños a la biodiversidad y cumplir los compromisos de Cuba con el Acuerdo sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y la Flora Silvestres, entre otros», dijo Belkis Martínez, jefa de actividad de inspecciones del CICA.

El impacto del cambio climático afectará a las especies y se  reflejará en Cuba por el aumento de la temperatura de 1.6-2.5 grados Celsius para 2100, y del nivel del mar a 0.27 metros para 2050.

Pie de foto: Comercialización de moluscos. Cortesía de la entrevistada MSc. Ana Belkis Martínez.

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