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Isla al Sur

Rostros del Varona

EL PROFESOR NUNCA PODRÁ SER SUSTITUIDO

EL PROFESOR NUNCA PODRÁ SER SUSTITUIDO

Las nuevas tecnologías resultan un complemento de la enseñanza, asegura uno de los principales creadores de software educativos del país.

Texto y foto:
MIRTHA GUERRA MORÉ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El profesor Roberto Martínez Morales siempre quiso ser físico de laboratorio. Su mayor sueño era revolucionar el mundo con una fórmula, pero la vida lo condujo por otro camino. “Me quedé atrapado en la profesión de pedagogo cuando se hizo en el país  una captación para maestros de secundaria básica, en 1966”, confiesa mientras organiza los recuerdos de sus más de cuatro décadas dedicadas al magisterio, casi todas en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona( ISPEJV).

“Estudiaba en la Facultad Obrera y supe de las captaciones. Me presenté a una entrevista  y a la semana daba clases de Matemática a un grupo de séptimo grado en la escuela José Martí”, precisa el profesor, y trae al diálogo su peregrinar por varios centros de la capital del país, hasta llegar a la Facultad Obrera Campesina de la Víbora, en el municipio 10 de Octubre.

Allí comenzó a simultanear su labor de educador con la de alumno en la Universidad de La Habana: “Opté por la carrera de Física. Estudiaba de día y trabajaba de noche. Me licencié en 1972.

“Imagínate, nací en el barrio habanero de Jesús María. Mi primer trabajo fue a los 15 años como barrendero suplente en 1959. Fui con la idea de permanecer por dos o tres meses y estuve casi dos años. Ya en 1962 me hice chofer e instructor en una escuela de oficio, abierta para personas humildes y de bajo nivel escolar, hasta que fui aceptado como profesor en el Consejo Regional del Vedado”.    

Con el triunfo de la Revolución y la entrada definitiva al magisterio, el joven Roberto Martínez, dejaba atrás duros años marcados por la pobreza.

En la actualidad, el profesor Roberto pasa interminables horas al frente de una computadora del Centro de Software Educativo (CESOFTE) del Varona. Desde hace varios años, pertenece al equipo que conforma programas para la enseñanza primaria. Solo imparte clases a cursos de postgrados, pero acumula una larga trayectoria en el Instituto, al que le ha dedicado muchos años de su vida.

-¿Cuándo comienza a trabajar en el Varona?

En 1972 se creó el Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, integrado por estudiantes de décimo grado. Estos debían continuar sus estudios en el Varona, y hacía falta profesores para formarlos. Ese año hubo una entrada masiva de docentes al Instituto, tras la graduación de físicos, matemáticos, químicos, biólogos, geógrafos en la Universidad de La Habana. Desde esa fecha trabajo en el Instituto.

-Comenzó en el Varona como profesor

de Física, ¿qué lo motivó a adentrarse

en el campo de la informática?

Cuando la computación empezó a introducirse como asignatura en el Varona, muchos profesores de distintas especialidades nos dedicamos a aprender algo sobre la nueva ciencia, con el objetivo de mejorar la calidad de la docencia. A partir de ese momento, compañeros de las facultades de Física, Matemática y Educación Laboral, comenzamos a trabajar e intercambiar información. Al final terminé haciendo una maestría en Informática.

-¿Es  pionero de los software educativo en el país?

Esto es difícil de aseverar. Sólo puedo decir que en el curso 1995-1996, el Instituto organizó un grupo para que desarrollara esta esfera en la enseñanza primaria. Entonces, me desvinculé un poco de la Física, para dedicarme a este trabajo de equipo, aunque podíamos asumir cualquier tarea en el campo de las Matemáticas y la Física.

-¿Cuáles fueron los  programas creados?

Sobre todo para el desarrollo de las Matemáticas en la enseñanza primaria. Recuerdo los que hicimos para el reconocimiento de las figuras geométricas, denominados Figura y Color I y II, que recibió el premio del XIII Simposio Internacional de Computación, en Toluca, México. También conformamos los software Calcula y Juega, Naturales y Medidas.

-¿Qué repercusión tuvo en el país

esta nueva experiencia del  Varona?

Al masificarse el uso de la Informática en las escuelas primarias, se pudo contar con numerosos programas hechos por el centro. Nuestra experiencia en este campo posibilitó que otros pedagógicos, como los de Villa Clara, Camagüey, Santiago de Cuba y Holguín, tuvieran colectivos interesados en la creación de software educativos.

El mayor reconocimiento de este trabajo es su uso. Uno sabe que no lo hace en vano. A la vez, es un compromiso para seguir superándome, aunque ya esté en edad de la jubilación. Por tanto, sigo activo y me siento con fuerzas para continuar vinculado a la labor educativa.

-Desde entonces, ¿por dónde ha estado

encaminado el trabajo del Centro 

de  Software Educativo?

En nuestro centro se implementan variados software para la enseñanza de la Física y la Química en el nivel secundario, así como para la instrucción del  Inglés y el Francés. Además se crean multimedias para la enseñanza del Español. Muchos de los software concebidos en este centro forman parte de las colecciones Multisaber, El Navegante y Futuro que constituyen la base material, desde el punto de vista informático, de nuestros tres niveles de enseñanza general. 
 
-¿Cuánto se han revolucionado las

aulas cubanas con la aplicación

de las  nuevas tecnologías?     

La introducción de las nuevas tecnologías ha sido un salto de calidad muy importante. Por ejemplo, antes para explicarle a un alumno una materia determinada, el profesor se valía de imágenes hechas con cartulina. Ahora cuenta  con el televisor y con otros recursos que lo obligan a prepararse en el reconocimiento de los nuevos adelantos. Si un educador está bien preparado y sabe utilizar los medios tecnológicos de manera adecuada, los resultados son mejores.

Tampoco el maestro debe confiarse en la existencia de ese equipamiento. La computadora no puede detectar en el semblante de un estudiante si asimiló o no el contenido. La presencia del profesor nunca podrá ser sustituida.

En 1978, con el surgimiento del Destacamento Ernesto Che Guevara, el profesor Roberto Martínez, junto a otros pedagogos en el país, estuvo al frente de un grupo de estudiantes con el objetivo de cumplir una misión pedagógica en la República Popular de Angola.

-¿Cómo llega a ser miembro del

Destacamento Ernesto Che Guevara?
 

Cuando surge el Destacamento era subdirector de la  filial pedagógica Gutiérrez Menoyo. Entonces  fui escogido para dirigir un batallón de jóvenes en una de las provincias angolanas.

-¿Qué  significó la misión?

Nuestros muchachos, con seis meses de preparación en el Pedagógico, impartieron clases en portugués y hasta lograron comunicarse en algunos dialectos. Labor tan altruista fue impresionante.

Me resultó impactante ver cuánto había penetrado la psicología colonialista. Un docente de aquel país se limpiaba la mano en la ropa y hacía reverencias antes de saludarnos, incluso siendo nosotros negros igual que ellos. Imagínate su comportamiento con los muchachos, muchos de ellos, rubios de ojos azules.

También los alumnos angolanos no tenían costumbre de aclarar sus dudas en horarios extraclases. Entonces, ver a nuestros jóvenes maestros romper con esta regla, fue todo un suceso pedagógico. Igual nos llamó la atención el amor de ese pueblo hacia los médicos cubanos, pues conocí a pacientes que solo querían ser atendidos por  ellos.

-¿Algún recuerdo en especial de esa misión?

Dos momentos especiales. El primero, la despedida de Castro en el teatro de la Central de Trabajados de Cuba  antes de partir. Habló como lo hace un padre cuando le encomienda al hijo una misión importante. Advirtió los peligros y cuidados. El segundo, también la despedida del entonces Ministro de Educación, José Ramón Fernández, quien nos transmitió toda su experiencia.

-¿Qué valores como profesor ha

tratado de inculcar en sus alumnos?

La honestidad y la solidaridad. Cuando uno es honesto confía en sus conocimientos y no trata de engañar a nadie.  Hay personas que, con el fin de un buen resultado en los exámenes, utilizan determinados subterfugios, y eso nos ha hecho demasiado daño. La solidaridad es importante porque la sabiduría es para compartirla.

-¿No ha pensado en el doctorado?

En eso he pensado, pero me quedan pocos años para jubilarme. Soy el viejo del grupo. Estudio y me supero todos los días. Dedicarle tiempo al doctorado significaría simplemente tener un título y no ejercer como doctor. Eso sí, seguiré trabajando mientras sea útil.

-¿Cuán diferente ve llegar al

Varona a su aniversario 45?

Cuando llegué al Varona se investigaba muy poco. Era prioritaria la docencia y la formación de profesores. Hoy es una potencia científica y el pedagógico rector en la preparación de educadores en el país. Aquí se imparte una maestría masiva, gracias a la cual muchos profesores de secundarias, primarias y círculos infantiles han alcanzado ese grado. También contamos con un número considerable de doctores. El Pedagógico ha avanzado, no tanto en la matrícula de estudiantes, pero sí en potencial científico y pedagógico.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

FICHA TÉCNICA:

Objetivo central: Conocer la trayectoria pedagógica del pro-fesor Roberto Martínez Morales.

Objetivos colaterales: Indagar sobre su paso por la ense-ñanza cubana. Sus años de experiencia. Los recuerdos como miembro del destacamento Ernesto Che Guevara. 

Tipo de entrevista:
Por sus participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: Personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Encuentro directo.

Tipo de título: De cita textual.
Tipo de entrada: Referencial.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas: 1-Directa y abierta. 2-Directa y abierta. 3-Directa y cerrada. 4-Directa y abierta. 5-Directa (opinión) y abierta. 6-De información. 7-Directa y abierta. 8-Directa y abierta. 9-Directa y abierta. 10-De opinión. 11-Directa y abierta. 12-De opinión.        
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevista-do.

Fuentes consultadas: Currículo de Roberto Martínez Morales.

 

“VOCACIÓN DE SERVICIO”

“VOCACIÓN DE SERVICIO”

El Doctor en Ciencias Pedagógicas Calixto del Canto Colls comenta acerca de sus inicios como profesor de Educación Física.

Texto y foto:
ARIANNA RIVERO DUNCAN,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

A Calixto del Canto le brillan los ojos cuando habla de su profesión. Cerca de treinta años dedicados al magisterio, no es el título de Doctor el que le enorgullece, sino el de maestro.

Su trayectoria laboral se distingue por los cargos de Vicedecano de Investigación en la Facultad de Educación Física, coordinador de Formación Académica y de Programas de Maestrías. Actualmente continúa vinculado a la docencia, pues imparte clases al tercer año de las sedes universitarias de Marianao y Playa, pertenecientes a la Facultad de Educación, y funge como Presidente de la Comisión de Grados Científicos del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona (ISPEJV), además de ser asesor de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado.

Colls no tuvo siempre por sueño convertirse en un profesional del magisterio. Mientras cursaba estudios en el preuniversitario Manolito Aguiar, del municipio Marianao, sin tener la menor vocación hacia ninguna carrera universitaria, en un impulso adolescente o acto de inspiración, dio el paso al frente a la pedagogía y la asumió a modo de encargo social  fundamental.

“Cuando me decidí por la enseñanza lo hice por el deber que tiene cada cubano de ser útil, de entregar lo mejor de sí. Sin pensarlo mucho, me propuse ejercer la especialidad de Educación Física porque siempre practiqué muchos deportes, era mi asignatura favorita”.

A su entrada en el Instituto Varona comenzó una etapa definitoria en su vida, de constante estudio, preparación y esfuerzo. Se graduó en 1981, resolvió mantenerse en el Pedagógico y acogió como suyo el proceso de formación de maestros.

Se integró a la Facultad de Educación Física donde permaneció hasta su cierre en 1983. Allí inició su labor docente de pregrado, durante doce años adiestró a instructores del nivel medio y superior. Impartió conferencias de baloncesto, voleibol, balonmano básico y especializado, además de Teoría del movimiento y práctica de los juegos en los cursos regular diurno y para trabajadores.

‘‘En el momento que di mi primera lección me encontré a mí mismo. Al principio los estudiantes no me respetaban, ni me decían profesor, yo pertenecía al equipo de voleibol y entrenaba junto a ellos; me fue muy difícil mantener la distancia. Pero finalmente, gracias a mi trabajo en la docencia, el respeto fue un premio merecido.

“La educación física ha sido siempre subestimada, le quitan horas clases y se ha convertido en un espacio de esparcimiento a los ojos del alumnado, debido a que no le dan un enfoque pedagógico, la ponen en segundo plano’’.

Por sus resultados satisfactorios durante esa etapa, de manera ascendente pasó de Profesor Principal a Titular. Se estrenó en la docencia de postgrado e impartió cursos de capacitación a entrenadores.

“Fui designado por la Vicerrectoría Docente como responsable municipal de los territorios habaneros de Güines y Güira de Melena desde 1986 hasta 1988. Esa fue una etapa fundamental de mi carrera profesional”.

Posteriormente, participó en preparaciones metodológicas nacionales del Instituto Nacional de Deporte y Recreación. Incluye en su formación académica cursos de Didáctica, Técnicas de computación, Pedagogía y la participación docente, Educación Física General, así como asistió a talleres científicos y seminarios.

“Un educador lleva dentro de sí la vocación de servicio, debe sentir la necesidad de superarse constantemente, consagrarse en su profesión, hacer que los estudiantes anhelen parecer a él”.

-Como parte de su preparación,

usted realizó un Doctorado en Ciencias

Pedagógicas ¿Qué  tema  abordó en la tesis?

En diciembre del año 2000, presenté mi trabajo final con el título Concepción teórica y metodológica para la enseñanza de las habilidades motrices deportivas en la Educación Física escolar; cuyos argumentos eran las dificultades existentes en ella y las diferentes investigaciones efectuadas para solucionarlas. El estudio recibió el Premio al Mejor Resultado de Tesis que refleja el avance científico de mayor trascendencia y originalidad en las Ciencias Pedagógicas.

El mejoramiento y desarrollo de su especialidad es el eje de la mayoría de sus publicaciones. Generalidades del Balonmano, Consideraciones acerca de una nueva variante de seminario: El seminario en el terreno, constituyen artículos divulgados en la Revista Nacional Varona, del propio centro.

Creó programas de apoyo a la docencia, especialmente, acerca de la metodología de la asignatura. Concibió estrategias para la formación intensiva de doctores en ISPEJV y el uso de un sistema de evaluación al instructor recién graduado y sus libros titulados Mi cuerpo y el movimiento, Manual Nacional del profesor de Educación Física, conservan vigencia.

-Del Canto, conocemos que su labor

docente no solo se ha desarrollado

en nuestro país, sino que también

ha participado en colaboraciones

internacionalistas. ¿Cuáles

son sus experiencias?

En 1995, fui invitado a un curso de verano de la Escuela Normal de Nayarit, México, que tenía como objetivo formar maestros. Estando en ese lugar, comprobé la enorme diferencia existentes entre el modo de educar a la población. El trabajo en equipo, tan común en Cuba, allá se convierte en paradigma, mas nosotros, organizamos juegos deportivos, creamos un congresillo y hasta celebramos un acto de inauguración. Poco después nos otorgaron la condición de Miembros de la Honorable Asociación de Catedráticos de la Especialidad de Educación Física, además de Huéspedes Ilustres de la ciudad.

Regresé de nuevo en 1997 como conferencista de maestrías e investigación educativa y cursos de Metodología de los Juegos Deportivos. Organicé, junto a un grupo de compañeros, los Juegos Deportivos Interfacultades y la Jornada Científico Técnica Cultural de Verano. En esa ocasión publicaron el libro Mi cuerpo y yo, cuaderno convertido en complemento de los de Educación Física.

Ese mismo año viajé a Bolivia, donde ofrecí las maestrías de Metodologías de la Investigación, Didáctica General y talleres de Tendencias Pedagógicas Contemporáneas.

-El contacto que ha tenido con diferentes

naciones latinoamericanas debe haberle

proporcionado elementos para una

valoración entre los diferentes

sistemas educacionales. ¿Qué

puede argumentar al respecto?

Las divergencias son incontables. Cuba posee acceso gratuito al estudio, atención personalizada y prioriza los intereses de los estudiantes, estos constituyen indicadores de una instrucción que privilegia la excelencia. Mientras, en los demás países, las escuelas están regidas por el ingreso económico de las matrículas. Algunos profesores tienen poca formación pedagógica, aunque existen catedráticos que son baluartes y referentes de la educación en cualquier parte del mundo.

-Según sus palabras, el sistema

educacional cubano es el mejor de

América Latina. ¿Qué piensa usted

acerca de las transformaciones

ocurridas en busca de su perfección? 

La Educación en Cuba evoluciona según las necesidades sociales. Los cambios que constituyen respuestas a estas exigencias forman parte de la Revolución Educacional  y de la Batalla de Ideas. Por eso, fue indispensable el surgimiento de los Profesores Generales Integrales (PGI) y hubo que hacerlo durante la marcha, aunque no estuvieran todas las condiciones creadas.

Pienso que el PGI es la aspiración de una enciclopedia viviente. Ellos necesitan prepararse en todo momento. Es un reto enseñar varias materias y saber explicarlas, y ellos lo logran, apoyándose en los medios audiovisuales que deben usar moderadamente, para que no sustituya al profesor, que éstos no pierdan el protagonismo.

-La enseñanza representa una necesidad

impostergable de nuestro pueblo, pero

cada vez son menos los optantes por

carreras pedagógicas. ¿Qué piensa 

acerca de este fenómeno?

En Cuba, desde la primaria, se realiza un magnífico trabajo de formación vocacional hacia el magisterio. Pero ya en la secundaria y en el pre es distinto, descubren otros atractivos con mayor reconocimiento social y los asumen con más dedicación.

-El ISPEJV representa la vanguardia de la

Pedagogía en nuestra patria. Su participación 

en momentos cumbres de las revoluciones

educacionales ocurridas le confiere

un papel protagónico. ¿Qué significa para

Calixto del Canto pertenecer a este centro?

Es una fortuna y un orgullo pertenecer a este lugar. Te sientes actor de cada toma de decisiones del Ministerio de Educación (MINED) ya que confeccionamos casi todos los planes de estudio de las diferentes enseñanzas, creamos libros de texto, softwares educativos y programas que dejan huellas en cada modificación educacional realizada.

Este es un centro donde la historia forma parte del aire que se respira. Perteneciente a Ciudad Libertad, aún creemos escuchar los mazazos de Camilo Cienfuegos derribando sus muros para convertir sus aulas en forjas de generaciones de artistas de la enseñanza, protagonistas de cambios y combatientes en las trincheras del saber de esta Batalla de Ideas.

La Institución tiene una amplia relación con las cruzadas contra la ignorancia desarrolladas en Latinoamérica mediante los métodos Yo si puedo y Yo si puedo seguir, que tienen similar sentido humano a la Campaña de Alfabetización realizada en Cuba en 1961: “Estas acciones tienen un valor altruista, solidario y gracias a ellas más de tres millones de personas erradicaron el analfabetismo y emprendieron el camino del conocimiento”.

Calixto del Canto ha asumido un método diferente en la enseñanza de sus alumnos. Para él, el aula es un lugar de debate donde el análisis y la comprensión de la asignatura es lo más importante.

“Verdaderamente me siento muy complacido con mi profesión. Yo disfruto cada clase y siempre trato de hacer llegar a los jóvenes información de su interés, creada a partir de su propia realidad.   

“En la actualidad, como técnica, trazo la política de la discusión. Cuando me traen sus tesis, analizamos criterios, les señalo errores, les doy sugerencias y colegiamos habilidades para su defensa. Entonces,  no hay mayor regalo que ver la cara de felicidad del alumno cuando alcanza  cinco puntos en su exposición”.

Por su labor educativa ha recibido numerosas distinciones como Mejor Doctor del Centro de Estudios Educacionales del ISPEJV y Profesor más Destacado en eventos internacionales, mas asegura, los mayores galardones son los agradecimientos de sus alumnos.

Este es Calixto Del Canto, un hombre a quien se le ilumina el rostro al evocar los recuerdos de tantos años cumpliendo la tarea asignada y ve su trabajo en el Pedagógico como una fuente constante de placer, donde consolida las aspiraciones de ser un maestro de corazón.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

FICHA TÉCNICA:

Objetivo central: Conocer el proceso de formación y consolidación del magisterio en Calixto del Canto Colls. Su trabajo como profesor de Educación Física.

Objetivos colaterales: Conocer sus opiniones acerca de la educación cubana. Averiguar las impresiones que tiene acerca del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona. Repercusión  de la pedagogía  en su vida.

Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Vía directa.

Tipo de título: De cita textual.
Tipo de entrada: De presentación.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas declaradas: 1-informativa. 2-informativa. 3-criterio. 4-criterio. 5-criterio. 6-criterio.
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistador.

Fuentes consultadas:               
Directas: Calixto del Canto Colls.
Documentales: Currículo del entrevistado.

 

“EDUCAR ES SALDAR LA DEUDA CON LA HUMANIDAD”

“EDUCAR ES SALDAR LA DEUDA CON LA HUMANIDAD”

Olga Lidia Reyes Peña, profesora Premio Especial del Ministro de Educación, y directora de Relaciones Internacionales del Instituto Superior Enrique José Varona, conversa acerca de sus experiencias en el magisterio y el plan de profesores emergentes.

Texto y foto:
MARÍA ELENA MARCELO TORRES,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Su rostro es agradable: pelo corto y castaño, piel blanca, ojos pequeños y expresivos, boca delicada. Tiene, además, la voz dulce, pero firme, que uno supone debe poseer el maestro. Así me llega la primera impresión de Olga Lidia Reyes Peña, profesora Premio Especial del Ministro de Educación, y directora de Relaciones Internacionales del Instituto Superior Enrique José Varona.

-¿Qué significa la palabra maestro?

Dar amor, educar a otros, transmitir conocimientos, y con toda la extensión de estas palabras, construir un mundo mejor. Hay una frase de Martí en la que creo mucho: “Educar es saldar la deuda con la humanidad”. Cuando uno tiene la vocación del magisterio, la lleva desinteresadamente y siempre desea compartir. Es una disposición de mucho sacrificio y amor.

Llevo años en el Instituto Superior Enrique José Varona y me identifico mucho con los jóvenes. Esta profesión obliga a mantenerse viva, activa, actualizada: los estudiantes imponen muchos retos. Al final, es importante evaluar el saldo, preguntarse: ¿qué logré en ellos?

La obra del magisterio es de largo alcance y sus resultados se ven con el paso del tiempo. Exige mucho. Ser maestro demanda que aunque estés en los quehaceres domésticos, también prepares clases, realices estudios e investigaciones, califiques pruebas y te  actualices para poder enseñar otro día. El magisterio es una profesión que ocupa todos los días.

-¿Cómo comienza en el magisterio?

La historia empezó hace 25 años. Estaba en el Instituto Saúl Delgado, del Vedado, y por vez primera se habló de incorporar a jóvenes que hubieran terminado el preuniversitario, al Destacamento Manuel Ascunce Domenech. Era el 6to. Contingente. En aquel entonces era secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) de mi escuela y aquello se convirtió en una tarea, pues si queríamos que los estudiantes se incorporaran, había que dar el ejemplo.

Después, en la inauguración del curso escolar, el Comandante en Jefe Fidel Castro planteó la solicitud que le había hecho la República Popular de Angola de formar un destacamento de maestros internacionalistas. Pero Cuba no tenía la cantidad de docentes necesarios para sacar a 1 000 de sus aulas. Por tanto, la fuente de esa vanguardia fueron los estudiantes que entramos al 6to. Contingente Manuel Ascunce Domenech y nació así el 1er. Destacamento Internacionalista Ernesto Che Guevara. Fui a Angola por un año.

Regresamos terminada la misión y continuamos nuestros estudios. Me seleccionaron, con segundo año de la carrera concluido, para  un plan de formación de especialistas en el área de las ciencias sociales. Estudié ruso, llegué a la Unión Soviética y luego me gradué como Licenciada en Ciencias Económicas, en la especialidad de Economía Política. Después, en septiembre del año 1984,  me pusieron a trabajar en el Varona y ya voy aquí por mi curso número 24.

-¿Qué es para usted el Premio

Especial del Ministro de Educación?

Es un premio a los profesores que se destacan por su trayectoria laboral. Cuando me lo dieron, estábamos haciendo estudios acerca de las características educacionales de la ciudad. Desarrollamos una tarea en esa etapa para estrechar los vínculos de la Universidad Pedagógica con las estructuras de dirección provincial y municipales. Las líneas eran la atención a la labor metodológica y la conducción del trabajo con los directivos, porque cada escuela, como una orquesta, necesita un director. Pero todo reconocimiento pone una meta: seguir trabajando.

-¿Cuál es su opinión acerca del

plan de profesores emergentes?

En Cuba, históricamente, el maestro se ha formado en condiciones de emergencia. Un ejemplo fue la Campaña de Alfabetización. Si me preguntan: ¿cómo fue la campaña?, diría que todo aquel dispuesto a enseñar, se incorporó. La campaña fue una primera emergencia, hubo otras. A esos alfabetizadores se les dio luego la oportunidad de continuar en el magisterio por medio de diferentes planes de formación de maestros.

Más tarde, con los cambios que se venían dando en la enseñanza primaria, hubo que reforzar la secundaria y surgió el Destacamento Manuel Ascunce Domenech. El Período Especial fue otro momento de aprietos. Mantener las escuelas abiertas y a los alumnos en las aulas constituyó el gran desafío. Creo que los éxitos de la educación cubana de hoy, deben mucho a jóvenes que dieron su paso al frente durante la historia de los destacamentos. Las misiones de las que hablamos ahora tienen un antecedente en aquellos núcleos.

El profesor general integral se está formando con un carácter de emergencia para responder al llamado de reforzar el trabajo educativo. Es muy difícil esperar la vía normal de formación. Para garantizar la proporción alumno-profesor y fortalecer la labor pedagógica y la atención a las diferencias individuales, hay que preparar los maestros emergentes y apelar mucho al desarrollo individual, al auto-estudio, a la asesoría, al quehacer metodológico, y aprender desde la escuela y para la escuela en el ejercicio de la práctica.

Ellos son jóvenes, les falta preparación, esto es completamente cierto, pero educar significa también dar espiritualidad, amor, volcarse de lleno al aula. Creo que requieren de tiempo, pero llegarán, como lo hicieron otros en épocas distintas.

-Un reto que tiene nuestro

sistema educativo es…

Todos los sistemas educativos tienen como reto estar a la altura de sus tiempos; para un maestro, esto se traduce en estar en correspondencia con las exigencias sociales.

Cuba tiene un contexto histórico concreto, en la medida en que creemos las condiciones, podremos perfeccionar las formas de preparación. Afortunadamente, si algo ha caracterizado a nuestro sistema educativo es que constantemente se ha transformado para responder a las exigencias de la sociedad.

De hecho, el plan de maestros emergentes no viene solo, sino acompañado por materiales didácticos, videos, computadoras y softwares educativos que apoyan la actividad docente y permiten a estos jóvenes convertirse en gestores del proceso educativo. Lo asumo como un logro enorme.

Durante sus años como profesora, Olga Lidia Reyes Peña ha saldado con creces su deuda con la humanidad, como irradia el ideario martiano; sin embargo, el amor por la profesión que desempeña, por el oficio de forjadora de hombres, la lleva a seguir adelante con acrecentada pasión y entrega cada día.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

Ficha técnica:

Objetivo central: Obtener las opiniones de la entrevistada acerca del magisterio.

Objetivos colaterales: Indagar acerca de su experiencia como pedagoga y su opinión acerca del sistema educacional cubano y el plan de profesores emergentes.

Clasificación de la entrevista:
Por sus participantes: Individual.
Por su forma: De opinión.
Por su contenido: De preguntas y respuestas.
Por el canal por el que se obtuvo: Cara a cara.

Tipo de título: De Cita directa.
Tipo de entrada: De retrato.
Tipo de cuerpo: De preguntas y respuestas.
Tipo de preguntas: Todas son preguntas abiertas.
Tipo de cierre: De opinión del entrevistador.

Fuentes consultadas:
Currículo de la entrevistada.
Sitio web del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.


 

“EL MAESTRO NO TIENE QUE SABERLO TODO”

“EL MAESTRO NO TIENE QUE SABERLO TODO”

Lourdes Báez, actual Directora Docente Metodológica del Pedagógico Varona, ha recorrido los caminos del magisterio y la Matemática desde el Destacamento Pedagógico en 1972.

Texto y foto:
GABRIELA M. FERNÁNDEZ MÉNDEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“Cuando uno se viste de Maestro, no se puede quitar esa ropa en ningún momento: ni en el pasillo, ni en la calle, ni en la guagua”. Lourdes Báez Arbesú no olvidó ese consejo que le dieron en su primera reunión como profesora de una secundaria básica en Batabanó, La Habana. Ella era entonces una jovencita de 10mo. grado y no comprendió del todo estas palabras; luego de un tiempo dedicada al arte de enseñar, supo realmente lo que significaban.

Hoy, a 36 años de escuchar el consejo, la avala una reconocida trayectoria en el magisterio. Su historia está vinculada estrechamente al Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, centro en el que ejerce el cargo de Directora Docente Metodológica.  Por su trabajo, ha recibido varias distinciones, entre ellas, el Premio Especial del Ministro de Educación en el curso 1998-1999, y el Premio Anual del Rector del Varona.

Lourdes no había pensado ser profesora antes de aquel 4 de abril de 1972, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro, en el II Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), impulsó la creación del Primer Contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, proyecto que constituyó la Segunda Revolución Educacional en Cuba. 

“No tenía inclinación hacia ninguna carrera específica. Aunque mi papá fue profesor universitario y mi mamá trabajó como maestra de primaria y dirigente en el sector de Educación. Yo pertenecía al Movimiento de Monitores, o sea, nunca me disgustó dar clases, pero no tenía bien definida la vocación.” 

Al llamado de Fidel, ella trazó su rumbo y estuvo entre la vanguardia de 1 017 jóvenes que se ofrecieron para dar solución a la carencia de profesores en el nivel secundario. Cinco meses después, ya estaba ante un aula e impartía la asignatura de Matemática.

“Siempre me gustó la Matemática. De eso sí nunca tuve dudas. Mis profesores de secundaria básica me enamoraron de la asignatura, sobre todo Miriam Ramos, mi maestra de 7mo grado.”

-¿Cómo se sintió una adolescente

de 15 años enseñando a un grupo

de alumnos de casi su edad?

Realmente fue difícil. Una de las cosas que más preocupa en este caso es no poder controlar la disciplina, la imposibilidad de lidiar con los muchachos. Incluso hoy no dejo de tener pesadillas cuando pienso que la situación en un aula se me puede escapar de las manos.

Ella temía, además, como todo profesor joven, no saber responder alguna pregunta formulada por un alumno. Para eso su papá le dio un consejo nunca olvidado: “Me dijo: El maestro no tiene que saberlo todo. No tengas miedo nunca de reconocer tu duda sobre algo. Lo importante es no mentir. Eso sí, no dejes pasar el día siguiente sin explicarle al estudiante su interrogante, después de haberte documentado. Al aplicar su propuesta vi en los ojos de los alumnos la buena impresión causada, dándoles una respuesta que ya ellos ni recordaban haber pedido.”

El Destacamento no solo formó educadores, sino también moldeó una generación de muchachos con una madurez y responsabilidad por encima de los límites normales a su edad: “Yo no tenía los mismos 15 años de mis compañeros de estudios que se habían ido para el preuniversitario. Era profesora, y me sentía profesora.”

Uno de los mayores logros del proyecto fue el apoyo que recibieron los inexpertos maestros de los jefes de Cátedra, los metodólogos, y el claustro de experiencia en general.

-Ustedes vinculaban estudio con trabajo.

¿Cómo enfrentaron ese reto?

La rutina era muy rigurosa. En las mañanas dábamos clases en las secundarias, y en las tardes recibíamos las nuestras en la Filial. Si estábamos de guardia, cuidábamos el comedor y el autoestudio, en la beca. Después de las diez de la noche era que preparábamos las lecciones del día siguiente, y hacíamos las tareas del Pedagógico. Entre los estudios propios y la planificación de las clases, importaba más esto último, por el compromiso en el aula. Era entonces la enseñanza nuestra mayor prioridad, valoración que quizá les falte hoy a los Profesores Generales Integrales (PGI).

Lourdes, como cualquier universitaria, participaba en actividades deportivas y culturales. Le requería un mayor sacrificio, porque tenía para ello únicamente el horario nocturno, después de sus obligaciones laborales y docentes. Las reuniones de la UJC y la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) se realizaban  en esos mismos momentos restados al descanso.

La dirigencia estudiantil también ocupó los ajetreados días de la joven pedagoga. Empezó como jefa de Brigada, luego alcanzó el cargo de Presidente Regional de la FEU, y en quinto año se integró al Secretariado Nacional, como representante del Destacamento Manuel Ascunce.

La profesora Báez cuenta que no por todas aquellas obligaciones, los nuevos pedagogos dejaron de ser jóvenes alegres: “Los años más divertidos de mi vida fueron esos. Nos reíamos, celebrábamos, hacíamos maldades, mientras éramos estudiantes; aunque al montarnos en la guagua para ir al encuentro de nuestros alumnos ya volvíamos a ser maestros.”

-¿Qué hizo al acabar su

formación en el Destacamento?

Estudiamos cinco años para graduarnos de profesores, y luego dos más para alcanzar la Licenciatura en Educación, en el Pedagógico Varona.

Ya desde el cuarto año en el Destacamento yo ejercía como alumna ayudante, por lo tanto, no impartía clases en la secundaria básica, sino a los estudiantes de primer año de mi propia carrera. Entonces, como muchos de mis compañeros, una vez graduada seguí en el Varona como profesora universitaria.

-Pasó del estudio a la vida laboral…

Trabajé en una Filial Pedagógica hasta que se disolvió el Destacamento, llegando a ser subdirectora con 21 años. Más tarde fui asesora en la Vicerrectoría Docente del Enrique José Varona. Posteriormente asumí el puesto de vicedecana, y jefa de Departamento.

Con la Tercera Revolución Educacional a partir del 2000, Lourdes comenzó a trabajar en la Facultad Formadora de Profesores Generales Integrales (PGI) Salvador Allende durante los dos años que funcionó; así guió a una generación de jóvenes, relevo de sus miedos y experiencias durante su propio inicio en el magisterio.

-¿Qué recuerdos le trae

su labor con los PGI?

Fue una experiencia inolvidable. Si no hubiera sido parte de ese proceso lo habría sentido mucho porque allí trabajamos muy fuerte con la tarea de formar en poco tiempo a los PGI. La Allende contaba para aquello con un claustro de excelencia, que realmente se consagró a la labor.

Esta profesora participó en el equipo de confección del programa de secundaria básica para la Matemática, vigente en nuestros días, y fue coautora del Cuaderno Complementario de la materia. De esa forma estuvo inmersa de lleno en los cambios emergentes de la Educación Media en nuestro país al principio de la presente década, de lo que está  hoy muy orgullosa.

Durante su trabajo en la formación de PGI, Lourdes asumió el cargo de Responsable Provincial de la Asignatura Matemática, en el que se mantuvo por dos años: “Allí trabajamos en función de lograr una adecuada preparación en los planes de estudio de la asignatura, y fortalecer la enseñanza de la Matemática en la secundaria básica.”

-¿Qué le falta actualmente a los

programas de estudio de Matemática

 en la Secundaria Básica?

Nosotros hemos tratado de esforzarnos porque se cumplan los lineamientos de la asignatura. La Matemática es una materia que muchos estudiantes no prefieren, la perciben difícil y no la aprenden bien. Esto responde en parte a la manera en que se imparte y la metodología empleada para enseñarla.

Este perfil tiene una didáctica muy particular para enseñar al alumno a razonar los ejercicios: cómo demostrar, cómo resolver un problema, etcétera. Estamos trabajando en recuperar los métodos de enseñanza adecuados. Explicar esta ciencia no es darle una receta fija de cómo se hacen las cosas como pide generalmente el alumno, sino guiarlos hacia el por qué se resuelven de una manera u otra.

-Teniendo en cuenta su trabajo

en la educación secundaria,

¿puede ofrecer una valoración sobre la

situación actual de la pedagogía a ese nivel?

Nos ha marcado mucho la carencia de profesores. El magisterio nunca ha sido una carrera atractiva, y esto no es un problema exclusivo de nuestro país. Hemos tenido que recurrir a formas emergentes para dar solución a la demanda, como se había hecho otras tantas veces en la historia, y el Destacamento Manuel Ascunce fue una prueba de ello. La esencia del éxito de estos proyectos radicó siempre en el compromiso de los que se involucran, y en el apoyo que los profesores emergentes reciban.

Si bien hemos tenido problemas en la aplicación del nuevo modelo de enseñanza en la secundaria, sobre todo en sus inicios, hoy se notan muchos progresos: los PGI tienen más horas de preparación, ya se especializan por área del conocimiento. En fin, han cambiado las condiciones de trabajo de estos jóvenes, lo que influye directamente en la calidad de la tarea que realizan. Estoy muy esperanzada. Tengo confianza en todas las cosas que se hacen para perfeccionar la secundaria básica.

De nuevo en el Varona, Lourdes actualmente ocupa la responsabilidad de Directora Docente Metodológica del Instituto Pedagógico, en la que lleva tres cursos.

Su desempeño en ese cargo llena las expectativas de la profesora Báez: “Me siento realizada porque hay logros del trabajo. Se ha diseñado un sistema de preparación para encauzar correctamente las asignaturas principales, existen amplias posibilidades de superación.

“Nunca imaginé llegar hasta aquí, pero a la vez, no me veo realizando otra cosa diferente a lo que hago. Me gusta mucho, no solo dar clases, sino trabajar en la formación de maestros.”

Sobre las distinciones recibidas por su trayectoria, responde: “Yo no trabajo para ellas. Esas cosas son el resultado de una labor. A veces son otros los reconocimientos que me halagan más: una palabra del Rector en una reunión, ver el fruto del esfuerzo…”

El Varona significa para esta mujer su vida entera. Se formó como educadora en sus recintos, se casó mientras laboraba en él, sus hijos jugaron de pequeños en los jardines de la Institución, hizo allí las más duraderas amistades, y sobre todo, dedicó y aún lo hace, su empeño a los quehaceres de la importante cantera cubana de pedagogos.

-El Pedagógico Varona cumple 45 años.

¿Cómo valora la trayectoria del Instituto

habiendo estado tanto tiempo vinculada a él?

Yo nunca he salido del Varona. Estamos hablando de 36 años de permanencia, de los 45 que cumple la Institución. Pienso que el Instituto ha crecido desde el punto de vista científico, pedagógico, y en el reconocimiento entre el resto de los centros de su tipo en el país, por su claustro de excelencia y los logros alcanzados.

Sus profesionales han hecho muchos aportes al conocimiento científico y metodológico de distintas ramas de la Educación en Cuba. Es más, en este instante no debe haber una primaria, una secundaria o un preuniversitario en la capital sin un egresado o alumno nuestro insertado, en fin, que no tenga la huella del Varona.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Pe-riodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estu-dios pedagógicos.

Ficha técnica:

Objetivo central: Revelar puntos importantes de la carrera de la entre-vistada desde el Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Dome-nech hasta su labor en el Varona.

Objetivos colaterales: Indagar en experiencias del Destacamento, en la Matemática como su perfil académico, y con el Instituto Varona. Destacar su papel en los cambios en la secundaria básica, y su cargo actual en el Pedagógico. Buscar, además, opiniones de la evolución de este último y la educación en el nivel medio. 

Tipo de entrevista:

Por sus participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Directa.

Tipo de título: De cita textual de la entrevistada.
Tipo de entrada: Anecdótica.
Tipo de cuerpo: Mixto.
 Tipo de preguntas: 1-Directa. 2-Abierta. 3-Informativa. 4-Informativa. 5-Abierta. 6-De opinión. 7-De opinión. 8-De opinión.
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.

Fuentes:
Directa, y documental: Archivos facilitados por la entrevistada, y Currí-culum de la profesora.


 

MAESTRO POR SIEMPRE

MAESTRO POR SIEMPRE

“Cuando soy ejemplo de buen educador y mis estudiantes me miran como si fuera un padre, estoy representando lo mejor de la Revolución”, afirma Rolando Buenavilla Recio, profesor con más de 50 años de experiencia docente.

MARYCET DÍAZ CARMONA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“Enseñar es un ejercicio de inmortalidad”
Rubén Alves

Los 80 años vividos parecen detenerse en el tiempo para dar paso a un eterno joven, maestro revolucionario de convicción profunda. Así es Rolando Buenavilla Recio, alumno y profesor fundador del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, quien ya perpetuó su nombre con más de 50 años de consagración y constancia a la obra de infinito amor que realiza.

SU ALMA PROFESIONAL

Este profesor, Doctor en Ciencias Pedagógicas y Profesor Titular, actualmente se desempeña como Profesor Consultante y trabaja en el Centro de Desarrollo Educacional del Instituto, donde se elaboran proyectos para la enseñanza. Forma parte, además, del Consejo de Redacción de la revista Varona.

En el magisterio ha recorrido múltiples disciplinas, entre ellas, Historia, Didáctica, Pedagogía, Psicopedagogía, Educación Comparada y Metodología de la Investigación. Dirigió un proyecto sobre figuras históricas paradigmas en el desarrollo de la Educación, en el que se estudiaron personalidades como Herminio Almendros, José Martí y Juan Marinello.

“Participé también en la creación de un libro de Historia de la Pedagogía, referente a la vida de Félix Varela, Enrique José Varona, José Antonio Saco y otros educadores. Como resultado de ese proyecto, comenzó otro trabajo que se sintetiza en un diccionario de figuras de la Educación.

“Trabajo actualmente en una investigación para un texto en el que se conozca la trayectoria de reconocidos líderes políticos cubanos, y así, estudiarlos teóricamente”, reveló.

El profesor Buenavilla nunca deja de trabajar y hacer aportes a la Educación. En estos momentos está inmerso en el proyecto de la historia del Pedagógico por los 45 años de su fundación. Además, realiza funciones como tutor, oponente y miembro del Tribunal de Categoría Docente de Auxiliar y Titular.

Al mismo tiempo, es miembro de la Asociación de Pedagogos de Cuba y la de Historiadores, de cómo se integró a esta última, confiesa: “Felipe Pérez, uno de mis estudiantes, me convocó. Ingresé por participar de manera activa en eventos de esta organización, además, por ser licenciado y profesor de Historia”.

Nunca tuvo idea de ser maestro. Comenzó a ejercer la profesión por necesidad, para subsistir: “Nací en Camagüey y vine a La Habana, a la Universidad, para estudiar Medicina, pero no la terminé porque no tuve beca; los que veníamos del interior no teníamos dinero para mantener un lugar dónde vivir y comer. Era muy difícil conseguir un empleo, inclusive elemental, como limpiar cristales”.

-Entonces, ¿qué hizo para ganarse la vida?

Era bachiller en ciencias y letras y comencé a dar clases como profesor particular, así se inició Martí en España, me pasó igual, salvando las distancias.

Me inicié como maestro de Inglés y trabajé, desde 1956 hasta 1960, en uno de los centros especializados en esa asignatura que existieron en aquella época para trabajadores, aunque luego admitieron también a estudiantes. Creo que fueron de gran importancia y no debieron desaparecer porque, además, fueron gratuitos. Con el triunfo revolucionario decidí estudiar la carrera docente y luego la licenciatura. Así llegué a la educación y soy inmensamente feliz.

El Primero de Enero de 1959, la Revolución se propuso llevar adelante un programa de justicia social en Cuba, con el cual la educación resultó favorecida desde múltiples puntos de vista: “Cuando alcanzamos la victoria se abrieron todas las puertas de manera sorprendente. No encontrar trabajo era muy raro, tuve hasta tres empleos a la vez. Hubo una amplia necesidad de profesores, y la educación se vio beneficiada económicamente. Yo, por ejemplo, comencé a superarme. Fui fundador del Pedagógico por ser de los primeros alumnos, pero además, después de graduado, quedé como profesor del Instituto, incluso practiqué la profesión aún siendo estudiante”.

-Como maestro que ha ejercido antes

y después del triunfo revolucionario,

¿cuál sería su comparación de la

educación en estas dos etapas?

Siempre tuvimos buenos educadores y centros educacionales. Los institutos de segunda enseñanza eran muy académicos y exigentes; aún con algunas deficiencias que hoy pudiéramos analizar, fueron instituciones de prestigio reconocido en América Latina.

Pero también Cuba era un país lleno de analfabetos, con un sistema escolar muy pobre. El Ministerio de Educación contaba con un alto presupuesto que en realidad debía ser empleado en el bienestar y la enseñanza de los cubanos; sin embargo, era uno de los más corruptos, al punto de que no pocos de sus funcionarios vivían lujosamente mediante el robo y la malversación de los fondos públicos,

Al triunfar la Revolución, el Estado puso hasta el último centavo a disposición del maestro, la escuela, los niños, los jóvenes, con el afán de darles una preparación, los materiales escolares, los uniformes, y más adelante un suministro técnico de la computación, eso nada más se hace aquí. Es una conquista de la historia de nuestro país: el sistema educacional cubano y el apoyo que recibe del Estado.

En 1961 comenzó la Primera Revolución Educacional Cubana, la Campaña de Alfabetización, que marcó un hito en la historia de nuestro país. Rolando Buenavilla fue uno de esos maestros que llevaron la luz de la verdad a miles de pobladores: “En este período preparé, en Ciudad de La Habana, a un grupo de los primeros Instructores de Arte que se captaron en el año 1961, muchos de ellos fueron alumnos de primaria y secundaria y necesitaron un proceso de enseñanza. Eso fue una experiencia muy linda. Me incorporé directamente a la campaña, en el hotel Comodoro donde se crearon aulas para alfabetizar”.

El Destacamento Pedagógico nació en 1972 a raíz de la explosión de matrícula de secundaria básica que se dio en el país: “Fui fundador del Destacamento como profesor. También trabajé la asignatura de Psicopedagogía en varios municipios de La Habana, entre ellos, Güira de Melena, Güines, San Antonio de los Baños, luego en la Isla de la Juventud y Ceja del Negro, muy cerca de Mantua, en la provincia de Pinar del Río”.

ÚLTIMOS LOGROS EDUCACIONALES

A partir del año 2000 comenzó en Cuba la Batalla de Ideas y con ella, una serie de transformaciones en todas las enseñanzas, proceso que se denominó Tercera Revolución Educacional. Pero para el profe Buenavilla no son tres las revoluciones, “sino una, que transforma el aprendizaje desde el punto de vista de su concepción, de su organización y, sobre todo, del apoyo que el Estado y la sociedad le dan a la enseñanza; cada uno de los períodos tiene un nivel de ascenso”.

-Las teleclases y videoclases son nuevos

métodos para el aprendizaje, ¿qué cree

usted de la manera en que son utilizadas?

Para dar una clase hay que prepararse, para utilizar teleclases y videoclases también, no es poner un profesor frente a una cámara y listo. Conviene que estas se planeen adecuadamente con un propósito específico, y así, conserven su valor.

En mi opinión, una sesión de trabajo completa debe tener varias técnicas y solo proyectar esos métodos educativos en determinado momento, con un contenido preciso, y el profesor, la escuela y los alumnos también tienen que prepararse, es decir, el objetivo no es improvisar y ponerlas para cubrir la ausencia del maestro. La teleclase supone una nueva concepción de la enseñanza, por lo tanto, hay que capacitarse para eso.

Los Profesores Generales Integrales (PGI) son otro de los cambios introducidos en la enseñanza cubana para dar solución a una necesidad de carácter momentáneo: “Se supone que ellos son para cubrir un tiempo determinado, no pueden ser para toda la vida. La práctica corrobora su buen rendimiento, siempre que pongan todo de sí en la preparación y superación”.

Rolando Buenavilla visitó países como Angola, México, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, República Dominicana, en los que se aprecia el enorme éxito de la revolución Cubana: “La gran conquista educacional se constata también en el extranjero, los maestros de otras regiones coinciden en que somos distintos, pues para nosotros el conocimiento no es una propiedad de Cuba ni del maestro, sino algo que ponemos a disposición de todos.

“Además, ayudamos y brindamos posibilidades para que otras personas, no solo cubanas, aprendan y estudien, eso hace que se reconozca nuestro sistema de enseñanza. Es decir, al valorar a los maestros, programas, libros de texto, estilos de enseñanzas, están reconociendo las bondades de Cuba en este sector”.

EL VARONA, TERRENO DE SUS CONQUISTAS

El Pedagógico Enrique José Varona cumple 45 años de creado, y es hoy una institución de referencia en la Educación Cubana. El profesor Buenavilla fue alumno fundador y luego profesor: “Desde el nivel de docente hasta el de Profesor Titular y Consultante, el Instituto para mí significa, primero, ser conocido a lo largo de la Isla, es raro el lugar donde no me digan: “Profe, yo lo recuerdo del Pedagógico”, eso es una gran satisfacción.

“Segundo, representa un terreno donde puedo resguardar las conquistas de la Revolución, muchos la defienden con las armas en la mano, otros en el plano económico, el deporte, la medicina, pero yo la salvaguarda de mi Revolución y sus principios, la hago mediante la educación. Cuando soy ejemplo de buen educador y mis estudiantes me miran como si yo fuera un padre, un patriarca, estoy representando lo mejor de la Revolución.

“Los maestros del Pedagógico solemos decir que constituye una escuela: una escuela de pensamiento, de formación de profesionales, como una creadora de un estilo en la enseñanza”.

El profe recién cumplió 80 años y cree que pudo haber aprovechado mejor su tiempo. No mira hacia atrás con tristeza, sino con experiencia: “Estoy satisfecho, pero no feliz porque quisiera que muchas personas admiraran la inmensa obra de la Revolución tanto como yo.

“En todo este tiempo descubrí excelentes relaciones humanas entre compañeros, trabajadores y alumnos. Me siento recompensado con la gratitud de la propia sociedad, que me reconoció como investigador, docente y trabajador. Pero, además, tuve la oportunidad de ir a otros países, a los que transmití el mensaje educacional de Cuba”.

Después de más de medio siglo en la enseñanza, Rolando Buenavilla Recio no está preparado para alejarse de las aulas: “José de la Luz y Caballero murió en ellas, no sé si me suceda lo mismo, pero mi vida es venir aquí y trabajar”.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

Ficha Técnica:

Objetivo principal: Resaltar la personalidad del profesor Rolando Buenavilla Recio como parte del colectivo de fundadores del Varona y su trabajo como historiador del mismo.

Objetivos colaterales: Conocer sus criterios acerca de las transformaciones en la Educación Cubana. Indagar en las motivaciones que tuvo para inclinarse por su profesión. Comparar, a partir de sus más de 50 años de experiencia, la Educación Cubana antes y después del triunfo revolucionario.

Tipo de entrevista:
Por sus participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su tipo: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Cara a cara.

Tipo de: De referencia al tema o al entrevistado.
Tipo de entrada: De presentación.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas: 1- Directa. 2- Directa y de opinión. 3- Directa y de opinión
Tipo de conclusiones: De opinión del entrevistado.

Fuentes:
Documental: Currículum del Entrevistado.
No documental: Rolando Buenavilla Recio, el entrevistado.

 

“SER MAESTRO ES NO ESCATIMAR SACRIFICIOS”

“SER MAESTRO ES NO ESCATIMAR SACRIFICIOS”

 

 

 

Berta Fernández Rodríguez, Doctora en Ciencias Pedagógicas, asevera que la tradición en la calidad de los docentes ha sido, es y será la premisa fundamental del Varona en 45 años de trabajo.

Texto y foto:
CLEISBEL FONSECA GARCÍA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

En una casona verde de la calle 51, en Marianao, una señora espera impaciente. Mira a través del póstigo de la puerta y abre sin que yo pronuncie palabra alguna. Ya adentro, me dice: ”Pensé que no vendrías, llegas tarde”. Pequeña, menuda, con ojos azules ”habladores”, transmite dulzura y vitalidad envidiable. Tiene 65 años, es formadora de varias generaciones de estudiantes, y se enorgullece de ser fundadora del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona (ISPEJV). 

Ha participado en eventos nacionales e internacionales, colabora en publicaciones especializadas en temas pedagógicos y entre sus múltiples reconocimientos se encuentra la distinción Silla de Educador Ejemplar. Sin embargo, muestra gran sencillez al expresar: ”Mi mayor satisfacción es que los alumnos me recuerden con cariño”.

A la Doctora en Ciencias Pedagógicas Berta Fernández Rodríguez, siempre le gustó ser maestra. En los primeros años de la Revolución terminó el preuniversitario y, en 1964, cuando el ISPEJV abrió convocatoria de exámenes, se presentó y aprobó. En 1967 se graduó en la Carrera Profesoral Superior de Biología y fue seleccionada, junto a tres compañeros, para quedarse impartiendo clases en el Varona. Así comenzó como profesora de secundaria básica y luego en preuniversitario. Berta siguió superándose.

-¿Cómo obtuvo el título de

Doctora en Ciencias Pedagógicas?

Después de graduarme continué estudios de posgrado. El Instituto, mediante la Comisión de Ayuda Mutua entre los países socialistas, tenía un plan de colaboración para la superación política de los docentes, y los profesores universitarios íbamos a diferentes regiones de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (URSS) para realizar los doctorados. Yo centré mi tesis en los medios de enseñanza, en esa temática fui de las pioneras en Cuba.

-¿Qué hizo para adaptar los conocimientos

adquiridos en la URSS, teniendo en cuenta

las diferencias entre la enseñanza cubana

y la de las repúblicas soviéticas?

En aquella época existía una cooperación entre los países socialistas. Los sistemas educativos cubanos se guiaban por las líneas de enseñanzas soviéticas, por lo que los profesores tuvimos que traducir muchos libros y, poco a poco, adaptamos nuestros programas en dependencia de la situación y la necesidad del momento.

Predominaba el método expositivo, la conferencia tradicional, donde el alumno era más pasivo, recibía los conocimientos y tenía que operar con ellos para garantizar su aprendizaje, pero el sistema no era tan colaborativo como los es hoy día. Nosotros tuvimos que transformar los programas para que la interacción  entre el profesor y el alumno fuera mayor. 

-A partir de 1959 se produjo una evolución

en la educación cubana, desarrollándose programas

para erradicar el analfabetismo en la Isla

y en otros países. ¿Participó en alguno de ellos?

En 1974 preparé a jóvenes del Destacamento Pedagógico Internacionalista Che Guevara, en la carrera de Biología, específicamente impartí las asignaturas de Botánica y Embriología.

-¿Cómo fue la experiencia con estos

jóvenes que se prepararon en poco tiempo

y que iban a colaborar en un país lejano?

Cuando surgió la necesidad de crear el Destacamento, se hizo un concentrado de la carrera pedagógica, se crearon las condiciones, desde el punto de vista logístico, y los muchachos tenían que estudiar a tiempo completo. Pero este grupo de alumnos estaba muy interesado, eran estudiantes de alto rendimiento académico que estaban motivados y emocionados por la misión que iban a cumplir.

Realmente el mérito fue de ellos, no de los profesores que les dimos clases. Recuerdo que en el tiempo libre conversábamos sobre Angola, nos pusimos todos a leer, estudiar y buscar libros sobre este país, ya que no sabíamos a cuáles provincias les tocaría ir. Sí tuvo una significación emocional importante para ambas partes, la solidaridad y el optimismo estaban en el ambiente.

-Actualmente en el Instituto está

involucrada en otros proyectos

internacionalistas, ¿en qué consisten?

Colaboro como asesora, coordinadora y miembro del Comité de Maestrías y Doctorados en universidades latinoamericanas, sobre todo de Brasil y Bolivia.

-¿Cómo es la educación de

posgrado en esos países?

El trabajo con personas adultas que superan el cuarto nivel es muy interesante, pero hay grandes diferencias con el sistema educativo cubano. Aunque existen universidades públicas y  privadas, los que llegan a esta enseñanza son los que tienen dinero, salvo que logres una beca que te facilite los estudios. Allí si no pagas, no tienes acceso. Por ejemplo, para poder recibir los cursos que nosotros impartimos, gratuitamente en Cuba, los interesados de esos países tienen que pagar entre 3 500 y 8 000 dólares.

-¿Cuáles son las principales diferencias

entre la educación cubana y la de los

países de la región latinoamericana?

Las principales diferencias están dadas en el subdesarrollo educacional de los países tercermundistas. A los gobiernos elitistas no les interesa el bienestar de las masas, y la política  influye en la enseñanza; mientras que Cuba, país libre de analfabetismo desde 1962, está llevando los fundamentos fundacionales de que todos tenemos derecho a la educación.

Esta ideología hace que ayudemos a países como Bolivia, Uruguay y Venezuela, donde en muchos lugares las personas no soñaban con  coger un lápiz y papel, no conocían lo que era un maestro ni una escuela. La ayuda no ha sido económica, sino de calidad humana, porque la solidaridad es el principio que nos guía.

-A partir del 2000, con las transformaciones

en todas las enseñanzas mediante la Batalla

de Ideas, se ha dado un vuelco a la educación

en Cuba. ¿Qué opina sobre esos cambios?

En un país como el nuestro, donde el cambio ha sido obligatorio, ningún aula se puede quedar sin maestro y  la Revolución hace todo lo posible para evitarlo. Debido a las condiciones de trabajo y los bajos salarios, muchos profesores abandonaron sus puestos en los años del Período Especial, por lo cual se hizo necesario buscar soluciones que erradicaran  el problema.

El profesional no se puede formar de un día para otro, pero la situación hizo que se buscaran personas que resolvieran la crisis inmediata y, a la vez, se fueran superando. Por eso surgieron diversos programas como el de Profesores Generales Integrales y los maestros emergentes. Además, a Fidel Castro se le ocurrió la idea brillante de crear la universalización de la enseñanza.

En Ciudad de La Habana el déficit era mayor, por eso fue indispensable que  muchos jóvenes cubrieran las plazas de maestros en la capital, fundamentalmente en las secundarias. Esto trajo como consecuencia la lucha entre cantidad y calidad, se corrió el riesgo de que la rapidez, el nivel y  los resultados no fueran los adecuados.

Era inevitable que se afectara la calidad en comparación con la especialización de antes, pero se ganó en cuanto a eliminar el enciclopedismo y el ”memorismo”. Ahora la educación es más integral, capaz de resolver problemas, de preocuparse por cada alumno de forma individual y, en unión con la familia, busca conocer a fondo al estudiante, mediante el diálogo y la comprensión.

-Entonces, ¿cree que es la

solución más adecuada?

No se me ocurre pensar en otra. Aunque es bueno aclarar que en este curso, con la primera graduación de jóvenes maestros y la reincorporación de profesores jubilados, se tomó la decisión de aumentar un año más los estudios sin ejercer, es decir, que el estudiante que se prepara en la carrera pedagógica no imparte clases hasta tercer año, con el propósito de que tenga más consolidados los conocimientos.

-Como fundadora del Instituto,

¿cuáles son para usted los principales

aportes de este como rector de la

educación pedagógica en Cuba?

El principal aporte es su esencia, la cantidad de maestros que ha formado en los diferentes niveles de enseñanza durante 45 años. La tradición en la calidad de los docentes ha sido, es y será la premisa fundamental del Varona en casi medio siglo de trabajo. Formar buenos profesores y doctores en Ciencias Pedagógicas, quienes realizan estudios para resolver los problemas educacionales del país, nos identifica.

-¿Qué significación personal tiene el Instituto?

Llevo 41 años en él, es mi casa, mi familia, todo. En el Varona me formé y he enseñado a otros. Gracias a él he dado clases para  formar masters y doctores en diversas provincias de la Isla y en países de América Latina. Otras oportunidades laborales mejores, en el sentido de comodidad,  se han presentado, pero no las acepté porque somos una gran familia, tenemos una meta en común: mejorar la educación.

-¿Por qué surge la Facultad de

Ciencias de la Educación?

En los institutos todas las facultades tienen un ciclo de formación pedagógica. Independientemente de las asignaturas de la especialidad, se estudian otras de corte pedagógico que enseñan a trabajar al joven como maestro. Es decir, además se imparte materias como Psicología, Higiene escolar, Didáctica, Metodología de la Investigación, cuya función la asume la Facultad de Pedagogía, que posteriormente pasa a llamarse Facultad de Ciencia de la Educación.

El único Instituto que tiene una facultad dedicada a esta especialidad es el Varona, por ser rector y matriz del resto de los pedagógicos del país. En todos los demás solo existen departamentos docentes.

-Muchos han sido los alumnos y

las generaciones que ha educado,

¿qué hecho o anécdota la ha impactado

en todos sus años de trabajo?

No diría un hecho en particular porque lo que me marca, realmente, es ir por la calle y que me digan: “Profe, ¿no se acuerda de mí?” El hecho de dejar recuerdos y huellas en los alumnos, a pesar de los años, saber que les transmití mensajes e influí en la formación de sus valores y conocimientos, me hace feliz.

-Ha participado en numerosos eventos

pedagógicos nacionales e internacionales,

¿con qué objetivos se realizan estos y

cuánto han contribuido al desarrollo

de la enseñanza en Cuba?

El objetivo es posibilitar el intercambio. Es necesario que se conozca nuestro trabajo y se valore. El desarrollo se logra con el análisis, la confrontación y la asimilación de literaturas de las especialidades. Esos son los momentos imprescindibles para actualizarnos sobre lo que se ha investigado y socializar lo que uno hace, siempre buscando soluciones. Además, nos permite estar informados.

-Ha colaborado como autora en

la creación de folletos, guías de estudio y

materiales docentes, ¿cuál ha sido su

publicación más destacada y por qué?

Pienso que en el plano de los medios de enseñanzas, he colaborado en la creación de las líneas principales por las que se guía esta especialidad en el país. Las potencialidades de los medios de enseñanza, artículo llevado a una página web, es la publicación más importante en que he trabajado para la formación de maestros.

-¿Reconocimiento con el que

se siente más satisfecha?

Con la Placa de Fundadora del Instituto.

-¿Qué es indispensable para ser maestro?

Amor por la profesión, no verla como una forma de enriquecerse, sino ejercerla por placer, por querer ayudar a los demás. También, hay que ser muy sacrificado.

-¿El momento cumbre de su carrera profesional?

Existen dos momentos: cuando me reconocieron como maestra y haber recibido el título de Doctora.

-Si pudiera cambiar algún aspecto del

sistema educativo cubano, ¿cuál sería?

Las condiciones de trabajo del maestro, pues deberían ser mejores. Y trataría de buscar los mecanismos para que se logre un mayor reconocimiento social de los educadores.

-Como maestra, ¿la máxima meta a alcanzar?

Educar, para eso trabajamos. Ser maestro es no escatimar sacrificios.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

Ficha  Técnica:

Objetivo central: Dar a conocer la trayectoria y los aportes de esta profesional en la enseñanza, y sus opiniones sobre la situación actual de la educación en Cuba.

Objetivos colaterales: Ver, a través de la entrevistada, los diferentes momentos por los que ha transitado el sistema educacional del país.

Tipo de entrevista:                           
Por sus participantes: Individual.
Por su forma: Clásica.              
Por su contenido: De opinión con elementos de personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Vía directa con el entrevistado.

Tipo de título: De cita textual.         
Tipo de entrada: De presentación.
Tipo de cuerpo: Clásico.     
Clasificación de las preguntas: 1,2,3,4,5,6,7,14,15,16,17,18,19 y 20 (preguntas directas); 8,9,10,11 y 12 (preguntas de opinión); 13 (pregunta abierta).           
Tipo de conclusión: De opinión del entrevistado.

Fuentes consultadas y clasificación:
Berta Fernández Rodríguez (Directa).
Currículo de la entrevistada (Documental).

 

“LA ENSEÑANZA NO SE PUEDE DESLIGAR DEL CORAZÓN”

“LA ENSEÑANZA NO SE PUEDE DESLIGAR DEL CORAZÓN”

María Dolores Cruells Hernández, conocida como Nenita, fue alumna de Ciudad Escolar Libertad cuando abrió sus puertas al curso 1960-1961; hoy, después de casi medio siglo, aún sigue vinculada a ese lugar.

Texto y foto:
CARLA GLORIA COLOMÉ SANTIAGO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“La historia de los revolucionarios se escribe con hechos: esta es la mía”, así grabó María Dolores Cruells, o Nenita, como todos la conocen, en  la portada de un álbum de recuerdos. Es emocionante ver cómo en más de 50 páginas, alguien se dedica a reflejar una leyenda  de 47 años.

No faltan allí medallas como la 23 de Agosto, de la Federación de Mujeres Cubanas, la Distinción 40 Aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la José Tey, los diplomas de reconocimiento a su labor educativa y las tantas fotos de Ciudad  Libertad. En  un momento, me dijo: “Cuanto hice, no fue pensando que un día iba a ser entrevistada. Hago cada jornada como la primera, como si el camino aún fuera muy largo.” Ahora es el momento de conocer a una Licenciada en Historia y Ciencias Sociales, con casi medio siglo para contar.

-A los 14 años decidió ser alfabetizadora

popular. ¿Qué la motivó?

El llamado que se hizo para sacar al país de la ignorancia. Muchos pensábamos ser médicos, pero el compromiso de cumplir con una tarea encomendada por la Patria fue mayor. Aunque no éramos especialistas, podíamos enseñar un poquito a quienes no sabían nada.

Fui alfabetizadora popular porque mis padres no quisieron que fuera con la brigada Conrado Benítez. De alguna manera debía cooperar. En aquel tiempo yo vivía en Pinar del Río y alfabeticé en la zona de Consolación del Norte, hoy La Palma.

La tarea consistió en ir donde estaban los analfabetos de la ciudad y enseñarlos. Recuerdo a una señora llamada Nela, quien decía que su tiempo de aprender ya había pasado. Entonces la convencí y llegó a leer y a escribir. Esos años significaron el despertar de la vocación de mi vida.

-Usted fue alumna de Ciudad Libertad cuando

abrió las puertas al curso 1960-1961,

luego profesora de ese lugar y, además,

su directora general por 11 años…

A Ciudad Libertad la ubico como mi segundo hogar. Cuando empecé allí, aún quedaban los restos de los muros derrumbados por Camilo, y hoy  sigo ligada a ella.

La he visto evolucionar de manera que, en estos momentos, un alumno puede comenzar en el círculo infantil y terminar con un título universitario. Recientemente se declaró Patrimonio Cultural de Cuba. Para mí es un baluarte de la enseñanza en el país.

Pero dentro de ese lugar no podría dejar de mencionar al Varona, al cual debo mi crecimiento profesional. Primero fui Profesora Adjunta, luego estudiante de Licenciatura en Historia, maestra de las facultades de Pedagogía y de Ciencias de la Educación. También obtuve en la institución el título académico de Máster en Educación.

-Ciudad Libertad arribará el próximo

14 de septiembre a sus 50 años.

A casi medio siglo, ¿cómo recuerda sus

primeros momentos en ese lugar? 

Me parece estar viendo a los constructores con sus carretillas para recoger escombros, a los trabajadores caminando de aquí para allá. Era una efervescencia total. Nunca olvidaré el acto de inicio de curso, donde Armando Hart  plantó una ceiba como símbolo de vida en el lugar que antes fue el cuartel de la dictadura.  

En el ensayo Nuestra América, Martí habla de la necesidad de apertura al mundo sin perder las raíces, de la importancia de saber abrirse a él, apreciar sus adelantos y cultura, sin que ello signifique copiar modelos foráneos. Nenita, fiel apasionada de la obra del Apóstol, concuerda plenamente con lo anterior. Según afirma, en ninguno de los países donde estuvo cerró su mente al aprendizaje y al intercambio de conocimientos.

“Visité Angola por dos años, pero no ejercí como maestra. Ofrecí conferencias de Historia a médicos y a constructores de forma voluntaria. No dejé de cooperar ni un solo día. En ese tiempo jamás me sentí fuera de Cuba. Incluso, muchas veces creí estar dentro del Instituto y la gente me decía: ‘¡Oye, esto no es Ciudad Libertad!’

“También estuve cuatro meses en una escuela bilingüe y católica de Panamá, que comprendía desde la enseñanza preescolar hasta la preuniversitaria. Aquel encuentro fue algo extraordinario. Como martiana, pienso que debemos saber abrirnos al mundo, sin olvidar nunca nuestra condición de cubanos”.

Después de 42 años dedicados a instruir y a vivir para hacerlo, Nenita cuenta sus impresiones sobre la evolución de la enseñanza, desde su condición de alfabetizadora popular y como partícipe de las transformaciones y cambios en el sistema educacional cubano.

“Todo obedece al  momento histórico-concreto que vive el país. Algunos son el resultado de una necesidad histórica, con los cuales podemos estar o no de acuerdo, pero responden a situaciones. 

“El maestro es insustituible. El televisor puede ser un método educativo de apoyo y, aunque las teleclases están muy bien concebidas, no pueden ocupar el lugar del profesor. Además, en la década del 70 existían, pero como soporte auxiliar. También creo que los Profesores Generales Integrales (PGI) deben concebirse por áreas del conocimiento. Es muy difícil abarcar tantas materias a la vez. El proceso de elección debe ser selectivo. Considero que la masividad atenta contra la calidad.

“Estoy convencida de que, con el paso del tiempo, se resolverán las dificultades. La emergencia no es nueva. Yo soy el producto de una emergencia.”

-Pero los PGI tienen mucha relación

con preceptos de Enrique José Varona.

Muchísima. Primero quiero decirte que Varona fue un intelectual cubano capaz de evolucionar de posiciones reformistas a otras sumamente revolucionarias. Cuando la ocupación militar yanqui, él ocupaba el cargo de Secretario de Instrucción Pública. En aquel entonces, existía un déficit de profesores y hubo necesidad de formarlos.

Él fue quien ideó un sistema de urgencia llamado Maestros de Certificado. Ellos abarcaban todas las asignaturas y podían alcanzar primera, segunda o tercera categoría. Por eso digo que la emergencia no es nueva, sino vieja como la historia del hombre.

-Enrique José Varona expresó que nuestra

enseñanza debe cesar de ser verbal y retórica

para convertirse en objetiva y científica.

¿Hasta qué punto cree se ha manifestado

este pensamiento en el Instituto Superior

Pedagógico después de 45 años?

El centro se distingue por tener diversas publicaciones, dentro de las que se encuentran Reflexiones teórico-prácticas sobre las ciencias de la educación, Introducción a la teoría de la educación y Dimensión ética y educacional. El potencial científico es elevado. Forma doctores y másters con categorías docentes superiores.  Cuenta  con un claustro preparado, encargado de llevar a las aulas métodos diferentes para atraer la atención de los alumnos, hacer didáctica la clase y echar a un lado la monotonía.  

-Si le dedicara una palabra

al Varona, ¿cuál escogería?

Formador.

-¿Y a Ciudad Libertad?

A ese lugar no le puedo dedicar una palabra. Yo diría que es una fragua de hombres.

El imperialismo en Nuestra América fue el último artículo publicado por Nenita, junto a la profesora Mercedes Soca, en la revista Varona. En él realizan un análisis de lo expuesto por Martí respecto a la necesidad de que la generación encargada de salvar la América, no olvide su historia. Este precepto del Apóstol lo aplica a sus alumnos permanentemente.

“Trato de transmitirlo en cada clase, en nuestras conversaciones, a partir del ejemplo personal y de ser fiel a las tradiciones de la Patria. Trabajo para lograr que se sientan patriotas y no abracen ciegamente culturas deslumbrantes, pero no ennoblecedoras del espíritu.

“Me he propuesto transmitir la obra de Martí, el más universal de los cubanos y, sobre todo, trato de impartir la Historia con amor. La enseñanza no se puede desligar del corazón.”

-Si le menciono a Paulito FG, a Rubén Zardoya,

a Rodrigo Malmierca y a Aleidita Guevara,

¿qué le viene a la mente?

Paulito FG siempre fue intranquilo, muy vinculado al canto y a las artes en general. Zardoya, sumamente hiperactivo, brillante y respetuoso, hoy es el Rector de la Universidad de La Habana. Malmierca, la ternura en persona. Recuerdo que un Día del Educador me buscó por toda la escuela para regalarme un pastel de frutas. Ahora es el embajador de Cuba en las Naciones Unidas. De Aleidita no olvido que, cuando estuve embarazada, ponía el oído en mi barriga para escuchar los latidos del corazón del niño. La vocación por la Medicina la tuvo desde chiquita.

La mayor satisfacción para un maestro es ver a quienes fueron sus estudiantes y que se acuerden de una. A todos los alumnos los recuerdo con un cariño especial y tendrán siempre un lugar en mi vida.

Nenita se jubiló en el 2007 y, un año después, tras el llamado de Raúl Castro, se reincorporó a impartir clases en la carrera Pedagogía-Psicología, la cual abrió sus puertas nuevamente, después de 20 años.

“La vida demuestra que los psicopedagogos son importantes en el tratamiento a los estudiantes, en el análisis de métodos educativos y como orientadores. Los graduados de esta profesión salen preparados para ofrecer clases, aunque los que ahora la cursan no lo quieran reconocer. También pueden trabajar en centros de orientación y diagnóstico.

“Hoy la carrera se encuentra en todos los pedagógicos del país. Abarca las asignaturas Psicología General, Psicología del Adolescente e Historia de la Psicología.”

El estudio de revistas educacionales de finales del siglo XIX y principios del XX, fue el tema de tesis de maestría de Nenita. Según dice, en aquellos momentos no había suficiente sustento sobre el asunto.

“En la década del 90 solo contábamos con un libro de Gaspar Jorge Galló. Entonces me dediqué a investigar los métodos educativos de Cuba y  el mundo y elementos de Pedagogía Comparada. La tesis sirvió para dar clases de Historia de la Pedagogía y confirió a los estudios del magisterio una fuente para el análisis educacional de otras épocas.”

-Nenita, en los años del 90 al 92 fue

directora municipal de educación en

Marianao. ¿Cuán difícil fue?

Ya tenía experiencia como maestra, subdirectora y directora general de escuelas. Eso me ayudó mucho. Eran 35 primarias, 20 círculos infantiles, nueve secundarias básica, siete centros especiales, dos tecnológicos y un preuniversitario. No fue nada fácil. Visitaba cada colectivo periódicamente en las mañanas, porque me gustaba estar al tanto de ellos desde que abrían. Ese es el ABC del éxito. Si tuviera la oportunidad de dirigir, lo haría nuevamente.

-En ocasiones los seres humanos

tenemos un rinconcito que se nos hace

imprescindible, ya sea para leer,

recordar el pasado o  hablar con uno mismo.

¿Existe alguno en Ciudad Libertad

por el cual sienta algo especial?

Sí. Lo que antiguamente fuera la escuela primaria República de Chile. Sus jardines, el lugar donde yo tenía la dirección… Allí pasé momentos muy hermosos, como la celebración de los 23 años. Ese lugar fue mi gran ilusión.

Eso de que los sueños no se hacen realidad lo comencé a dudar aquel día. Nenita, cuando niña, con un trozo de carbón y una tabla, jugaba a dar clases a los niños del barrio. Hoy su sueño hecho realidad lo tenía yo en mis manos. Ese álbum era la prueba de ello, aunque su autora no estuviese satisfecha del todo.

“Un educador nunca puede estar plenamente complacido con lo que hace. Todos los días es necesario aprender algo nuevo y perfeccionar la obra a la cual  entrega su vida. Cuando me vaya de este mundo, quiero hacerlo como José de la Luz y Caballero, en un aula y rodeada de mis alumnos.”

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

Ficha técnica:
 
Objetivo central: Dar a conocer la obra de María Dolores Cruells, quien ha dedicado su vida a la enseñanza y, en especial, a Ciudad Libertad y al Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.

Objetivos colaterales: Reflejar la opinión de la entrevistada acerca de los cambios y transformaciones en la educación cubana, sobre el Instituto Superior Pedagógico y Ciudad Libertad. Dar a conocer su trabajo educativo tanto dentro como fuera de Cuba y mostrar su amor por enseñar, aún después de jubilada.

Tipo de entrevista:
Por sus participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal por el que se obtuvo: Vía directa.

Tipo de título: De cita textual.
Tipo de entrada: De presentación del entrevistado.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas: 1: Directa. 2: Abierta. 3: Directa. 4: Directa. 5: Directa. 6: Directa. 7: Abierta.
Tipo de conclusión: De opinión del entrevistado.

Fuentes consultadas:
(Directas, no documental)
Esperanza Herrera Ochoa. Ildeliza Galeano Pérez. María del Carmen López Pimentel. Teresa Hernández. Miguel Francisco López Bejerano. Águeda Maira Pérez García. Lidia Santa María. Mercedes Soca. Rosa María Cruz Massón. Nidia Rodríguez González. Gisela Gutiérrez. Susana Morejón.           


 

MAESTRA DE MAESTROS

MAESTRA DE MAESTROS

“Soy una profesora de Francés enamorada de la pedagogía”, afirma Silvia Fernández González, docente del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.

Texto y foto:
ALBA G. LEÓN INFANTE,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Suena el despertador y aún es oscuro afuera; ella despierta muy temprano para llegar puntual al trabajo. Son más de veinte los kilómetros que la separan de su aula, mas todos los días Silvia Fernández  González  acomete  el largo viaje para estar junto a sus alumnos y sentir, una vez más, la felicidad de ser maestra de maestros.

Mientras espera el ómnibus, comienza a meditar sobre el día que le espera; puede que hoy salga molesta de la clase, o sin voz, o contenta de ver a sus alumnos progresar. Son cosas que solo puede saber al final del día. 

-¿Maestra por  necesidad o vocación?

Cuando yo era joven, no existía tal carencia de profesores como ahora. Soy maestra por vocación y es casi una necesidad; me siento bien enseñando, compartiendo los conocimientos. Soy Licenciada  en Lengua Francesa en la especialidad de Lingüística, graduada en 1977.  En el segundo año de la Universidad integré el grupo de alumnos ayudantes, de modo que cuando terminé los seis años de servicio social en Camagüey, comencé a trabajar en el Instituto Superior Pedagógico José Martí (ISPJM) en esa provincia.

-¿Por qué Francés?

Me gustó desde niña, cuando miraba películas en ese idioma y también escuchaba canciones. Es curioso, ya que mi padre vivió en los Estados Unidos durante un tiempo, por tanto hablaba el inglés de manera fluida; como es natural, trató de enseñarme, pero yo prefería el francés, quizás porque al oído sonaba más bonito. Yo adoro mi especialidad.

-¿Cuándo realizó su primera

labor como maestra?

En el Pedagógico Martí, donde gané mucha experiencia y con el cual me siento identificada. En 1984 me trasladé hacia la  capital y comencé a trabajar  en el Instituto Superior Pedagógico de Lenguas Extranjeras, que luego fue integrado al Instituto Superior Pedagógico Enrique José  Varona (ISPEJV).

-¿Cómo fue el cambio entre

el Martí y el Varona?

Por lo general,  las personas que se establecen en la capital buscan mayores comodidades; mi caso no era la excepción, como tampoco lo fue mi nuevo trabajo. Experimenté una diferencia sustancial en cuanto a las condiciones materiales, o sea,  laborar en un inmueble en buenas condiciones favorece en gran medida obtener mejores resultados en la actividad que desempeñes. Eso no fue todo, conocí excelentes profesores, quienes me motivaron a esforzarme por sus logros y cualidades. No noté diferencia en la manera de educar, en el empeño, en el amor que brindaba cada maestro a sus alumnos.

-¿Qué importancia tiene

el Pedagógico para su vida?

Significa mucho. A pesar de no ser fundadora de la institución, llenó una importante  parte de mis expectativas. Ahí alcancé el desarrollo que hoy muestro, la experiencia como maestra y el dominio de una lengua extranjera.  Mi identificación  con el Pedagógico es resultado  de una formación sui géneris, cuyo resultado es lo que soy ahora: una profesora de francés enamorada de la pedagogía.

-En su opinión, ¿a qué se debe la consolidación

del Varona como el mayor exponente

de la enseñanza pedagógica en Cuba?

El factor geográfico influye, pero pienso que quienes han convertido al Varona en un paradigma son, indiscutiblemente, los profesores.  Me vienen a la mente nombres como las doctoras Lidia Turner y María Dolores Ortiz, junto a otros que conforman una lista larga, pero es imposible mencionarlos a todos porque son muchos y aún más, los aportes de cada uno al sistema educacional cubano.

-Uno de los cursos de postgrado que usted

recibió fue Televisión Educativa. ¿Le parecen

las teleclases un método efectivo en la

enseñanza de lenguas extranjeras?

Absolutamente, con las teleclases sí se aprende, en dependencia de su ritmo y su estrategia comunicativa. En lo personal, los cursos de Universidad Para Todos me han aportado mucho y he podido optimizar mis conocimientos y habilidades en el francés. Pero  cuando transcurren quince minutos de un producto lineal, el ritmo decae, se pierde el interés. Científicamente se ha demostrado que la televisión es un método pasivo, provoca sueño, por eso urge la presencia del profesor como el factor más importante de la teleclase.

Yo admiro a los teleprofesores porque se necesita valor y habilidades para enfrentarse a una cámara y enseñar a través de ella. Considero una tarea de carácter inmediato interrelacionar el universo audiovisual con el aula, hacer que cobre vida, e integrar a los alumnos de manera activa con ese medio.

-¿De qué forma participó

usted en ese método?

Como estudiante; cuando recibí la propuesta de dar clases en televisión mi miedo escénico me impidió aceptar. Hubiera sido una experiencia muy bonita, estoy segura.

-¿Cuál es el complemento que

le falta a las teleclases?

Las teleclases son excelentes, tienen buena dinámica. En mi opinión, la clave para hacerlas totalmente efectivas está del otro lado de la pantalla. Somos los maestros del aula quienes debemos integrar ambos espacios y llenar las lagunas que surjan. Es normal que los muchachos tengan dudas después de verlas, pero aunque las repitan una y otra vez aún persisten las dificultades. Nuestro trabajo consiste en suprimir esas dudas y lograr que los alumnos se interesen por el material televisivo.

Existe un  gran problema relacionado con esto, sobre todo en el nivel secundario: las teleclases se “corren” para copiar solamente las diapositivas, por lo que se me ocurre compararlas con una sopa caliente, muy sabrosa, pero no alimenta en absoluto si le falta el ingrediente nutritivo.

 -¿Piensa que la formación pedagógica de los

jóvenes maestros influya en esta situación?

En mi opinión, se trata de un problema de vocación de los muchachos y no de la formación que reciben en el Pedagógico. Mi experiencia particular como profesora de Francés me ha demostrado que a muchos de mis alumnos los mueve el interés de aprender lenguas extranjeras y no el amor por la pedagogía. Para cualquier persona resulta frustrante dedicarse a una profesión que no le gusta, y el magisterio, a mi juicio, demanda todo el amor posible.

De aquí surge una contradicción, porque en la capital existe una carencia grande de profesores, lo cual es un problema de carácter urgente. Los maestros emergentes son jóvenes muy capaces y valientes con quienes debemos trabajar de manera ardua, por el enorme reto que desafían y porque de ellos depende la formación de las futuras generaciones.

-Usted participó en la organización del primer

intercambio nacional de profesores de Francés,

así como en su desarrollo. ¿Qué tanto se

diferencia la educación cubana de la francesa?

Las diferencias existentes están condicionadas por las características de cada país, su cultura e idiosincrasia. En el plano educacional son similares; la enseñanza básica es obligatoria y la continuidad de estudios depende de las aptitudes de cada individuo. Aunque en  un aspecto sí difieren: en nuestro país todos tienen las mismas oportunidades de superarse, independientemente de sus posibilidades económicas. Por el contrario, en el sistema capitalista, si no tienes dinero para pagar la Universidad o si no consigues una beca, no puedes seguir estudiando, una situación injusta a todas luces. Algo importante pude comprobar durante mi estancia en el extranjero: la educación cubana es muy respetada y tiene un gran prestigio en todo el mundo.

-¿Cuán importantes son los viajes

de intercambio para los profesores

de lenguas extranjeras?

Para un profesor de idioma es vital estar en otro país donde se hable la lengua que conoce. Impregnarse con su cultura, su historia y con su gente facilita en amplia medida la comprensión de la literatura y otros aspectos relacionados con la materia que imparte y le brinda la posibilidad de enriquecer sus clases con nuevas experiencias.

-Nuestro país se caracteriza por su solidaridad

y por el apoyo educacional que brinda a otros

pueblos en misiones internacionalistas.

¿Participó en alguna?

Directamente no, pero  tuve la oportunidad de contribuir de otra manera: di clases a un grupo de profesores que luego cumplirían misiones en países de habla francesa. Me  hubiera encantado poder ir como internacionalista yo misma, pero mi salud no lo permitió.

-Además del Pedagógico, imparte clases

en la Alianza Francesa de Cuba.

¿Cuál le es más importante?

Yo creo que se complementan. El público de la Alianza está más motivado, van a estudiar Francés específicamente y es un grupo heterogéneo. En el pedagógico mi labor es más educativa, dirigida a orientar a los estudiantes y formarlos. Una tarea no interfiere con la otra y disfruto de ambas por igual.

-¿Cuáles considera los principales

logros de la educación cubana y

qué queda aún por hacer?

La evolución de la educación en Cuba es innegable y desde mi óptica, el balance es positivo en todas las aristas. En cada proceso hay deficiencias, defectos que no debemos negar, sino enfrentar. Las  condiciones materiales siempre han sido difíciles, mas nunca un obstáculo para quienes estamos dispuestos a entregarlo todo en las aulas. Pienso que debe revalorizarse el trabajo del maestro, devolverle el prestigio ganado por su función social y deslucido en los años del período especial. Se está logrando, pero aún falta restablecer el valor que realmente tiene esta profesión tan noble.

Creo, además, que el principal fruto de la educación cubana es la masividad, el derecho de todos por igual al estudio y la superación de manera conciente y gratuita. A pesar de no haber contado siempre con las condiciones necesarias para trabajar, la preparación y el compromiso de los profesores ha sido determinante para alcanzar lo que hoy tenemos.

La algarabía de los estudiantes indica que termina la jornada. Imagino que mientras espera el ómnibus para regresar a su casa, en la Víbora, repasa el día: los muchachos la incomodaron más de una vez. Pero va con la satisfacción de entregar todo en el aula, como solo lo puede una auténtica maestra de maestros.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

FICHA TÉCNICA:

Objetivo principal: Conocer las impresiones de la profesora Silvia Fernández González acerca del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona y de la educación cubana en general.

Objetivos colaterales: Destacar la importancia que tiene el Pedagógico para su vida. Referir sus experiencias como profesora de Francés. Conocer su opinión acerca de las teleclases. Reflejar los que considera los principales logros y deficiencias de la educación en Cuba.        

Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Clásica, de preguntas y respuestas.
Por su contenido: De personalidad y con fuertes rasgos de opinión.
Por el canal que se obtuvo: Directa.

Tipo de título: Genérico.
Tipo de entrada: Narrativa.
Tipo de cuerpo: Clásico (preguntas y respuestas).
Clasificación de las preguntas: 1-Alternativa. 2-Abierta. 3-Directa. 4-Abierta. 5-Abierta. 6-Abierta. 7-Directa. 8-Abierta. 9-Abierta. 10-Directa. 11-Abierta. 12-Abierta. 13-Directa. 14-Directa. 15-Abierta-
Tipo de conclusión: De referencia a la entrada.

Fuentes consultadas:
La propia entrevistada. Directa, no documental. 
Currículo de la entrevistada. Documental.