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“LA NOVELA DE MI VIDA”

“LA NOVELA DE MI VIDA”

CLAUDIA DOMÍNGUEZ VÁZQUEZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

 ¿Por qué no acabo de despertar de mi sueño?

¡Oh!, ¿cuándo acabará la novela de mi vida

para que empiece su realidad?

                       José María Heredia. 17 de junio de 1824.

Con estos versos comienza La novela de mi vida, de Leonardo Padura Fuentes, editada por segunda vez en 2008 por Ediciones UNIÓN y que consta, además del excelentísimo prólogo de Enrique Saínz y los agradecimientos, de dos partes que conforman el relato en sí, de una noticia histórica sobre los principales personajes relacionados con José María Heredia, así como de un ensayo del escritor acerca del “Cantor del Niágara”.

Según refiere el autor en los agradecimientos: “Aunque sustentada en hechos históricos verificables y apoyada incluso textualmente por cartas y documentos personales, la novela de la vida de Heredia, narrada en primera persona, debe asumirse como obra de ficción”.

Padura entrelaza historias de manera zigzagueante que mantienen al lector en la expectativa de saber la conclusión de la trama. Narra el decursar de tres personajes en etapas diferentes: el propio Heredia en los comienzos del siglo XIX; José de Jesús Heredia, hijo del famoso poeta, en los primeros años del XX y Francisco Terry a finales de esa centuria.

Desarrolla con riqueza de estilos, hechos que conformaron la existencia del poeta valeroso y fatal, de la primera parte del XIX, sus visitas al prostíbulo en busca de Betinha; las andanzas por las calles de La Habana, Matanzas y México; su amor por Lola Junco; la formación de una nacionalidad cubana bajo las enseñanzas de Félix Varela; la complicidad en la “Conspiración de Soles y Rayos de Bolívar”; el exilio; la pasión por la poesía; la acción revolucionaria y su familia.

También descubre las peripecias de José de Jesús Heredia para guardar unos documentos (supuestamente la novela de la vida de su padre) en una logia masónica, quien pese a la necesidad económica imperante, no se deshace de esos papeles y cumple así con una promesa que hiciera su abuela al moribundo José María de guardarlos hasta que pasaran 100 años de su muerte. Durante ese recorrido encuentra al hijo bastardo de su padre con Lola, Esteban Junco.

La tercera narración versa sobre la vida de Fernando Terry, profesor de Literatura especializado en la obra de Heredia, quien regresa a Cuba luego de su exilio, en busca de los documentos que él cree son la obra cumbre del poeta y que una pista indicase estaban en una logia masónica. Luego de su retorno, se encuentra con los viejos fantasmas del pasado causantes de su ida del país y que lo han atormentado por veinte años.

Enrique Saínz expresa en el prólogo: “Creo que La novela de mi vida confirma, con su prosa de una magistral densidad y las magníficas ambientaciones y diálogos que la integran, que el creador que fue dando cuerpo a esta narración ha llegado, sin otro apoyo que los aciertos de su escritura y el trabajo constante, a un lugar destacado en la literatura cubana de hoy, a cuya tradición se suma como uno de sus más conspicuos representantes”.

Leonardo Padura Fuentes se ha desempeñado como narrador, periodista, ensayista y guionista de cine cubano. Consta en su creación literaria más de una veintena de obras y alcanzado importantes premios como Primera Mención Concurso Latinoamericano de Periodismo José Martí (1988), convocado por la Agencia Prensa Latina; el Premio Dashiell Hammett, de la Asociación Internacional de Escritores Policiacos, por Paisaje de otoño (1998) y por La neblina del ayer (2006), entre otros. Este escrito fue merecedor en 2001 del Premio Internacional de Novela Casa Teatro y le valió a Padura el Premio de la Crítica.

Pie de foto: Portada de la segunda edición del libro.

MÁS ALLÁ DEL AMOR

MÁS ALLÁ DEL AMOR

Con un tratamiento mesurado de los hechos, Orlando Cardoso Villavicencio concibió Amor y espada, para contar una historia de ficción en el entorno de la Cuba colonial.

Texto y foto:

SERGIO FÉLIX GONZÁLEZ MURGUÍA,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Orlando Cardoso Villavicencio nunca creyó en Quijotes y molinos. Su firmeza lo hizo vencer su “reto a la soledad” y convertirse en un héroe de la República de Cuba que ama y defiende, además, su pasión por la literatura y el buen arte de escribir.

El coronel escritor suma en 2006 a su impronta artística Amor y espada, una novela atrayente y con un delicado ensamblaje entre la historia y la ficción, que no vio la luz hasta 2014 bajo el sello editorial Verde Olivo. Con la idea de concebir esta obra, el autor emplea un narrador heterodiegético que marca el ritmo de los acontecimientos en los que intervienen una serie de personajes.

En el entorno de la época colonial de la Isla, la obra aborda una etapa importante del asentamiento en Cuba, durante la invasión napoleónica a la metrópoli española y el aislamiento de todas las colonias ibéricas debido al conflicto. Este es el comodín de apoyo que emplea el autor para crear una historia que, aunque alejada de la realidad, muestra una situación que para nada fue, según los investigadores, diferente a la vida de los sectores sociales que se ven reflejados en la novela.

Los acontecimientos, desarrollados en dos escenarios fundamentales, Puerto Príncipe y La Habana, cuentan una historia de amor clásica de un pareja versionada de Romeo y Julieta; y ese villano insustituible que intenta separarlos a toda costa, interpretado en esta ocasión por el Capitán General de la isla de Cuba, Don Armando, quien se vale de recursos arbitrarios y violentos para obtener el amor de Carmen, pero ella ama profundamente a Lince, un hábil espadachín que logra, finalmente y con la ayuda de sus amigos, vencer los obstáculos que lo separan de su amada.

El joven es un hombre en el que vemos rasgos característicos del criollo cubano: hábil estratega, corajudo en el combate y defensor de las causas nobles, por solo mencionar algunos de los más representativos.

Podemos apreciar durante el transcurso de los acontecimientos en los 26 capítulos de la novela, que está latente el conflicto colonia-metrópoli, visto en la situación del opresor que por sus caprichos avasalla a todo un pueblo; y en los colonos que no se ven identificados con quienes los dirigen y ofrecen hasta la vida si fuera necesario porque las circunstancias cambien.

La vida del negro en todos sus matices, representada por personajes como Tatico, está plasmada en esta obra, lo que le permite al autor elaborar una crítica concientizada sobre el tema.

Donde vemos una historia de amor que tiene feliz conclusión con el cliché de la victoria del bien sobre el mal, también encontramos un retrato logrado de una etapa fundamental del pasado de Cuba y decisiva en la formación de la identidad nacional, debido al uso de recursos característicos de la época y el respeto que el autor mantiene por los hechos.

Es una novela que nada tiene que ver con creaciones anteriores del autor como Wendy y el duque Pedro (2001) o El reino embrujado (2002), pues aquí encontramos un empleo de técnicas narrativas que demuestran una madurez en el arte de escribir de Orlando Cardoso Villavicencio, como las mudas espaciales y algunas pinceladas de descripción que nos sitúan, de forma genial, en los escenarios.

Amor y espada constituye una creación donde el autor da la posibilidad al público de encontrarse con una novela, que como siempre se espera, lo mantenga a la expectativa en todo momento, mientras aprecia instantes de peligro y hasta situaciones jocosas para refrescar la imaginación.

Pie de foto: Amor y Espada (2014) salió por primera vez al público en la XXIV Feria Internacional del Libro Cuba 2015.

COMEDIA PARA GENTE SERIA

COMEDIA PARA GENTE SERIA

La importancia de llamarse Ernesto fue la última obra de teatro escrita por el escritor británico-irlandés Oscar Wilde.

ELIZABETH K. CARVAJAL SUÁREZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

“El único nombre posible es Ernesto. ¡Ernesto!”. Susana responde a míster Gresford mirándolo con firmeza y dejando claro que esa es su única condición para casarse. Así Oscar Wilde disgrega el conflicto formulado en su última obra de teatro, escrita en el año 1895, con una palabra de origen germano que vale por dos, Earnest, cuyo significado devela desde la portada un gusto por lo desconcertante.

La importancia de llamarse Ernesto, es el  título de la única comedia firmada por uno de los mayores exponentes del esteticismo inglés, movimiento artístico surgido a finales del siglo XIX, que buscaba la exaltación de la belleza viendo al arte como elemento útil para ello.

El autor británico-irlandés, creador de más de una treintena de obras que recorren desde la narrativa con cuentos y novelas como El fantasma de Canterville y El retrato de Dorian Grey, hasta el paso por la poesía, el ensayo y la dramaturgia, Wilde divide la trama de su comedia, estrenada en 1895 en el teatro Saint James de Londres, en tres actos, o cuatro, según la edición, y acontece en el marco temporal de un día.

Míster Gresford y Archibaldo Moncrieff son amigos que bajo el mismo ardid logran evadir los compromisos adquiridos en sociedad, ambos crean una persona ficticia a la cual cuidan incondicionalmente y que, por demás, se encuentra en mal estado de salud. El primer personaje mencionado funge como protagonista de la historia y es quien, bajo el nombre de Ernesto, se presenta en la vecindad de Londres y se enamora de Miss Bracknell, Susana.

Mientras mantiene su identidad soslayada en Shropshire, territorio campestre de Inglaterra, donde se hace llamar Juan, según la traducción realizada por el sitio digital elaleph.com. En este lugar reside su pupila Cecilia Morris y su institutriz Miss Prism, y ante sus ausencias se excusa con la necesidad de supervisar a un hermano llamado Ernesto que vive en Londres.

Oscar Wilde como dramaturgo logra demostrar en esta obra su visión sobre la ironía del destino. Sin embargo, el autor pasa por alto el principio de causa-efecto que conlleva una mentira como la doble identidad de dos de los personajes, al dar una respuesta quizá ingenua ante esta situación, reflejado en el diálogo entre las cuatro voces principales de la trama, Cecilia Morris, Susana Bracknel, Archibaldo Moncrieff y Míster Gresford, (en esta ocasión, solo tomaremos una parte por la síntesis al expresar la solución del autor al conflicto de la obra):

Susana: (…) Míster Gresford, ¿qué explicación puede usted darme de la existencia de ese supuesto hermano? ¿Lo inventó usted por tener ocasión de venir a verme a Londres con más frecuencia?

Gresford: ¿Puede usted dudarlo, Susana?

La presencia del destino y la consecuencia de los actos reprobables no fueron manejadas por el autor en La importancia de llamarse Ernesto de la misma manera que en otros de sus libros y cuentos más famosos, argumento que le dará un toque distintivo a este título. En El retrato de Dorian Gray, por ejemplo, el personaje protagónico convive con el peso de sus malas acciones y fluye el final como una derivación natural del principio causa-efecto.

Earnest o serio, según su traducción al español, fonéticamente es igual a Ernest. He ahí la raíz del juego que propuso el irreverente Oscar Wilde con esta comedia que representa, de otra manera, la realidad moralista de una época, donde la seriedad y el estricto cumplimiento de las costumbres dejaban poca cabida a pensar diferente. Después de tres meses de estrenada, la obra quedó huérfana, tras el encarcelamiento de su autor por el delito de indecencia grave.

Pie de foto: La obra La importancia de llamarse Ernesto estuvo inspirada en la obra Engaged, del escritor inglés William Schwenck Gilbert (Tomada del sitio digital www.goodreads.com).

“POR FAVOR, NO DEJE DE ESCRIBIR”

“POR FAVOR, NO DEJE DE ESCRIBIR”

Sida: Confesiones a un médico, del doctor cubano Jorge Pérez Ávila, conmueve con las historias que narra, y su principal objetivo es enseñar a las nuevas generaciones sobre esta enfermedad.

GABRIELA TAMARIT GUERRERO,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

¿Cómo se detectó el primer caso de sida en Cuba? ¿Existe su cura? ¿Qué pasa en las personas que la padecen? ¿Aprenden a vivir con él? Sida: Confesiones a un médico, libro escrito por el doctor Jorge Pérez Ávila, nos ayudará a responder estas y otras interrogantes.

En esta segunda edición del 2008, bajo el sello de la Casa Editora Abril, el autor muestra los detalles de la vida de sus pacientes, los conflictos, el rechazo y las diferentes etapas de la estrategia de la Revolución para enfrentar el VIH, desde la detección en Cuba del primer caso en 1985.

Son 26 historias que narran, bajo seudónimos, la vida de los portadores de la enfermedad en el Sanatorio de Santiago de las Vegas, sus reacciones y emociones. Ellos vieron en Jorge un amigo, porque así el doctor se los demostró y esa confianza estrecha le permitió contar sus vivencias y educar con este libro a los más jóvenes.

Basado en los testimonios de los pacientes y en algunos casos sus padres, hermanos y novios, cada anécdota refleja de manera excepcional el verdadero rostro de una de las mayores pandemias que ha enfrentado la humanidad a partir del siglo XX. Los protagonistas de Sida: Confesiones a un médico, apoyaron la decisión de publicar sus experiencias en voz de la persona que les dio, en el momento necesario, la fuerza y el aliento para seguir adelante.

El sida es una epidemia (y así lo reflejó en su texto el autor) que pone en tela de juicio la cultura, las creencias religiosas, la orientación sexual, la familia y a todas aquellas actitudes que, de una forma u otra, ponen límite a la solidaridad humana. Por esta razón, algunos relatos harán reflexionar al lector, conmoverlo, otros harán comprender la cruda realidad del rechazo familiar y social.

El Doctor en Ciencias Médicas, Luis Estruch, quien escribió el Prólogo a la primera edición, hace un recuento de la aparición del VIH/Sida en el mundo y en Cuba, y la labor del Estado para prevenirlo a pesar del bloqueo económico de los Estados Unidos. “Sida: Confesiones a un médico confirma una verdad muy dicha: 'el sida no tiene cara', pero sí muestra el rostro terrible de quienes son afectados por él”, refirió.

Mariela Castro Espín expresó al inicio del texto: “En la salud pública no hay tarea fácil y mucho menos, cuando aparecen epidemias tan complejas. No dejo pasar ocasión alguna para promover este libro y a la dedicación de su autor a la prevención del VIH por medio de la educación, el diálogo y la reflexión. Doctor, usted tiene la responsabilidad de relatar sus vivencias. Por favor, no deje de escribir.”

Este libro cuenta con una segunda parte llamada Sida: Nuevas confesiones a un médico, en la cual aparecen nuevas historias de pacientes, situaciones difíciles y reencuentros. Para Jorge Pérez, representan la mejor forma de enseñar y educar a la juventud para prevenir el virus.

Jorge Pérez fue director durante 20 años del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí y ha hecho múltiples aportes científicos y pedagógicos. Entre sus líneas investigativas más importantes se destacan las relacionadas con el Virus de Inmunodeficiencia Humana.

Pie de foto: Este libro forma parte de una serie escrita por Jorge Pérez a partir de sus experiencias como doctor.

¿EXISTIRÁ EL MAÑANA?

¿EXISTIRÁ EL MAÑANA?

Las tensiones enfrentadas por los jóvenes cubanos obtienen protagonismo  en el tercer libro  del escritor habanero Lázaro Alfonso Díaz Cala.

Texto y foto:

YASMANI PÉREZ FORTEZA,

estudiante de primer año de Periodismo,  

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.  

“Una fina llovizna empapa la ciudad. El malecón exhibe el mismo ajetreo de cada día, de cada minuto, de cada segundo que ahora, y a partir de hoy, se volverán interminables”. Mediante estas palabras comienza ¿Quién dijo que los hombres no lloran?, novela juvenil de la Casa Editora Abril que tuvo como fecha de primera publicación el año 2015.

Su autor, Lázaro Alfonso Díaz Cala, nos muestra a través de la ficción el mundo de un estudiante de preuniversitario: Oscar, joven  lleno de conflictos, frustraciones y acontecimientos que pueden dar un giro inesperado.

Componen el libro seis capítulos en los que el propio protagonista relata de forma cronológica un año vivido mediante un diario. Por otra parte, el estilo del autor de esta novela se encuentra acorde con las características comunicativas comunes de la juventud, sector al que está especialmente dirigido.

Oscar, figura principal de la historia, es aficionado de la literatura y encuentra en ella refugio para inquietudes e inseguridades. Las dudas sobre el entorno social que lo rodea sabotean su confianza en el amor, los amigos y la familia. Lleva consigo las secuelas de las acciones realizadas y no puede vivir con la conciencia tranquila, la que es como el Pepito Grillo del cuento infantil Pinocho.

La prematura vida sexual y los errores cometidos le traerán consecuencias inevitables a la salud. Reflexiona, lamenta y se convierte en un catalejo que observa a  toda una sociedad agrietada con el paso de los años, la cubana. Espera los resultados de una prueba que puede ser trascendental para su vida.

El predominio de un estilo indirecto libre en la construcción del diálogo literario permite que se reflejen los sentimientos del personaje. Con el empleo de esta forma en el propio discurso narrativo se efectúa un tránsito hacia el punto de vista del personaje, para trasmitir sus reflexiones e inquietudes.

El amor en la adolescencia, las enfermedades de trasmisión sexual, el desengaño, la amistad, los vicios y la falta de comunicación entre padres e hijos, forman parte de algunos de los temas abordados. Asimismo, se muestran otros conflictos de la Cuba contemporánea como las dificultades económicas del país y la emigración.

La presencia de un narrador homodiegético tiene una característica especial, ya que además de utilizar la primera persona para contar el desarrollo de los acontecimientos, se recurre al uso de la segunda persona, lo cual posibilita el involucramiento de los lectores como protagonistas en la trama.

El uso del lenguaje figurado, pero a la vez claro, convierte a esta novela en una hermosa manera para que después de leerla pensemos en la Cuba que estamos construyendo y la que anhelamos.

Díaz Cala (La Habana, 1970) egresó del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso y ha publicado los títulos En cada tiempo y en este lugar, premio David 2011, y el poemario El acoso de mis fantasmas, premio Rafaela Chacón Nardi (2009). Obtuvo el primer galardón del Concurso Nacional de Literatura Erótica Farraluque y el premio extraordinario Ramón Seijó Herrnández en el Concurso Nacional de Poesía Regino Pedroso, ambos en el 2011. Como fundador y director del Proyecto de Creación Literaria Expedición, se dedica a explorar diferentes géneros y subgéneros literarios, entre ellos el haiku.

Pie de foto: Con la edición de Malvis Molina Armas y diseño de Cristina Suárez Ramos, la Casa Editora Abril nos trae un libro cargado de momentos impactantes.

CON PLÁCIDO EN SU BICENTENARIO

CON PLÁCIDO EN SU BICENTENARIO

 

 

 

En el contexto de la XXV Feria Internacional del Libro es presentado, por vez primera, el volumen que reúne la serie de coloquios impartidos por la Academia Cubana de la Lengua, en conmemoración del natalicio de Plácido.

 

Texto y foto:

NAIMY HERRERA PEREIRA,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Plácido en su bicentenario es una compilación de seis conferencias impartidas por miembros de la Academia Cubana de la Lengua, en 2009, para conmemorar el bicentenario del natalicio del poeta Diego Gabriel de la Concepción Valdés.

La impresión consta de mil ejemplares e inaugura la Colección Centenario, bajo el sello de Ediciones Boloña, encargado de representar el quehacer investigativo y docente de la Academia.

El seudónimo con el que Gabriel de la Concepción firmaba sus obras era Plácido. Nació en la capital cubana en 1809 y con días de vida fue abandonado por su madre en la Real Casa de Beneficencia y Maternidad de La Habana, donde lo bautizaron con el apellido Valdés, como todos los niños de la Casa Cuna. Sus poemas fueron máximos exponentes del Romanticismo de la Isla.

Con la firma de Luisa Campuzano, Roberto Méndez, Enrique Saínz, Elina Miranda, Mons, Carlos Manuel de Céspedes y Ambrosio Fornet, encontramos temas referentes a Plácido y sus vivencias en Matanzas; comparaciones entre la obra placidiana y la de Heredia; vemos el pensamiento crítico de Lezama, sobre el poeta; Plácido y las anacreónticas; la aproximación religiosa de su personalidad y la visión de sus editores y críticos.

Quien inicia el libro es la doctora en Filología Luisa Campuzano. Parte importante a la que dedica el coloquio es a resaltar la vida del poeta en Matanzas, ciudad que le ofrendó múltiples homenajes y lo acogió como hijo y sus hijos como hermano.

El poeta y ensayista Roberto Méndez pone en duda el escrito de Pedro José Guiteras sobre un encuentro, en Matanzas, entre Plácido y Heredia. Más allá de esa cita que “parece soñada”, Roberto Méndez compara la obra de ambos poetas y resalta de manera discreta y limpia la lírica de Plácido: “José María Heredia y Gabriel de la Concepción Valdés (…) llevaron existencias disímiles y en sus respectivas obras las divergencias son mayores que las afinidades (…)”.

Enrique Saínz,  destacado ensayista, asume como tema principal la visión de Lezama Lima sobre la obra de Plácido. Por tanto, se abstiene de dar sus propias opiniones como lector y conocedor de la obra placidiana.

La doctora en Ciencias Filológicas, Elina Miranda Cancela, se remite a nueve poemas de Valdés  que tienen ciertos contactos con la cultura grecolatina y un uso preciso de anacronismos.

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes García-Menocal desarrolla en su conferencia un asunto poco abordado por los biógrafos y críticos: la dimensión religiosa y el tono espiritual de su vida y obra. En todo el conversatorio abundan los datos biográficos y los hechos más o menos significativos que permiten comprender y apreciar los valores de la poesía de este autor.

El crítico literario Ambrosio Fornet concluye el ciclo de conferencias. Su trabajo está enfocado a derrumbar la imagen equívoca que por más de medio siglo ha llegado al público de que Plácido “era un coplero, sin nada de talento”.

Gabriel de la Concepción necesita críticas renovadas, porque su personalidad y poesía se revelan ante el menor intento de explorarlas debido a su inquietante y misteriosa vida.

Desde miradas transparentes y visiones frescas, Plácido en su bicentenario propone nuevas lecturas a quien fuera víctima del racismo y fusilado en 1844 por acusaciones de ser integrante de la Conspiración de la Escalera.

Pie de foto: Para Cintio Vitier, Plácido era “un testigo sin hiel y un cronista instantáneo”.

“EL AMOR ES COMO LOS NÚMEROS: INFINITO”

“EL AMOR ES COMO LOS NÚMEROS: INFINITO”

Una niña estadísticamente feliz describe la vida en sociedad de una pequeña cuya madre es homosexual.

Texto y foto:

AMANDA DE URRUTIA SÁNCHEZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

“Soy una niña estadísticamente feliz. Tengo dos mamás y medio papá (…) A mí me va de maravilla con mis dos mamás (…) Pero el resto del aula no soporta la dicha extrema y he tenido conflictos por eso. Nada, que como ellos tienen una sola sienten envidia”.

El retrato de la atípica situación familiar de Cuasi Negrín Blanco, pequeña de diez años de edad visiblemente “adelantada para su época”, muestra la espirituana Mildre Hernández en Una niña estadísticamente feliz (Primera edición, Lengua Editorial, 2011). Escrito en la voz de la pequeña, describe, con uso frecuente del humor, su difícil ambiente social.

Cuasi vive con su “madre primera” y su “madre segunda” en una casa de tabla de palma y techo de puertas de refrigeradores rusos que tiene un solo cuarto en donde también está la cocina y una tabla de planchar que hace la función de mesa. Ella dice que les va de lo mejor, pues Cuasi es feliz en su casa, estadísticamente.

En la escuela no es igual, la incomprensión desensibiliza a sus compañeros de aula y, tristemente, hasta a sus profesores: “Al parecer la directora no entiende de maternidad compartida (…) Para ella bien es mamá y papá. Y para mí bien es armonía y amor”.

Personajes indispensables en el libro son sus compañeros de aula Tanyer (con quien mantuvo el tipo de noviazgo característico de la niñez, de quien sigue enamorada y por quien “ha dado la vida”), Danyer –el hermano gemelo de Tanyer– y Lavanda. Los tres presentan complicadas realidades existenciales y asisten a la misma terapia psicológica que Cuasi.

La obra transcurre entre dilemas, historias y criterios entre líneas. Abarca problemáticas actuales desde la óptica desprejuiciada de la niñez pulcra: la disfuncionalidad en las relaciones de pareja, la discriminación por la orientación sexual, la inestabilidad económica, las diferencias sociales entre hombres y mujeres.

En esta edición de la Editorial Oriente del año 2014, la portada carece de funcionalidad estética porque no cumple con su objetivo de atraer al lector con la vistosidad gráfica, ese papel lo suple, entonces, el sugerente título. 

La manera de redactar es simple, con estructuras gramaticales básicas y la jocosidad antagoniza a la miseria humana y material. Quizás a un lector adaptado a leer obras para un público exclusivamente adulto, esta le resulte desnuda de habilidades del escritor. Sin embargo, considero que la autora pretendía ser entendida tanto por los contemporáneos con Cuasi como por los más conocedores de la lengua, pues el significado de lo expuesto sobrepasa el ámbito generacional.

Mildre Hernández tiene 44 años y ha dedicado todo su quehacer literario al género infantil-juvenil. Narradora y poeta, miembro de la Asociación Hermanos Saíz y la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba. Ha obtenido el Premio Abril (en tres ocasiones), Hermanos Loynaz, La Edad de Oro, Eliseo Diego, Fayad Jamís, Jara Carrillo y Sin Fronteras Bilbao (estos dos últimos en España).

Una niña estadísticamente feliz induce a compasivas sonrisas cuando aparece la conformidad de la inocencia, arrebata carcajadas y obliga a la reflexión sin que se advierta una explícita intención de convencer, que por supuesto, existe, pero no se puede localizar en el texto sino en las líneas de pensamientos que provoca. La lectura transcurre entre sentimientos encontrados y nos dice que “el amor es como los números: infinito”. 

Pie de foto: Portada del libro en su edición del 2014 de la Editorial Oriente.

AMOR, CUANDO ERES INESPERADO…

AMOR, CUANDO ERES INESPERADO…

Los puentes de Madison County, novela del escritor Robert James Waller, aún trasciende por la mágica y real historia de amor que nació entre Francesca Johnson y Robert Kinkaid.

Texto y foto:

ERIKA ALFONSO VILLAR,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

“Robert Kinkaid y yo pasamos horas junto a la vieja cocina. Hablábamos y bailábamos a la luz de las velas. Y sí, hicimos el amor ahí y en el dormitorio y en la pradera y en cualquier lugar que se nos ocurría. Eran amores increíbles, poderosos, trascendentes […] Si no hubiera sido por vosotros y por vuestro padre yo me habría ido con él. Me pidió, me rogó que me fuera con él. Pero yo no quise”.

Esta confesión, que le dejó Francesca a sus hijos después de morir, impulsó a Robert James Waller, fotógrafo y músico norteamericano, a escribir Los puentes de Madison County, novela basada en la historia de amor que surgió entre Robert Kinkaid, fotógrafo de la revista National Geographic, y la italiana Francesca Johnson.

Durante el verano de 1965, Kinkaid llega a Iowa, Estados Unidos, para hacer un fotorreportaje sobre los viejos puentes de Madison County. Tenía una vida bohemia. Un perro era su única compañía. Era atractivo, soltero, amante de la libertad y la naturaleza. Por casualidad, conoce a Francesca, casada, con dos hijos, dedicada completamente a la familia. Ella, a pesar de respetar a su esposo, se entregó a una pasión, que duró solo cuatro días y fue la más intensa de su vida, como declaró años después.

La novela, con prólogo del autor y editada en Barcelona por la Colección blanco y negro del ABC (1992), relata mediante una descripción detallada de cada mirada, objeto o lugar, cómo nace en los protagonistas ese deseo tan grande que en poco tiempo selló un eterno amor. Francesca no renuncia a Robert, y tampoco a sus hijos. Vive el maravilloso momento, pero le dice adiós a Kinkaid.

“Robert se fue por el sendero mientras ella se enjugaba los ojos. Ninguno de los dos se movía; ya se habían despedido. Solo se miraban, la esposa del granjero de Iowa y el ser del extremo de una rama de la evolución. Él se quedó treinta segundos, sin perderse nada con sus ojos de fotógrafo, construyendo una imagen de los dos que jamás perdería”.

La trama es sencilla, sin un rebuscamiento literario excesivo que desborde la realidad de los hechos, aunque de ellos solo tuvieron fiel testimonio los propios protagonistas. La novela tiene varios giros narrativos. Hay pequeños momentos en que el autor pasa de narrador omnisciente a homodiegético, porque va de contar como si fuera testigo de los hechos, a hablar en la propia voz de Robert Kinkaid.

James Waller, nacido en Rockford, Estados Unidos, es Licenciado en Economía de la Universidad de Iowa. Los puentes de  Madison County, su primera novela, disparó las ventas de libros en Norteamérica en 1993. En la gran pantalla, quedó inmortalizado como uno de los melodramas más fascinantes de su tiempo. Meryl Streep y Clint Eastwood dieron vida a los protagonistas. Otras de sus obras más conocidas son Los caminos del recuerdo (2002) y Puerto Vallarta (2010).

El escritor expresa en el prólogo: “En un mundo cada vez más insensible, todos hemos desarrollado caparazones contra la sensiblería. No sé bien dónde termina la gran pasión y empieza el sentimentalismo. Pero tildar de sensibleros los sentimientos genuinos y profundos, dificulta la entrada al reino de la delicadeza, tan necesaria para comprender la historia de Francesca Johnson y Robert Kinkaid”.