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REANDAR LA VIDA DEL GENERALÍSIMO

REANDAR LA VIDA DEL GENERALÍSIMO

IRAIDA CALZADILLA RODRÍGUEZ

La cama donde reposó Máximo Gómez durante los días que antecedieron a su muerte está perfectamente conservada en el otrora Museo de los Veteranos, hoy Casa de los Combatientes, de la ciudad matancera de Cárdenas. También allí quedan cuidados el escaparate y la mesita. Solo que el Generalísimo falleció en el capitalino Vedado.

Mercedes Alonso Romero no intenta poner faja al oficio de periodista (revista Bohemia) ni seguir la historia a pasos de investigaciones rígidas, por eso inicia su libro Máximo Gómez: El Viejo Mambí, atrapando al lector con este poco conocido argumento.

Le siguen seis capítulos breves de prosa sencilla, como si hablara en tertulia a los amigos sobre lo visto en República Dominicana, adonde fue por casi un año para recorrer los caminos de Guayubín, Montecristi y Baní en busca de la impronta de uno de los más grandes estrategas militares de América, a fin de escribir este texto que presentará a la Academia de Historia de esa otra isla caribeña, gracias a la Editorial Manatí.

Sin perder las riendas de la veracidad histórica, muchas veces recurre a la ficción para revivir la primera carga al machete en Venta de Pino, el combate de La Sacra, la Paz del Zanjón, el fracaso del Plan Insurreccional Gómez-Maceo, los encuentros con José Martí en los lares dominicanos y la redacción y firma del Manifiesto de Montecristi, entre otros importantes sucesos en la vida del General en Jefe del Ejército Libertador cubano.

Y no son pocos los pasajes menos publicitados que retoma a modo de viñetas para darnos al héroe en su dimensión humana, porque para ella "este libro es reandar por relatos de la vida".

Ahí está, entonces, que en "una madrugada de enero de 1875, él y su tropa cruzaban la Trocha, cuando una bala enemiga hizo blanco en su cuello. (...) Recuerda que sujetó con una mano la garganta, desde donde caían borbotones de sangre que brotaban por la boca y aún tuvo voz, no se sabe ni de dónde la sacó, para ordenar que tocaran la Marcha de la Bandera. (...) Durante 48 horas descansó, para luego integrarse al mando con la terrible herida casi olvidada y de la cual quedó aquella ronquera que sorprendió a Manana y que ella aseguró que había convertido su voz de vibrante y metálica en sonora y sorda".

En otra parte nos cuenta: "Allí estaban él y el general español Martínez Campos, como los dos rivales que eran, observándose en silencio. El contraste entre el uniforme del español, decorado en toisón de oro y el suyo, era marcado. (...) No olvida que Martínez Campos le dijo que pidiera por esa boca lo que quisiera, porque excepto la mitra del arzobispado, todo se lo podía dar y le señalaba que no era posible que fuera él a su país con aquella ropa miserable. (...) La respuesta fue concisa y firme; aseguró que no cambiaba por dinero sus andrajos, porque aquellos constituían su riqueza y orgullo. Sí, él era un caído, pero sabía respetar el puesto que había ocupado en la Revolución".

Este es el Gómez que desde una dimensión humanísima nos retrata Mercedes Alonso. Selecciono otras líneas del libro: "Marzo del año 1878 terminó en Kingston sin resolver nada. La familia se mantenía casi solo comiendo mangos. Tuvo que dejar a sus hermanas en un cuarto por el valor de 2 chelines. (...) Un día en que el hogar ardió, solo pudo sofocar el fuego al precio de achicharrarse las manos, como si fueran pocas las penas".

En esta entrega de relatos escritos desde las técnicas periodísticas, cuentan historias Máximo Antonio Pol, biznieto del Generalísimo; Australia Mercedes Fermín Toro, de la familia de Manana; Emilio Cordero Michel, vicepresidente de la Academia de Historia de República Dominicana y prologuista del libro; el profesor Euclides Gutiérrez Félix, Luis Manuel Jiménez, historiador de Guayubín; Amarilys Peralta, regidora del Ayuntamiento de Laguna Salada; la maestra nonagenaria María Aracelys Moronta, e imaginariamente Juan Bosch, tomando sus textos de El Napoleón de las guerrillas.

En ocasión del centenario de la muerte de Máximo Gómez -17 de junio-, Mercedes Alonso defiende la toma de partido por un análisis contemporáneo de los hechos y le apasiona investigar sobre los por qué de la pervivencia del prócer dominicano-cubano: "La historia es la médula que nos conserva derechos y vivos. ¿Quién sabe lo que ocurriría si nos olvidamos de ella?".  

UN GIGANTE EN MINIATURA

UN GIGANTE EN MINIATURA

El cronista de las curiosidades, Luis Hernández Serrano, lleva más de cuarenta años consagrado al “oficio más hermoso del mundo”, desde las páginas de Juventud Rebelde.

Texto y foto:    
JUNIOR ALFREDO HERNÁNDEZ CASTRO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación.
Universidad de La Habana.

Un joven de 22 años, estatura pequeña y risueño, fue el único cubano que integró la brigada china de cortadores de caña voluntarios en la década de 1960. Media centuria ha pasado desde entonces, pero aún recuerda con júbilo a sus amigos Yang Su Tieng y Chang Hung Fa, y tararea, hasta con ritmo de conga, una melodía que le enseñaron los camaradas orientales, titulada “El socialismo es bueno”.

Se trata de Luis Hernández Serrano, periodista de Juventud Rebelde y autor de unos 4 000 trabajos, quien le dice entre sonrisas a un estudiante que tenía intención de entrevistarlo: “Pregunta lo que desees, contestaré lo que yo quiera”.

La música fue una de sus pasiones durante la adolescencia, pero la cambió por la cartilla de la alfabetización en 1961. Regresó a La Habana un año después y, tras de cursar el bachillerato, no sabía si elegir Medicina, Historia o Pedagogía. El amor por las letras, las ansias de investigar, y la experiencia vivida mientras enseñaba a leer y escribir, hicieron que finalmente se decantara por Periodismo.

Graduado en 1974, narra anécdotas que han marcado a disímiles generaciones de cubanos, pasajes de la tradición nacional difuminados tras el velo del tiempo y hechos singulares que parecen estar incluidos en una novela de ciencia ficción. “Soy un hombre cuya vocación es redactar, conmigo nació ser periodista”, comenta.

A pesar de las no pocas desilusiones en su carrera –centenares de trabajos sin publicar y más de una docena de libros inéditos- y el fallecimiento de seres queridos, sigue manteniendo la sonrisa indeleble y el sentido del humor intacto. Es uno de los pocos reporteros que fusiona en sus escritos la información atrayente con la picardía y frescura propias del cubano.

Guarda en la memoria una frase dicha por el padre poco antes de morir, y que lo marcó para el resto de su vida: “Con todo lo que tengo arriba, todavía me río”. Hace una pequeña pausa, como si rememorara aquel momento, y continúa: “No puedo dialogar constantemente en serio. Tengo que charlar en serio, pero también debo hacerlo en broma”.

Se detiene nuevamente, puesto que un mosquito no cesa de incomodarlo y, después de dar enérgicos -pero imprecisos- manotazos al aire, añade: “Una vez alguien me dijo: «Compadre, tú tienes que escribir como hablas. Si lo haces, verás qué bien resultará». Soy un jodedor cubano platicando, también componiendo. Intento ser lo más ameno posible. Si conversas de una forma gustosa y redactas de manera agradable, quienes te oyen, siempre querrán escucharte; y quienes te leen, querrán hacerlo aún más”.

Descubrir hechos novedosos y extraordinarios es una de sus adicciones. Así lo confirman los cientos de trabajos de corte inédito. El cronista de las curiosidades fue quien dio a conocer que un pescador habanero encontró la bandera del acorazado Maine, que Fidel Castro practicó tiro con una escopeta de Ernest Hemingway, y que en la guerra hispano-cubano-norteamericana hubo un súbdito del Zar ruso.

Ganador de numerosos concursos periodísticos y nominado al Premio Nacional de Periodismo “José Martí” 2014, confiesa que con el mero hecho de “arrojar un poco de luz en el camino” se siente feliz.

Al medio siglo de vida arribó el diario de la juventud cubana el pasado 21 de octubre y “Luisito” Hernández, como lo llaman sus amigos, ha sido fiel al periódico durante más de cuarenta años: “Tengo proyectos como si fuera a vivir mucho tiempo. Ya cuento con setenta y dos veranos, pero en el interior me he sentido siempre como un joven. Soy entusiasta, iluso y optimista en todo momento. Creo que me voy a morir así.”

Pie de foto: Luis Hernández Serrano es uno de los más representativos periodistas del diario Juventud Rebelde.

¿ES CREÍBLE EL TITULAJE EN LA PRENSA CUBANA?

¿ES CREÍBLE EL TITULAJE EN LA PRENSA CUBANA?

JORGE GORGOY CRESPO,
Cubaperiodistas.

Escases de títulos creativos, recurrencia de frases, lenguaje institucional, ausencia de noticias, importancia al quién aunque no sea el eje principal, entre otros “males” periodísticos, hacen que el titulaje en la prensa cubana permanezca en terapia intensiva y esta pierda credibilidad.

El título debe atraer la atención, tiene significado y vida propia, pasa por la subjetividad, y, además responde a una ideología. Ello hace que sea un elemento clave en la redacción de cualquier género periodístico.

A esta y otras conclusiones pudieron llegar los asistentes al taller “Titulación creativa en la prensa impresa”, en la Casa de la Prensa Cubana, impartido por la Doctora en Ciencias Iraida Calzadilla Rodríguez, profesora titular de la carrera de Periodismo de la Facultad de Comunicación, de la Universidad de La Habana.

La utilización de ejemplos concretos del buen hacer en el titulaje y ejemplos negativos de lo que, en opinión de los expertos, no debe ocurrir a la hora de escoger un título, fueron elementos utilizados por la profesora para ilustrar sus tesis.

En el periodismo, todo es intención, sin renunciar a un contenido bien fundamentado que aporte. La prensa cubana debe salir del encasillamiento, hay que hacer un periodismo más cercano a la realidad de este país, aseguró Calzadilla Rodríguez.

Más adelante, la profesora compartió inquietudes sobre cómo lograr que el título reviva su historia, historia que inicia en el siglo XIX, toma auge con la guerra Hispano-Cubano-Norteamericana, se consolida más con la I Guerra Mundial, para convertirse de ahí en adelante en esencial para el periodismo.

Como parte final del taller se realizó la construcción, por equipos, de un título con el sumario o bajante, lo cual avivó la creatividad de los asistentes y los obligó a pensar en los errores más comunes que ocurren en sus medios de prensa.

Al taller asistieron periodistas y correctores de ocho medios de prensa nacionales y de la capital y la intención de la vicepresidencia de superación de la Upec nacional es realizar este año, un taller mensual con el fin de analizar de manera específica problemáticas del periodismo cubano.  Los mismos se realizarán en la Casa de la Prensa, con el fin de que esta se convierta en un espacio más para la superación profesional de los periodistas.

 

“LOS COMENTARISTAS DEPORTIVOS SOMOS ACTORES”

“LOS COMENTARISTAS DEPORTIVOS SOMOS ACTORES”

Tras más de treinta años de carrera profesional, la voz del narrador deportivo Luis Alberto Izquierdo Valdés ha llegado a los corazones de muchos cubanos.

YANDRY FERNÁNDEZ PERDOMO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de la Habana.

Enciendo mi grabadora y Luis Alberto Izquierdo Valdés, periodista y narrador deportivo de Radio Rebelde, se entusiasma por iniciar la conversación. Le parece estar delante de un micrófono, su más fiel compañero y testigo de grandes momentos durante muchos años. “Cuando narro un juego, la pasión se apodera de mi cuerpo, me contagia el ambiente del partido y las emociones de los jugadores. Todo esto lo describo a los aficionados”.

El público ha escuchado su voz fluida y versátil, pero el rostro de este comentarista refleja una expresiónde nostalgia cuando evoca los primeros recuerdos en los medios. El noticiero de Radio Metropolitana le resultó la primera escuela en el año 1981.

Conoce estadísticas de diferentes deportes y sigue la trayectoria de muchos atletas. A la hora de narrar demuestra ser un puente ideal entre la actividad competitiva y la audiencia: “Soy un actor porque necesito interpretar un personaje dentro de un escenario para poder comentar”.

Como si estuviésemos en una pausa en medio de un gran juego de fútbol, Izquierdo calma el ritmo de su contagiosa voz cuando habla de René Navarro y Bobby Salamanca, grandes figuras de la narración deportiva en Cuba. “Fueron los patrones a seguir en mi carrera profesional por la forma de comentar, el conocimiento y un entusiasmo especial por el baloncesto y voleibol”, dice.

Entre todos los medios, siempre prefiere la radio porque le resulta la forma más hermosa de expresión, y representa en su vida laboral la posibilidad de haber establecido vínculos con el deporte y cumplir grandes sueños como cubrir los Juegos Olímpicos.

Su cabello lacio y blanco sugiere una vejez anticipada, pero la memoria no le falla. Rememora con detalles la final del voleibol femenino en la Olimpiada de Sydney 2000, donde el equipo cubano, las antes llamadas Morenas del Caribe, derrotaron a la selección rusa, luego de haber perdido los dos primeros sets, una fuerte experiencia en certámenes de este tipo.

En las emisiones de los programas radiales donde Izquierdo participa, resulta difícil apreciar sus preferencias deportivas, pero me confiesa sin rodeo que admira al equipo argentino de fútbol y en especial al jugador Lionel Messi. “El narrador no debe ser neutral sino lo más objetivo posible porque primero fuimos aficionados y luego comentaristas”, reflexiona.

Le fascinan los partidos dinámicos y eleva mucho la voz cuando hay grandes jugadas que relatar: “Muchas veces he llegado a la casa con fuertes dolores en las cuerdas vocales por la intensidad de un juego. Hay ocasiones en las que he narrado tres eventos distintos en un mismo día”.

El colectivo de trabajo de Radio Rebelde, donde labora desde hace más de veinte años, le resulta digno de admirar. Luis, como le suelen decir sus camaradas, estima a los más jóvenes de la emisora, quienes conjugan conocimientos junto a los más veteranos, y ve en ellos su relevo.

Nuestra entrevista tardó más de lo esperado por las frecuentes interrupcionesde sus amigos, quienes llegaban a su casa para saludarlo y comentaban sobre el estado actual del deporte. Se creó un ambiente tan caluroso como si estuviésemos en el Parque Central hablando sobre el próximo campeón de la actual Serie Nacional de Béisbol.

Aunque goza de reconocimiento por parte de su audiencia, dice que aún le queda mucho por hacer. “Desearía narrar un Mundial de Fútbol con un equipo cubano y lo mismo me sucede con el baloncesto masculino, sin embargo, a estas alturas, lo veo difícil”. Se queda entonces pensativo, como si alguien hubiese apagado el cartel que indicaba que nuestra emisión estaba al aire.

Pie de foto: Cada hazaña del deporte cubano es recordada con minuciosos detalles por este apasionado comentarista.

ADIÓS A BLADIMIR ZAMORA, POETA Y PERIODISTA “CAIMANERO”

ADIÓS A BLADIMIR ZAMORA, POETA Y PERIODISTA “CAIMANERO”

YASEL TOLEDO GARNACHE,
Agencia Cubana de Noticias.
Redacción de Cubaperiodistas.cu

Los restos del destacado poeta, crítico especializado en música popular, periodista e investigador cubano Bladimir Zamora Céspedes fueron sepultados este viernes en Bayamo, en presencia de numerosos creadores y otros amigos.

La lectura de algunos de sus versos musicalizados y el velatorio en la sede territorial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), organización de la cual era Miembro de Honor, fueron el preámbulo de la marcha hasta el camposanto de la capital provincial de Granma.

Blado, como lo llamaban cariñosamente, sobresalió por su relevante y extensa labor en la revista El Caimán Barbudo, y falleció a los 64 años de edad, víctima de una cirrosis hepática, contra la cual combatía desde el 2013.

El pasado martes fue ingresado en el hospital Carlos Manuel de Céspedes, el principal de Granma, y dos días después, a las 10:05 de la noche, su corazón dejó de latir.

El hermano, Juan Ramón Zamora Céspedes, dijo a la ACN que la tristeza embarga a toda la familia, y este golpe demoledor solo se puede aliviar, de forma leve, por el apoyo y cariño de tantos amigos, entre ellos muchos jóvenes, quienes estuvieron pendientes de su salud hasta el deceso.

Agradeció la posibilidad de velar los restos en la sede de la AHS, un sitio que fue casi la primera casa para el importante intelectual, autor de antologías como Cuentos de la remota novedad (1983) y de los cancioneros Una guitarra, un buen amor, (2007) y Trovadores de la herejía (2012).

En esa institución, que reúne la vanguardia de los creadores granmenses menores de 36 años, su cuerpo descansó desde las dos de la madrugada de hoy, cubierto por la enseña nacional, junto a ofrendas florales de Julián González, ministro de Cultura, y la presidencia nacional de la AHS.

El joven músico Dairon Fonseca Escobar refirió sentir un profundo dolor, porque Bladimir era un gran amigo y permanente consejero en el mundo creativo.

Juan Salvador Guevara, vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Granma, destacó que Zamora Céspedes debe ser recordado con alegría, tal como es, porque los creadores auténticos nunca mueren, solo se adelantan para sembrar nuevos sueños.

Resaltó que deja una extraordinaria obra poética, investigaciones acerca de la música popular cubana y artículos periodísticos de valía enorme, en publicaciones de gran prestigio, como la revista El Caimán Barbudo.

Bladimir Zamora Céspedes, oriundo del poblado de Cauto del Paso, en el cercano municipio de Río Cauto, solía acompañar y promover la carrera de artistas jóvenes y, según dicen personas cercanas a él, tenía una habilidad especial para percibir el talento en los demás.

Residió durante varios años en La Habana Vieja, en un apartamento nombrado por sus amigos La Gaveta, donde guardaba una de las mayores colecciones de música cubana del país.

Otras de sus compilaciones literarias son Poesía cubana: la Isla entera (1995), Sin puntos cardinales (1987) y Papeles de Panchito, (1988).

Obras suyas aparecen publicadas en páginas impresas y digitales de Cuba y el extranjero.

 

SUSANA LEE, LA CHINA, POR SIEMPRE

SUSANA LEE, LA CHINA, POR SIEMPRE

ZENAIDA FERRER MARTÍNEZ
Foto:YOANDRY AVILA GUERRA

Partió con su humildad y sencillez  y su carga de laboriosidad periodística. Llevaba varios días debatiéndose entre traspasar o no el umbral de la muerte.

La arriesgada cirugía de un tumor de cáncer se topó con un organismo lacerado por otras enfermedades. Pero ella, tan valiente y osada, había firmado, sin temblor de su pulso, la  aceptación de los riesgos quirúrgicos. Se jugó todas las cartas, y perdió…o no. Tal vez hasta había elucubrado que una vida sin su fortaleza física e intelectual, no era para ella.

Así que apenas estrenado su Premio Nacional de Periodismo José Martí, máximo reconocimiento individual de la Unión de  Periodistas de Cuba, entregado este año a ella y a otros dos colegas de alta valía en ocasión del Día de la Prensa Cubana, Susana de la Caridad Lee López, la China, se despidió de su tierra amada el primero de mayo de 2015, a los 67 años de edad.

¡Qué poco disfrutó su Premio!, dijo alguien al conocerse la dura noticia. Pero por suerte para la Upec, para sus colegas de Granma y de Juventud Rebelde, para todos los que laboraron o la conocieron profesionalmente, el otorgamiento de este Premio fue justo a tiempo para que Susana supiera de la admiración y el respeto del gremio a su obra y a su digna persona.

Justo por esos días de marzo, tuve la ocasión de hacerle una entrevista devenida diálogo de recordación y de evocación de momentos y personalidades de la Revolución y del periodismo. Entonces escribí un largo reporte de nuestra conversación, que hoy refrendo:

“Una mujer sencilla, modesta, honesta, de hablar continuo y desenvuelto, como quien mantiene en orden, también, su mente y su alma. Una mujer satisfecha con un premio inesperado, pero que une en el nombre y dedicatoria a dos de sus más grandes paradigmas: José Martí y Fidel Castro. Una mujer que afirma que valió la pena trabajar 54 años y conocer que sus colegas la honran por la obra de su vida. Esa es Susana Lee.

“La China para muchos; la rigurosa profesional que no se permite un desliz, ni el descanso, sin cerciorarse de cómo quedó la página con su trabajo, y… hasta el periódico completo.

“¿Lo más bonito que tiene la profesión y en particular atender el Poder Popular? La posibilidad, el privilegio de escribir, de reportar, de relatar, de contar las alegrías y los problemas del pueblo. Acompañar al pueblo, casi nunca ha sido fácil, con las agresiones, problemas, dificultades, las zafras azucareras ya no exitosas, los asuntos agropecuarios que tienen repercusión directa en la alimentación, el meollo del Poder Popular que es población pura, aunque no siempre puedan resolverse los problemas, pero estar junto al pueblo en momentos duros y en las alegrías es otro de los tesoros que guardo.

“Claro, el primero y la mejor de las riquezas que me ha dado la profesión es el de haber podido reportar en buena medida muchas actividades de Fidel, estar cerca del Comandante, conocer en vivo su estilo de trabajo, ir donde había un ciclón, un problema agudo, una campaña. Tuve muchos encargos personales de trabajo venidos directamente de él. Fui diputada durante tres legislaturas, es decir, por 15 años. Ingresé en el PCC en 1992.

“Con lo que he escrito, con o sin filo, siempre voy a estar insatisfecha, y sé que siempre nos han criticado y nos seguirán criticando, mucho más los nuevos colegas, pero lo cierto es que para escribir de la Revolución, historiadores, investigadores, hay que ir a la prensa cubana, a los documentales y reportes de Televisión, a los noticieros ICAIC (que se están restaurando). Todo lo que hemos hecho bien o mal los periodistas conforma la verdadera crónica de la Revolución.

“Repasando ahora mi vida, te digo que no siempre quise escribir de logros y lo hice mucho. Opté por la Revolución y eso me signa. Me habré equivocado como cualquier ser humano, pero afirmo que lo que rubriqué con mi firma siempre lo escribí desde el sentimiento, desde la convicción, incluso cuando escribí una frase cursi, una frase hecha, la sentí.

Así ha partido la China, sin querer levantar revuelo de dolor y de llanto, algo inevitable entre quienes la queríamos y admirábamos. Auténtica en su firmeza de mujer que ha cumplido bien su encomienda en la vida; modesta hasta la humildad, grande sin que pretendiera serlo. Así se ha ido y así se queda Susana por siempre.

ERNESTO VERA MÉNDEZ: UN HOMBRE EN SU TIEMPO

ERNESTO VERA MÉNDEZ: UN HOMBRE EN SU TIEMPO

Ernesto Vera Méndez estuvo en el Salón de Reuniones de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Familiares, amigos, colegas, estudiantes y profesores de Periodismo acudieron convocados desde el recuerdo y el afecto para rendir homenaje a este hombre cuya definición más común es el de una persona íntegra, decente en el amplio sentido de la palabra.

El Premio Nacional de Periodismo José Martí, Maestro de Periodistas, dejó entre los del gremio el ejemplo de que la virtud es un bien preciado. Que la humildad tiene recompensa en el corazón de los demás. Que la integridad es un tributo a cultivar a lo largo de la vida.

A continuación, reproducimos lo que de él hablaron los allí reunidos y otros que amablemente quisieron participar aunque fuera solo desde un mensaje telefónico.

Yarisleidys Domínguez González, Leyda Machado Oramas, Karla Valero Tieles, Anabel Mieres Pérez, Randy Cabrera, Anamarys Carballea, Dalila Castro, Héctor García, Claudia García, Javier Tamayo, Dachelys Alfonso Leal, Ailén Rivero y Náyare Menoyo, fueron todos estudiantes de primer año de Periodismo que por diversos motivos de investigación para la asignatura de Periodismo Impreso, entrevistaron a Vera y coincidieron en su amabilidad, conocimientos y respeto a ellos como jóvenes en formación.

Náyare Menoyo Florián, estudiante de segundo año de Periodismo: “Estaba haciendo un trabajo de investigación para la asignatura de Periodismo Impreso y tenía como eje el Premio Justo de Lara. Belkis Pérez Cruz, en la UPEC, me dio el contacto con Ernesto Vera. Lo llamé a su casa con algo de miedo porque estaba invadiendo el espacio privado de una persona de gran prestigio. Para mi sorpresa, él me recibió con mucha calidez y fue muy cooperativo. Incluso, su esposa Fifi me brindó café, que yo no podía tomar por prescripción médica, pero ¿quién podía decirle que no a ellos? Fue muy gratificante conocerlo, conocerlos”.

Roger Ricardo Luis, periodista y profesor de Periodismo Impreso y Periodismo y Geopolítica: “Fue un luchador incansable por la unidad de los periodistas revolucionarios de América Latina, no solo desde la FELAP, sino también desde la Cátedra de Periodismo y Nación que ejerció en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí”.

Iraida Calzadilla Rodríguez, periodista y profesora de Periodismo Impreso: “A quienes ejercemos la docencia del Periodismo, Vera nos legó compromiso, responsabilidad, eticidad. Hay en nosotros mucho agradecimiento por su contribución al rescate y la salvaguarda de la memoria histórica del gremio. Sencillo, meticuloso, siempre presto a ayudar a los estudiantes, fue este hombre de tantos reconocimientos, pero que nunca los empleó como tribuna individual. Desde él, pienso en la utilidad de la virtud de la que nos habló Martí”.

Mario Cremata Ferrán, periodista y profesor de Historia de la Prensa en Cuba: “Creo que la historia de la prensa en Cuba, sobre todo a partir de las últimas décadas que anteceden al triunfo revolucionario de 1959, debe mucho a Ernesto Vera. Para mi generación, su nombre remite al cronista indiscutible y de primer orden de ese medio siglo de ejercicio periodístico. En su accionar, como profesional y dirigente, se conjugan ética e integridad personal, así que su legado es ejemplo tanto para lo que se inician como para los que están”.

Raúl Garcés Corra, periodista y Decano de FCOM: “Destaco en Vera el rol que desempeñó, junto con  González Manet, en el Nuevo Orden de la Información y la Comunicación para tratar desde la Isla, e insertarla, en esos procesos fundacionales. También, la constitución de la nueva UPEC, en cuyas bases rectoras como estatutos, resoluciones y definiciones acerca del periodista revolucionario estuvo raigalmente vinculado, junto a un grupo de talentosos y revolucionarios colegas. Y hay que dimensionar, además, su trabajo meritorio en la FELAP y la posibilidad de un periodismo alternativo en América Latina”.

Isel Chacón Díaz, directora del Museo del Humor de San Antonio de los Baños: “Ernesto Vera está entre las personas que fueron decisivas para que existiera en San Antonio de los Baños un Museo del Humor que cada dos años convoca a un evento que reúne a los humoristas gráficos del mundo y los insta a cantarle a la paz y a luchar y condenar la guerra con sus ideas y pinceles. En más de una ocasión escribió las palabras centrales del catálogo de la Bienal, responsabilidad que merecía como extraordinaria personalidad y su vínculo definitivo con las bienales. También pronunció en varias oportunidades el discurso de este festejo caricatural. Siempre lo recordaremos como un defensor a ultranza del humor gráfico, arma importante del hombre de todos los tiempos”.

Ivette Villaescusa Padrón, periodista, profesora e investigadora del Instituto de Historia. Autora del libro Desafíos de la prensa cubana (1959-1960): “Era meticuloso. Detallista. Hablaba pausado. Lo entrevisté tres veces y me pedía conocer lo que escribía. En la tercera revisión me dio casi una nueva entrevista, muy extensa. Sobre la prensa clandestina –aún poco investigada-, me ofreció una panorámica amplia que me demostró que de clandestina solo tenía el nombre, pues se pasaba de mano en mano con avidez”.

Ángela Oramas, periodista de Cubarte, portal de la cultura cubana: “Ernesto Vera, reconocido como excelencia en el ejercicio del periodismo, era una persona maravillosa.  Siempre lo admiré por su alto nivel de educación, jamás le escuché una palabra fea, una grosería, una respuesta prepotente o de mal trato, pero especialmente lo admiré por su dedicación a los hijos que cuando muere la madre, ellos eran pequeños y Fifi, su compañera en el trabajo y en el hogar, los crío como a hijos propios,  y digo más sobre los dos:  él fue un gran hombre unido a una gran mujer, en los momentos difíciles o de grandes triunfos Ernesto Vera siempre quiso que Fifi lo acompañara”.

Juan Marrero, ex vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba, historiador de la UPEC: “Lo considero un símbolo del periodismo cubano por todo lo que hizo, su programa de acción, los proyectos que encauzó. También, por su proyección en importantes escenarios regionales e internacionales como la Federación Latinoamericana de Periodistas y la Organización Internacional de Periodistas, siempre defendiendo al gremio y a la revolución”.

Tubal Páez, director de Comunicación del Parlamento Cubano y ex Presidente de la Unión de Periodistas de Cuba: “Nos enseñó que no son posibles periodismo sin ética; ni ética sin verdad; ni verdad sin compromiso; ni compromiso sin ejemplo. Su vida fue consecuente con sus principios. Fuimos muy afortunados quienes lo conocimos, lo quisimos y aprendimos tanto de él. Para mí fue el ideal de periodista revolucionario”.

Antonio Moltó, Presidente de la Unión de Periodistas de Cuba: “Ernesto Vera es un monumento para los periodistas cubanos. Un monumento de humildad, sencillez. Hombre de agudo y profundo pensamiento sobre la realidad cubana en el contexto regional y, sobre todo, en las confrontaciones con el gobierno de los Estados Unidos. Preclaro e iluminado. Político en lo que corresponde al papel de la prensa y el periodismo en nuestro país y en el mundo. Fue líder indiscutible de una organización como la FELAP de fuerte arraigo en los colegios y organizaciones profesionales de los periodistas de América Latina. Un hombre de profunda sensibilidad humana que fundó familia entre la cual nos incluyó a muchos de nosotros, quienes son sentimos parte de ella. Fue más fidelista que Fidel Castro”.

Para cerrar esta breve reseña, insertamos un fragmento del artículo El crimen de envenenar mentes, publicado por Ernesto Vera en Cubadebate, el 22 de junio de 2006.

“Nada de información veraz y mucho menos de reconocimiento como un derecho colectivo, del pueblo. Esa es la clave, lo que define la existencia o no de la llamada libertad de prensa, tan proclamada por los grandes medios del sistema capitalista como la primera de todas las libertades. De aceptarlo, el terrorismo mediático perdería la impunidad que disfruta y tendría que rendir cuentas ante la sociedad del sistema de subinformación y desinformación organizado que realiza. Desaparecería la capacidad de engaño que ejerce con alcance universal. Dejaría de tener el dominio imperial y las bases mismas de todo lo que representa en lo económico, político y social”.

“¡SACA ESO DE AHÍ, QUE ES CANDELA!”

“¡SACA ESO DE AHÍ, QUE ES CANDELA!”

No es precisamente el fútbol el deporte que más le gusta a Reinier González, el ­­­­carismático comentarista que ya cumple 20 años en la narración.  

THAÍS HERNÁNDEZ LOMBAO,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Para muchos su nombre es sinónimo de fútbol. Pequeño de estatura, pero inmenso de espíritu, Reinier González Pérez, con 44 años de edad ya ha dedicado  20  de ellos, exitosos, al comentario deportivo. Lo demuestran así cinco premios a la popularidad “Entre tú y yo”, además de otros reconocimientos avalados por la preferencia y aceptación del público nacional e internacional.

Sus comentarios y narraciones son calificados como objetivos e interesantes por la cantidad de información que domina sobre las estadísticas, las características de los atletas, árbitros y directores.

La sencillez y el dinamismo caracterizan a este hombre, además del intenso amor que siente por su profesión que se evidencia en cada partido narrado, cuando explota de júbilo ante el ¡¡GOOOOL!!  o en una jugada peligrosa en la que hace uso de esa frase que muchos  cubanos conocen “¡¡Saca eso de ahí, que eso es candela!!”

-¿Cuáles fueron sus comienzos en la narración?

Al terminar duodécimo grado me inscribí en  un curso de capacitación de  narradores  y comienzo a ejercer en la emisora radial COCO como colaborador en los comentarios de las noticias de ajedrez, lo que me sirvió de mucho, ya que la radio es la piedra angular del comentario deportivo, es la que forma a los buenos narradores.

-En su carrera llena de eventos significativos, ¿cuáles han sido los más determinantes? 

La primera vez que estuve en televisión, en el programa Fórmula 1, en marzo de 1995: me abrió muchas puertas dentro del medio y comencé a ser reconocido como comentarista a partir de ese momento.

Y se suman a esta las oportunidades de asistir a los Juegos Olímpicos de Beijín 2008 y Londres 2012, además de los mundiales de fútbol de Sudáfrica 2010 y Brasil el pasado año, también estuve en la Copa América del 2011, mientras trabajaba en Telesur y Prensa Latina. Estas coberturas  constituyen  para mí la realización  de un sueño.

-¿Cómo fue su experiencia en Telesur?

Comencé en el programa Nuestra América Deportiva y posteriormente en el noticiero en el año 2011, junto a  Yaisel Cantillo. Allí el equipo de realización nos recibió muy bien y nos sentimos como en familia. Actualmente colaboro en el asesoramiento de jóvenes comentaristas y analistas de ese canal.

Siempre que se habla de Reinier el pueblo lo relaciona con el fútbol, pero confiesa que el baloncesto es su verdadera pasión: “Me gustan todos los deportes, pero mi favorito es el básquet porque a diferencia del fútbol, donde solo se utilizan las piernas, interviene todo el cuerpo y las extremidades hábiles, las manos, juegan un mayor papel y aunque esté mal jugado para mí luce elegante”.

-¿Entonces, por qué no narra más el  baloncesto?

La pelota como deporte nacional y el fútbol como deporte universal están más arraigados dentro de la cultura del pueblo cubano, mientras que el baloncesto es visto como más extranjero; además, no se me ha dado la oportunidad de narrarlo muy seguido.

Soy un monje del trabajo

Sus comentarios y acotaciones sobre los árbitros, jugadores, directores y estadísticas que tanto agradan a la población son el resultado de largas horas de estudio y búsqueda de información, a pesar de no ser bien retribuido debido al escaso salario, pero le queda la satisfacción del trabajo bien realizado.

“Me acuesto diariamente cuando menos a la una de la mañana, leyendo, estudiando y revisando videos para prepararme para cada partido, pero mi familia es muy comprensiva y me apoya mucho. Gracias a ellos he podido llegar hasta aquí y a pesar del tiempo que dedico al trabajo, ellos para mí son lo más importante”.

-¿Cómo logra que su trabajo goce de tanta aceptación dentro del público?

Para mí no  existe una fórmula, es solo ser uno mismo, lo más natural posible, buscar buena información, ser objetivo y concreto en cada comentario y análisis.

La Prensa Deportiva

“Necesita nuevos aires, jóvenes que le aporten una perspectiva más fresca y que refuercen el colectivo de comentaristas, y por qué no, rostros y voces femeninas que le den otro matiz a la narración; aunque hay algunas  periodistas deportivas, sería muy bueno preparar a una narradora”.

-¿Qué aconseja a aquellos que se están formando en la narración?

Que se sacrifiquen, que amen lo que hacen, deben preparase en varios deportes, no solo en fútbol; para que puedan sacarlos adelante. Respetar a los demás y así mismos, investigar diariamente, no solo para un partido, sino para todo lo que haya que narrar, sea atletismo, pelota o tenis. Conocer las marcas personales de los deportistas, las características de los atletas, las estadísticas; porque esta profesión es como la medicina, siempre hay que estudiar y escuchar a todos; desde un anciano hasta el ingeniero más calificado puede  ofrecer información útil. Los que creen que lo saben todo no avanzarán y que hagan su trabajo lo mejor posible para que sean mejores que nosotros.

Pie de foto: En la redacción de Nuestra América Deportiva,  Telesur.

Ficha técnica:

Objetivo Central: Repasar la trayectoria  de Reinier González como comentarista.

Objetivos Colaterales: Su vida personal y su opinión sobre el periodismo deportivo.

Tipo de entrevista:

Por los participantes: Individual.

Por la estructura: Mixta.

Por el contenido: De personalidad.

Tipo de título: Llamativo-De cita directa.

Tipo de entrada: Directa.

Tipo de cuerpo: Mixto.

Tipo de preguntas declaradas:

1-¿Cuáles fueron sus comienzos en la narración? Directa y de exploración.

2-En su carrera llena de eventos significativos, ¿cuáles han sido los más determinantes?  Directa e Informativa.

3-¿Cómo fue su experiencia en Telesur? Directa y Abierta.

4-¿Entonces, por qué no narra más el baloncesto? Directa y Polémica.

5-¿Cómo logra que su trabajo goce de tanta aceptación dentro del público? Abierta.

6-¿Qué aconseja a aquellos que se están formando en la narración?  De opinión.

Tipo de Conclusión: De opinión del entrevistado.

Fuente: Directa.